Latinoamérica

Argentina: Macri se enfrenta al primer paro general en su contra y crece la tensión en las calles

Tras las medidas de ajuste económico, que causaron despidos y pérdida de poder adquisitivo en los sectores populares de Argentina, el presidente Mauricio Macri se enfrenta a la primera huelga general en su gestión. La policía y otras fuerzas represivas amenazan con querer liberar los accesos cortados por los manifestantes y crece el clima hostil.

Un paro que llega con demora

Tras un año y medio de medidas económicas de corte neoliberal, la Confederación General del Trabajo (CGT) en Argentina convocó para el día de hoy el primer paro general en contra de la administración de Mauricio Macri. El aumento indiscriminado de tarifas, la inflación y la pérdida de empleos encabezan la lista de problemas que hicieron que el país trasandino hoy no tenga un día ordinario en lo que a la actividad laboral se refiere.

Como siempre, la política muestra que nadie resiste un archivo y ahora, con las redes sociales en escena, es aún más fácil poder rastrerar dichos pasados de los principales dirigentes. “Espero que la Presidenta escuche este llamado de atención. Necesitamos Gobiernos que escuchen y que trabajen para la gente y cerca de la gente”: estas palabras fueron parte de los dichos del actual presidente Mauricio Macri frente al paro nacional del año 2012, cuando aún gobernaba su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner.

Ahora, con el paro en su contra, Macri no hizo más que calificar de «mafiosos» a los sectores de la oposición y los gremios que convocaron a la huelga. Además, siempre se intenta poner el calificativo de «desestabilizador» a aquellos que marchan en contra de su Gobierno. En ese sentido, el propio presidente ha expresado que esta medida de fuerza la resulta «incomprensible».

Tal como señala La Primera Piedra,  la CGT ha manifestado a través de uno de sus secretarios generales, Juan Carlos Schmid, que se busca poner en agenda el malestar social que aqueja a los trabajadores en todo el país. La finalidad del paro es marcar límites a las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, a quien se acusa de ignorar la fuerte caída del consumo y los alarmantes números de la pobreza mientras continúa esperando las inversiones extranjeras aumentando la deuda externa.

Así entonces, a partir de la medianoche, todos los servicios de transporte público de pasajeros fueron interrumpidos y a lo largo del día no funcionarán tampoco escuelas ni universidades. A pesar de que la CGT no planea la realización de cortes en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) anunció el corte del Puente Pueyrredón y una movilización al hotel Hilton de Puerto Madero donde Macri encabeza una nueva edición del Foro Económico Mundial. Además, organizaciones sociales y partidos de izquierda también se encuentran cortando algunos de los principales accesos a la ciudad.

La amenaza de represión

En las vísperas del paro, el mandatario argentino envió a sus ministros en masa a cuestionar los motivos de la medida de fuerza y, en particular, le ordenó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que haga un despliegue de fuerzas de seguridad para reprimir los piquetes que distintos grupos de izquierda piensan hacer hoy.

En ese sentido el Presidente ordenó que se garantice a rajatabla la posibilidad de circular para quienes quieran romper la huelga. En privado, fue todavía más enfático contra los sindicalistas, según trascendió: “O metemos preso a los mafiosos o nos voltean”, afirmó en la reunión de gabinete en la que evaluaron el paro general y en las que les planteó que hay que ir a fondo.

“El objetivo es amedrentar al que quiere ir a trabajar con libertad. Ya bastante con que han hecho un paro para que además quieran bloquear”, aseguró la ministra de Seguridad, que indicó que el sindicalismo “es violento y quiere mantener el poder”.

Hasta el momento se han registrado enfrentamientos menores en distintos accesos y los manifestantes aseguran que la represión para habilitar los accesos es inminente. Tal como señala Página 12, la mayor tensión se vivió en el corte de Panamericana y 197. Tras la orden de la ministra y los avisos del jefe del operativo de que aplicarían el protocolo antipiquetes, los gendarmes avanzaron y quedaron cara a cara con los manifestantes. En ese momento se registraron forcejeos y empujones, en medio de gritos contra la Gendarmería y el Gobierno.

Por Gustavo Yuste
@gusyuste

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