Argentina: Convocan paro nacional de 24h en rechazo a despidos masivos previstos por el Gobierno

La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Argentina convocó una huelga de 24 horas para el próximo 11 de agosto, en repudio a los despidos injustificados de la administración del presidente de esta nación, Mauricio Macri.

La huelga contará con el apoyo de nueve gremios de la educación que se encuentran agrupados en la Federación Nacional Docente, que solicitarán que no se permitan eventuales nuevos despidos nacionales, provinciales o municipales.

La acción fue anunciada luego de que dos diarios publicaran el pasado sábado una revisión preliminar del Gobierno en las áreas de recursos humanos de las dependencias estatales. En ellas se refiere que unas 5.300 personas (49,7% del total de despedidos) no asistían a su lugar de trabajo o no cumplían su función.

La ATE rechazó tal información por considerar que se trata de una mentira del Estado, que en ningún momento se animó a construir una mesa de diálogo con los trabajadores.

«Lo tomamos con mucha indignación porque desde el Gobierno mienten», replicó el líder de la organización, Hugo Godoy, quien agregó que en el supuesto caso de que lo difundido por los medios de comunicación sea cierto, quedarían otros 5.500 trabajadores, de los 11.000 despedidos, sobre los que no pesa ninguna acusación.

A juicio del líder sindical, el Gobierno desea justificar nuevos despidos en el Estado «y no lo vamos a permitir».

Desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada en Argentina y hasta el pasado mes de mayo de 2016, el número de personas que perdieron su trabajo ya superaban los 154.000, según un informe que fue realizado en base a fuentes sindicales, cámaras empresarias y publicaciones de los medios por medio del Centro de Economía Política Argentina, (CEPA).

El informe reveló que la tasa de despidos se incrementó en 14.000, un 9,36%, lo cual eleva a 154.786 personas que se quedaron sin trabajo desde diciembre.

Asimismo, en cuatro meses de gestión de Macri, un millón de argentinos se sumaron a las estadísticas de pobreza, tras el incremento el precio de los servicios básicos de electricidad, gas y combustible.