Colombia

Activista antitaurino: «La tauromaquia es un ritual satánico que hay que eliminar»

Mientras que varios representantes del mundo cultural apoyan a los novilleros que protestan en una huelga de hambre contra la prohibición de las corridas de toros en Bogotá, activistas antitaurinos destacan los aspectos negativos de la tauromaquia.

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El escritor Mario Vargas Llosa, el cantautor Joaquín Sabina y el pintor Fernando Botero se han unido a la manifestación organizada en Bogotá para pedir el regreso de las corridas de toros a la plaza capitalina. Los tres han firmado un manifiesto, escrito por el periodista Antonio Caballero, en el que se pide que la tauromaquia sea declarada Patrimonio Cultural de Colombia, informa ‘El Espectador’.

Desde hace ya tres meses ocho novilleros colombianos están acampados en las inmediaciones de la plaza de toros de La Santamaría contra la prohibición de las corridas en la capital colombiana, que se hizo efectiva hace dos años de acuerdo con la decisión del alcalde de la ciudad, Gustavo Petro.

En Madrid, unas 300 personas se congregaron para apoyar a los manifestantes de Colombia. La concentración de apoyo a los novilleros fue encabezada por destacados toreros, así como por Sandra Gallardo, presidenta del Foro de la Juventud Taurina. 

Sin embargo, Roberto Camargo, vocero del Referendo Antitaurino Colombiano, expresó a RT que la tauromaquia socialmente tiene muchos factores que deben ser eliminados. «En primer lugar, mucha gente la utiliza para realizar el lavado de activos», afirma el activista. «Hay otra situación muy peligrosa respecto a las  corridas de toros para la gente religiosa. Es que todos sabemos que las corridas de toros como tal son un ritual que la Iglesia católica ya ha rechazado y ha catalogado como satánico», agregó.

«La tauromaquia es una tradición que para nuestra evolución humana ya no es correcta y hay que eliminarla», insistió el vocero, que añadió que los antitaurinos colombianos han propuesto a los novilleros muchísimas alternativas para que puedan perpetuar su arte sin necesidad de torturar y matar al toro. «No obstante, los taurinos en general no han querido aceptar nuestros ofrecimientos, porque dicen que para ellos no matar al toro no es una opción», concluyó el activista.

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