“La comunicación nos permite a los pueblos indígenas tomar consciencia de lo que nos está ocurriendo”

Entrevista a Jeannette Paillán, Coordinadora General de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI), con motivo de la celebración de la 9ª Muestra de Cine Indígena de Madrid (8 al 12 de junio)

Entrevista a Jeannette Paillán, Coordinadora General de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI), con motivo de la celebración de la 9ª Muestra de Cine Indígena de Madrid (8 al 12 de junio).

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Hola, Jeannette. Bienvenida a Madrid. Has llegado este lunes, 1 de junio. Cuéntanos qué son las Muestras de Cine Indígena de Madrid.

-Es el primer día de llegada y estamos aterrizando, aunque, como hemos venido varias veces, siento que de alguna forma hemos estado ausentes muy poquito. Las muestras de cine indígena son una iniciativa que surgen hace bastante tiempo de la mano del CLACPI a fines de los noventa, y que busca traer un pedacito de lo que hay en materia de producciones con la temática indígena, a España, a Madrid, al público madrileño principalmente, con el propósito de dar una mirada actualizada de lo que viven los pueblos indígenas en Latinoamérica. Y es también una mirada desde una óptica del cine, del video, que transforma, que tiene un lenguaje distinto, mucho más acogedor y gráfico.

Lo que queremos es propiciar también el diálogo, que la gente no solamente vaya a sentarse a ver una película y pueda considerarla buena o mala y luego se vayan. Queremos también propiciar un espacio de conversación, de intercambio, con la delegación de realizadores, de dirigentes, directores o productores o de actores indígenas o no indígenas que acompañan y van a poder hacer ese diálogo con el público. Creo que el objetivo es simple: contar nuestra realidad a gente que pueda estar interesada en qué está pasando con nosotros los pueblos indígenas, más allá incluso de las propias películas que se puedan presentar.

-¿Cómo puede impactar positivamente en el público español que conozcan estas realidades de vuestras luchas, y al revés, en qué medida afecta a los pueblos indígenas de América Latina que la ciudadanía madrileña conozca estas realidades?

-Creo que hay varias respuestas. Una, que va de la mano de los objetivos de por qué se viene a España a traer estos materiales, porque estos materiales dan cuenta de lo que está ocurriendo hoy día en territorios indígenas. Tiene que ver con la continua presencia de empresas transnacionales en territorio indígena que buscan hacer negocio en territorio de Latinoamérica. Son lugares donde de alguna forma, están intactos parte de los recursos que pareciera ser que son de interés para otros: el agua, los minerales, los recursos naturales que existen en esos territorios y que las empresas ven como una buena fuente lucrativa.

-¿Qué pueblos están sufriendo esta situación de la invasión en sus territorios?

-Es increíble, pero es desde Canadá, hasta la Patagonia. En estos dos días vamos a tener la oportunidad de ver qué es lo que está pasando en Colombia, y que tiene que ver no solamente con el tema de la violencia y la guerrilla, que habitualmente es lo que se vende de Colombia; sino que tiene que ver con cómo estos megaproyectos están impactando a este país. También lo que está pasando en el sur de Chile con el tema de los mapuches, con las empresas españolas, con empresas transnacionales… Y en otras películas que estamos compartiendo. Te diría que Ecuador, Méjico, Guatemala, todo Centroamérica, Bolivia, e incluso Brasil, Chile, Argentina, Perú… En cada uno de los territorios donde hay pueblos indígenas, hay algún megaproyecto que tiene que ver con empresas transnacionales, no necesariamente españoles en su totalidad, pero sí, de alguna forma están vinculadas las empresas españolas. Y creo que lo interesante es que nosotros buscamos de alguna forma, que el español tome conciencia de que hay muchas cosas que se continúan haciendo en pro de los propios españoles fuera de España. Todo el mundo dice que los megaproyectos van en pro de la sociedad y de la humanidad porque todos necesitamos más agua, más electricidad, más energía, y, a la vez, eso implica más trabajo. Hay toda una venta de cosas que yo creo que cualquiera de nosotros no podría estar en contra.

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-O sea, hay una comunicación corporativa de las grandes empresas que tienen su discurso y vosotros lo contraponéis con el propio discurso indígena.

-Exacto. Hay una situación que provocan estas empresas que no se conoce, hay un daño que es irreparable, que en la actualidad se está haciendo, no solo a los indígenas, sino a la humanidad, y a nadie pareciera que le interesa. Pero no es que no interese, sino que no se conoce completamente. Es decir, el daño, no solamente a la naturaleza o a la Tierra, sino a las personas que habitan esos territorios. Creo que es importante que eso se converse, se analice y se conozca. Principalmente, que la gente esté informada y que nadie pueda decir que estas cosas no ocurren porque no las sabe.

-¿Qué cosas se están consiguiendo gracias a esta nueva voz y a vuestra articulación continental como red de comunicación indígena? ¿Qué logros y qué pasos se están dando?

