Exitoso cierre del Festival Bicilultura: Ahora le toca al Estado

El Festival, organizado por Bicicultura y los Ciclistas Unidos de Chile, es parte de una alianza entre la sociedad civil organizada y el Estado que busca garantizar seguridad y confort parta quienes optan por los vehículos de “tracción humana”

Por Director

25/12/2008

Publicado en

Organización social

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El Festival, organizado por Bicicultura y los Ciclistas Unidos de Chile, es parte de una alianza entre la sociedad civil organizada y el Estado que busca garantizar seguridad y confort parta quienes optan por los vehículos de “tracción humana”. Hecha la pega con éxito por los ciudadanos organizados, ahora el Estado no puede guatear.

Terminó el 3er Festival Internacional de Bicicultura de Santiago. Fue más de un mes de actividades gratuitas que comenzaron el 9 de noviembre y terminaron este domingo 21 de diciembre con la celebración de los Carnavales Comunales, actividad que congregó en el Parque Forestal a artistas, autoridades de Gobierno, organizaciones sociales y culturales y miles de ciclistas de toda la capital.

El Festival, organizado por Bicicultura y los Ciclistas Unidos de Chile, CUCH, con el apoyo de una amplia red de organizaciones ciudadanas, del Estado y privadas, buscaba no sólo instalar en la agenda la necesidad de adoptar la bicicleta como medio de transporte en el contaminado Gran Santiago, sino también empujar cambios legislativos y administrativos que lo fomenten en todo Chile.

Durante el Festival los organizadores se concentraron en reunir 30 mil firmas de apoyo al “Pacto por la Bicicleta”, iniciativa que contempla un proyecto de ley ya presentado en el Congreso. Cinco demandas lo componen: circulación garantizada en todas calles, red de estacionamientos custodiados y gratuitos, bicicletas al alcance de todos, programas educativos y un fondo de promoción de la bicicleta y declarar el domingo Día de Bicicletas y Vecinos.

El Pacto es un mismo proceso con la ley presentada por la diputada Carolina Tohá en el Parlamento. Amarilis Horta, directora del Festival lo explica: “estuvimos todo el año trabajando en este proyecto de ley, entre autoridades y organizaciones ciudadanas. Lo central es garantizar que aquella persona que opte por vehículos de tracción humana como medio de transporte (bicis, patines, etc.) tenga el mismo confort y la misma seguridad que aquella persona que opta por un vehículo motorizado”.

A dos días del término del Festival, los organizadores todavía no pueden contar todas las firmas. “Es algo lento porque ahora estamos en el desarrme del evento, la devuelta de equipos y la recolección de las firmas de todos los lugares de acopio e Internet”, explica la directora. No quieren gritar victoria antes del pitazo final, pero el éxito del evento del domingo y de las actividades del mes los deja tranquilos.

Tracción humana v/s tracción motorizada

Cumplida la tarea de las organizaciones ciudadanas, ahora le toca al Estado. José Antonio Viera-Gallo, ministro Secretario General de la Presidencia, aseguró el domingo que “la ley pro-bicicleta elaborada por el Ejecutivo estará en el Congreso en enero”, incluyendo la entrega de las firmas recolectadas a senadores y diputados para conseguir su apoyo.

Amarilis es optimista, pero avanza con cuidado: “Lo primero es ver si lo que presenta el Ejecutivo realmente recoge e interpreta el trabajo que este tiempo hemos llevado a cabo como organizaciones ciudadanas”. La directora del Festival, reconoce que ya en el proyecto elaborado con la diputada Tohá surgieron discrepancias con las organizaciones ciudadanas.

“El proyecto presentado finalmente por Tohá no responde íntegramente a lo que queríamos, porque su asesor jurídico introdujo cambios que generaron algunos problemillas. Por ejemplo, se obligaba a los ciclistas a usar la infraestructura proporcionada por el Estado. En eso no estamos de acuerdo, porque hay mucha infra que no cuenta con los estándares de seguridad y confort mínimos necesarios. No pueden aceptarse obligaciones para los usuarios mientras no tengamos una infraestructura que lo permita”, afirma Horta.

Dentro de la misma organización, también hay posturas disímiles, como la de un importante grupo de ciudadanos que considera que el incentivo a la bicicleta debe ir necesariamente unido al desincentivo del automóvil. La divergencia esconde grandes complejidades, porque si bien hoy el gobierno se ha hecho parte del fomento a la bicicleta, también lo hace con el automóvil, ya que el aumento del parque automotriz, según los tecnócratas, contribuye al crecimiento económico del país.

En Bicicultura conviven todo tipo de posturas que no son fáciles de zanjar, porque como reconoce Amarilis Horta “todos tenemos una doble o triple militancia, porque a veces somos ciclistas, otras automovilistas y otras usuarios del transporte público”. En el Pacto trabajado con el gobierno, sin embargo, impera el espíritu de “mostrar a los usuarios del automóvil las ventajas, individuales y sociales, que implica usar vehículos de tracción humana”.

Hacia un sistema integrado digno

Hace pocos días, otra iniciativa de incentivo a la bicicleta hizo noticia: la creación de un sistema de arriendo de bicicletas en la comuna de Providencia. Pagando luca al mes, u ocho al año, se tiene derecho a arrendar bicicletas en cinco puntos de la comuna. El sistema está inspirado en sistemas implementados en ciudades de Europa, como Barcelona y Amsterdam.

En Bicicultura valoran la iniciativa, “nos parece fantástico”, dice su directora, pero destacan que no es suficiente para hacer de la bicicleta un transporte público. “Para que la bicicleta se transforme en un transporte público, confortable, eficiente, seguro y gratuito, debe existir un sistema, y esa tarea excede los esfuerzos de las municipalidades, es tarea del Estado”, apunta convencida Amarilis.

Por Francisco Figueroa Cerda

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