Condiciones laborales y sindicatos en medios de comunicación:

La invisibilizada huelga que tuvo lugar en MEGA

Producto de un descontento que se venía gestando desde hace años, el jueves 30 de Octubre gran parte del personal del canal MEGA se fue a paro, lo que responde a un malestar que no sólo encuentra su expresión entre estudiantes o pescadores en el último tiempo, sino que demuestra que se trata de un fenómeno transversal mucho más profundo: la gente hoy tiene menos miedo a manifestarse.

Por Arturo Ledezma

05/11/2014

Publicado en

Chile / Organización social

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520 trabajadores de la red privada de televisión MEGA (propiedad del grupo Bethia, de la familia Heller-Solari) estuvieron en huelga durante 6 días tras una negociación que finalmente llegó a buen puerto el martes 4 de noviembre. Sin embargo no fue fácil el proceso. Tuvieron que pasar más de 24 años para que el sindicato consiguiese la fuerza necesaria para que todos los aspectos que se estaban poniendo sobre la mesa (garantías en accidentes laborales, los precarios contratos que podían durar un día, jornadas extenuantes de 18 horas) fueran abordados y resueltos en serio. La precariedad contractual es una realidad en los medios de comunicación chilenos, muestra de ello lo fue también la reciente huelga en ADN radio.

A pesar de todo, la situación por la que recién atravesaron los trabajadores de MEGA dejó algunas lecciones importantes. Cristián Torres, editor periodístico del antiguo canal de Ricardo Claro, estuvo especialmente involucrado en esta discusión. “Hace años existía un sindicato que se disolvió, quizás por cierto miedo, tensión, por lo tanto no se generó el ambiente de ahora durante largos años. Dado la precariedad laboral pensamos que no había mucho que perder: teníamos sueldos bajos, malas condiciones, así que dijimos hay que hacer algo. Empezamos súper pocas personas y con el boca a boca empezamos hasta que logramos alcanzar las 24 personas. Es así como dimos los primeros pasos el 2012”. Al mismo tiempo reconoce lo engorroso y lento que es conseguir entre los empleados la certeza de que es justo defender sus derechos laborales. “De alguna forma las normativas están estructuradas para favorecer a los empresarios, y yo creo que eso quita fuerza de manera importante a los movimientos al estar establecido de esa manera. Cuesta convencer a los compañeros de trabajo, pero con el tiempo se empezaron a dar cuenta de que había un trabajo serio, nos preocupamos de entregar mucha información al respecto y armamos bien el petitorio, así que eso ayudó a convencerlos a todos de que íbamos bien encaminados”.

Producto de la lentitud con que se fue dando este contexto de paralización de labores, MEGA se fue quedando muy atrás en comparación a la organización entre trabajadores que ya existía en TVN o en Canal 13, estaciones televisivas que llevan la ventaja en ese sentido. “Tenemos la intención de abrir las puertas y estamos en conversaciones para unificarnos, para así posteriormente ser un referente de federación y darle más peso a nuestras demandas legislativas, ejerciendo presión para cambiar la ley laboral” agrega Cristián Torres.

En cuanto a los avances que se consiguieron tras la reciente huelga, está clara la necesidad de fiscalizar el proceso posterior a la resolución de la problemática, la importancia de estar atentos con la implementación de los beneficios, para no ser perjudicados en las letras chicas, y estar organizados en caso de que se generen futuras negociaciones. “Generamos mayor cantidad de mejoras y garantías para los trabajadores, lo que trae una tranquilidad que antes no estaba en cuanto a beneficios” según Cristián Torres acerca del cese de la huelga. Temas base como el reajuste, nivelación de sueldos entre empleados de distintas áreas del canal se consiguieron, al igual que mejoras en infraestructura de oficinas y estudios de televisión, ámbitos que contribuyen a la mejora del clima laboral, lo que marca un precedente en el canal en cuanto a negociaciones con sus trabajadores.

La defensa de los derechos laborales es un debate que se da en Chile y el mundo desde tiempos remotos. Desconocer el hecho de que por someterse a un régimen de trabajo las personas perdemos derechos es un atentado contra nuestra naturaleza humana. Es nuestro deber defender nuestra integridad dentro y fuera del trabajo, y también organizarnos, si es necesario, por una causa que es absolutamente legítima. Clamar por dignidad en tiempos en que es fácil creer que ya no hay respeto por nada es algo que seguirá ocurriendo en el futuro, por lo que es tarea de cada generación hacerse valer.

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