Chile

Festival de Viña del Mar 2015: Show mediático y pormenores tras bambalinas

Mientras el régimen político sufre fuertes golpes, debido principalmente al Caso Penta y la ola de corrupción desatada, implicando incluso al hijo de la Presidenta Bachelet, quien nuevamente tiene una baja en su aprobación; el Festival de Viña del Mar vuelve una vez más a escena, para ratificar su rol servicial y mediático, al momento de ocultar los hechos nacionales que ponen en tela de juicio la legitimidad del gobierno y los partidos políticos patronales.

Por Arturo Ledezma

24/02/2015

Publicado en

Chile / Organización social

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Han sido momentos dolorosos”. Así se refirió la Presidenta Michelle Bachelet al momento político que la aqueja, tras haberse dado a conocer la reunión que su hijo tuvo con Andrónico Luksic, para solicitarse un crédito millonario. Con esto, nuevamente baja en las encuestas (31% de aprobación), sumándose a las bajas que ha tenido el conjunto del régimen político. Sin embargo, existen instrumentos mediáticos para desviar la atención y hacer que la “opinión pública” se centre en informar sobre la farándula chilena, las postulantes a reinas, los “mejores y peores vestidos de la alfombra roja”, y otras cuestiones insignificantes que el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar ha puesto en escena.

Comienza “Viña del Mar 2015”, la fiesta mediática que se realiza cada verano, donde todos los noticieros, matinales y programas televisivos de farándula despliegan sus energías para cubrir el “evento musical y cultural más importante de Chile”. Por la “alfombra roja” (al estilo hollywoodense) desfilan rostros de la televisión, modelos, animadores, cantantes varios, entre otros, dando inicio al show mediático que caracteriza a la V Región cada año. Inicia así el concurso por obtener la corona de “reina de Viña del Mar”, actividad que pone nuevamente en el tapete el sexismo y machismo de la televisión nacional; empiezan las especulaciones sobre tal y cual amorío entre famosos; se le da tribuna comunicacional a la alcaldesa derechista de la UDI, Virginia Reginato, quien cada año sale a relucir lo bueno de la “ciudad jardín”, sus méritos, logros, y lo lindo del Festival.

Todos los personajes públicos buscan la manera de aparecer como participantes de la actividad internacional. Cada uno de ellos sabe lo que significa ser parte del show televisivo más importante de la televisión del país, y lo bien que sirve para hacer olvidar otros problemas sociales y políticos que están ocurriendo. Mientras la derecha y la Nueva Mayoría en el gobierno, siguen siendo golpeadas por los constantes casos de corrupción y conflictos de interés; el Festival de Viña del Mar cumple una vez más el papel de “cortina de humo”, que sirve para descomprimir, un poco aunque sea, el ambiente de cuestionamientos de la población hacia el régimen político.

Así como sirvió en su momento para ocultar lo que sucedía en las calles de Aysén, en febrero de 2012, cuando cientos de personas se movilizaron contra las precarias condiciones de vida y de trabajo que viven los habitantes de la Región de Aysén; también fue utilizado para sacar de los noticieros y programas televisivos, lo que sucedía con el movimiento estudiantil, posterior a las masivas movilizaciones del 2011. Hoy sirve para dejar en “stand by” las sucesivas revelaciones de Penta, la represión al pueblo mapuche, las protestas de los portuarios de San Antonio, los casos de corrupción en el Ejército, el debate sobre la legalización del aborto, entre otros temas centrales para la sociedad.

Pese a su intento por querer sesionar de manera perfecta y sin problemas, el Festival de Viña del Mar ya se ha anotado las primeras polémicas y hace recordar los conflictos políticos que ocurrieron al interior de este, en los años más violentos y represivos del país.

Acusaciones de veto político y recuerdos de Dictadura

Hace algunos días, el antiguo grupo de folklor, Quilapayún, protagonizó una polémica tras aseverar que fueron vetados del Festival de Viña por Virginia Reginato, quien se habría opuesto a que el conjunto musical participara del evento y celebrara sus 50 años de trayectoria. Quilapayún, a través de su cuenta de Twitter, declaró que “la Alcaldesa Reginato, momia recalcitrante, se opuso a que pudiéramos celebrar los 50 años en el Festival de Viña”, a lo que Reginato respondió que “nunca, nunca se trató en alguna comisión del año que los Quilapayún estuvieran en algún listado que hubiéramos decidido y yo nunca los habría vetado”. {destacado-1}

Esta situación hizo recordar la conflictiva presentación del año 73’ del grupo musical, el que tocó en el Festival, en un momento político marcado por la fuerte polarización ideológica que también se expresó en dicha ocasión, donde artistas de derecha y de izquierda utilizaban la tribuna nacional para expresar sus opiniones ante la situación del país. Una vez ya efectuado el Golpe Militar, y con Pinochet en el poder, el Festival de Viña del Mar se convirtió en un show televisivo con el objetivo de legitimar la Dictadura y ocultar los miles de asesinatos, torturas y detenciones que estaban efectuando las Fuerzas Armadas, junto a los empresarios y políticos de derecha. Personajes públicos como Los Huasos Quincheros, Patricia Maldonado, Miguel Zabaleta, Gloria Simonetti, José Alfredo Fuentes, Raquel Argandoña y Antonio Vodanovic, fueron algunos de los que utilizaron el escenario de Viña para mostrar su apoyo al dictador; y con esto, ayudar a la brutal censura y cerco informativo que existía en los años más violentos y represivos del país.

Hoy, el Festival de Viña del Mar vuelve a hacer pensar cómo un evento musical puede ser utilizado para ocultar hechos centrales de la sociedad, ignorar cuestionamientos al régimen político y avalar censuras políticas como la ocurrida este año.

 visto en LaIzquierdaDiario

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