-Creo que uno de los más importantes es que los propios indígenas hemos aprendido que nosotros tenemos que empoderarnos gracias a nuestra palabra y nuestra imagen; y que nosotros mismos somos los encargados de luchar por nuestros derechos. También, de alguna forma, esos derechos no son exclusivos de los indígenas, sino que finalmente se convierten en derechos para la Humanidad, son también un ejemplo para otro tipo de sociedad, una sociedad que hoy día está quebrantada por ideologías que en el pasado fueron las que lideraron la manera de hacer negocio, la manera de vivir, de cómo pensar la modernidad y de cómo pensar el futuro, incluso. Me parece que con esa actitud de pelear por lo tuyo, por lo propio, terminas peleando también por el otro.

Creo que la comunicación permite hacer conciencia de lo que está ocurriendo porque, así como los españoles desconocen lo que está ocurriendo en territorios indígenas, hay mucho indígenas que desconocemos lo que ocurre en nuestros propios territorios, y es nuestro trabajo: el audiovisual, el cine, el video, las radios… y otros de estos instrumentos los que posibilitan hacer visible, mostrar lo que está ocurriendo, enrostrarnos, y no permitirnos ser indiferentes a nuestra propia realidad.

Creo que la comunicación y el trabajo de CLACPI busca principalmente no ser indiferente a lo que está ocurriendo y, sobre todo, propiciar y empujar para que todos contribuyamos de alguna forma a hacer esa comunicación que es necesaria, que tiene que ver no solo con medios de comunicación, sino con el diálogo, con encontrarse con la gente, con compartir y, a lo mejor, no coincidir en los planteamientos, pero tener la posibilidad de poder intercambiar las experiencias que implican para nosotros y que, a lo mejor, no pueden ser legítimas para otro tipo de sociedad como la madrileña que está tan lejos, pero sentimos que el solo hecho de poder hacer esa conversación, creo que ayuda.

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-Sí, porque, a pesar de que las nuevas tecnologías nos acercan, el hecho de que CLACPI sea una red continental mantiene vivo el reto de que ustedes se puedan seguir viendo físicamente y la comunicación humana no se pierda, a pesar de las distancias.

-Yo creo que la base ha sido que CLACPI siempre fue una red que fue pensada en términos de un trabajo a distancia entre iniciativas y proyectos que estaban ubicados en diferentes lugares, países y territorios. Creo que ese convencimiento de que era posible y, sobre todo, necesario, hacer ese trabajo, de alguna forma nos ha posibilitado darle seguimiento a un proyecto que hoy día es mucho más nutrido y grande, que ha tomado otros desafíos, que tiene otro protagonismo en el concierto internacional de las asociaciones indígenas, donde no es CLACPI, sino que es más bien el tema de la comunicación y, claro, se nos vincula a ese proceso, del cual nosotros nos sentimos orgullosos. Creo que esa base ha permitido que las distancias no nos afecten del todo. Pero el tema de financiamiento es clave, no podría decir que no nos ha afectado. Antes nos reuníamos dos veces en el año, más el festival, y esos encuentros presenciales son necesarios e importantes, y superan cualquier comunicación que se pueda hacer a distancia.

-¿Había más apoyo de la cooperación internacional?

-Sí, en ese entonces había más cooperación internacional. A mí, me tocó conducir en dos momentos con ese apoyo…

-¿Y se nota la diferencia?

-Sí, se nota la diferencia. Ahora, también tiene que ver que nosotros hemos asumido este otro papel, el de protegerse, el de no tratar de ocupar todo y tratar de optimizar los recursos, pero creo que CLACPI ha demostrado no solamente ser un proyecto y que solo es factible y es posible cuando hay cooperación.

-Hay vida más allá de la cooperación internacional

-Exacto, hay una vida propia porque nosotros no sólo hacemos un informe y un archivar, sino que hemos impulsado procesos, hemos reforzado la presencia de mujeres en los equipos de comunicación, hemos ampliado la participación y equipos de comunicación en Latinoamérica, en las diferentes partes en donde existen pueblos indígenas…

-Lo que comentas de la participación de las mujeres es un tema que vamos a ver en la muestra; concretamente, las proyecciones del último día en la Complutense tienen como protagonista una película premiada con el premio Anaconda, “Primero que hablen ellas”. Sois tres mujeres las que vais a venir desde América Latina a la muestra de Madrid. ¿En qué punto estáis en ese camino? ¿Queda mucho por hacer? ¿Habéis avanzado?

