Cada vez falta menos para el día del Patrimonio Cultural, que este año se llevará a cabo los días 24 y 25 de mayo, y uno de los destinos más visitados siempre es el Barrio Yungay, cuya organización vecinal es un referente en la defensa del patrimonio cultural en Chile. Rosario Carvajal es dirigenta del barrio y de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, y en esta oportunidad alza la voz para denunciar un alarmante retroceso institucional y la preocupante tendencia de convertir la celebración del patrimonio en un mero «show».
Con dos décadas de mucho esfuerzo, los vecinos del Barrio Yungay han logrado frenar la «depredación inmobiliaria» que la Municipalidad de Santiago ha impulsado desde los años 90. Su principal herramienta ha sido la declaratoria de Zonas Típicas, convirtiendo a su barrio en la zona más grande de Chile. Gran parte de la protección patrimonial en Santiago se debe a la acción ciudadana.
La crítica de Carvajal apunta directamente a la propuesta de Ley de Patrimonio, una normativa impulsada por el gobierno del presidente Boric, que significaría un paso atrás en el terreno ganado por la comunidad organizada: “El patrimonio se celebra, pero también se defiende. Y por eso estamos muy preocupados de la Ley de Patrimonio que está impulsando el gobierno actual y que en este momento está en el Senado, porque es una nueva versión de la del proyecto que encabezó el gobierno de Piñera”, comentó la dirigenta.
El actual proyecto de ley en discusión debilita la capacidad de los organismos públicos para proteger el patrimonio frente a las presiones del mercado inmobiliario. La modificación clave reside en la composición del Consejo de Monumentos Nacionales, donde la votación de declaratorias quedaría en manos de la Secretaría Técnica, compuesta por funcionarios, en lugar de los diversos consejeros que hoy representan a instituciones públicas y de la sociedad civil.
En palabras de Carvajal, la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez, ha utilizado el Día del Patrimonio para promover esta nueva ley, lo que ha generado profunda molestia en las organizaciones. Para los vecinos, la celebración se ha desvirtuado, convirtiéndose en un «show» con grandes montajes e inversiones que contrastan con la falta de recursos para atender procesos de declaratoria o contratar funcionarios: “lo que hace el Ministerio de la Cultura es una una suerte de inventario, pero no hay una herramienta legal efectiva hoy que nos permita proteger el patrimonio inmaterial”, asegura la dirigenta.
Así, mientras el Día del Patrimonio Cultural se acerca, Rosario Carvajal y el Barrio Yungay levantan la voz. La celebración, que debería valorar nuestra identidad, se ve empañada por una institucionalidad que, lejos de proteger, parece amenazar los avances logrados. La propuesta de ley del gobierno anterior, genera un «estado de alerta» en las comunidades, quienes se sienten desamparadas ante la falta de voluntad política para salvaguardar el patrimonio.
Ivette Barrios
El Ciudadano