-Yo creo que no es casualidad que seamos solo mujeres las que estemos en esta muestra. De alguna forma, da cuenta del proceso de forma nada provocado ni pensado para que eso ocurriera, la presencia de tres mujeres, de distintos momentos históricos del trabajo de CLACPI: Marta Rodríguez, una consagrada cineasta colombiana, documentalista, premiada internacionalmente, que es una de las impulsoras de este trabajo de CLACPI; ella viene a dar cuenta de esa mirada, que también es muy actual; y Eliana Champutiz, que surge de los talleres de formación de CLACPI, y que hoy día está a la cabeza de un festival en Ecuador, produciendo. Tiene un rol que la hacía merecedora de venir, para participar y conocer la experiencia de las muestras en España. Forma parte del tema de la mujer, pero siempre va a ser insuficiente, como el tema de los pueblos indígenas o el tema de comunicación, siempre van a haber cosas que faltan, pero es una mirada actualizada de lo que está pasando hoy en día con los pueblos indígenas, donde las mujeres hemos asumido un rol importante, somos protagonistas.

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-Sois pasado, presente y futuro

-Sí, y sobre todo, acompañadas de la mano de la comunicación, hemos logrado que el tema de la comunicación nos ayude a empoderarnos, a retratarnos, a vernos, a reflexionar, a tener una actitud mucho más crítica de cómo estamos siendo vistos por el otro, porque anteriormente no teníamos tanta claridad, no es que nos conformáramos con lo que había, sino que no teníamos conciencia de que esa imagen de indio pobre, marginal, que está ajeno a la realidad, a la modernidad, a la actualidad, no nos hace bien, y no teníamos conciencia de que eso era lo que el otro entendía de lo que estaba pasando con los pueblos indígenas.

-Háblanos de este gran evento que va a ocurrir a finales de año, en noviembre, en territorio mapuche, el próximo Festival Internacional de CLACPI.

-Debo decir que es un gran desafío, que cambia una lógica de hacer festivales. Los pueblos indígenas somos binacionales o trinacionales o cuatrinacionales.

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-Este festival es el número XII de una serie de festivales que lleváis haciendo desde los años 80. ¿Qué son esos festivales?

-Los festivales de la CLACPI siempre han sido un reto, un desafío distinto, porque son festivales itinerantes, que van viajando por diferentes países de Latinoamérica. Por lo tanto, un festival puede ser el tercero, el cuarto o el quinto, pero al lugar al que llega siempre es el primero. La metodología de trabajo es que nosotros no contratamos productoras para que armen estos festivales, sino que lo que se busca es que las propias organizaciones armen sus redes y realicen sus propios festivales porque el tema de la difusión es clave dentro del proceso de comunicación y sin un trabajo práctico tú no te das cuenta. Este festival tiene varias significaciones. Por una parte, cambia de lógica y ya no son los países, es el territorio mapuche. Los mapuches somos un pueblo binacional; por lo tanto, estamos en Chile y en Argentina y eso implica hacer un trabajo en dos países distintos. Aunque nuestra lógica dice que somos un solo pueblo, hay lógicas distintas en dos países distintos.

-Las fronteras son una creación artificial, pero crean realidades.

-Sí, han calado y somos un mapuche en La Argentina y un mapuche en Chile. En países tan centralizados, donde todo converge en la capital, hacer algo en el sur es un gran reto. Luego, coincide con los 30 años del CLACPI, lo que implica que este festival tiene que cumplir varios retos: lograr una visibilidad importante, dar cuenta de que los festivales son una iniciativa que generan puentes y diálogo entre la sociedad indígena y no indígena, para los mapuches en particular, porque en la parte chilena la situación conflictiva entre el estado chileno y el pueblo mapuche y los pueblos indígenas es de mucha tensión, está muy politizado y hay que saber elegir hasta los posibles cooperantes y también saber elegir quienes están en esta red de anfitriones del festival. Implica un gran trabajo que, sin la experiencia y el apoyo de CLACPI no se hubiese podido hacer de esa forma. Los festivales terminan siendo una iniciativa donde converge todo lo que hace CLACPI, que tiene que ver con información, con reflexión, con encuentros, con talleres de formación y, sobre todo, visibilizar a ese pueblo indígena en un momento en que cada vez hay más actividades, la tecnología puede ayudarte, pero la competencia es más dura. Pero yo creo que el festival WALLMAPU va a ser un buen evento. Tenemos también la aspiración de continuar siendo un referente a nivel sudamericano, convertir a Temuco, una ciudad que, para los que no la conocen, es un lugar donde la presencia indígena es muy fuerte y de algún modo, para los propios chilenos y latinoamericanos de países vecinos está asociado al conflicto, a la violencia, a las barricadas.

-Y queréis darle la vuelta, que también sea un referente positivo y cultural

-Exactamente. Queremos transformar esa mirada, llenar las calles de colores, de la presencia internacional de los pueblos indígenas de Latinoamérica y que, de alguna forma, los propios chilenos se den cuenta de que hay gente que viaja de otros continentes, de otros lugares, a conocer a los mapuche. La próxima ocasión será en noviembre de este año 2015. Del 17 al 22 celebraremos el Festival FICWallmapu 2015. De él hablaremos en la Muestra de Madrid.

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