Entrevista al candidato de Disidentes Unidos:

Los docentes que quieren cambiar el rumbo del Colegio de Profesores: «Lo vemos necesario y posible»

Durante el próximo 23 de noviembre se realizarán las elecciones del Colegio de Profesores, donde los docentes que han cuestionado a la actual conducción de Jaime Gajardo esperan lograr un cambio transformador para el Magisterio.

Por Vanessa Vargas

02/11/2016

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disidentesEl próximo 23 de noviembre será una fecha decisiva para las y los docentes de todo Chile. El Colegio de Profesores realizará nuevas elecciones para definir al Directorio Nacional, Regionales, Provinciales y Comunales, proceso que lleva a cabo cada tres años.

En esta oportunidad, impulsados por el deseo de transformar el camino del Colegio de Profesores desde diversas perspectivas, los disidentes de la actual conducción decidieron articular fuerzas e ir juntos en una sola lista. A diferencia de años anteriores, el Movimiento por la Unidad Docente, el Movimiento Amplio por un Colegio Nuevo, el Frente Radical de Trabajadores por la Educación y el Movimiento por la Refundación Gremial y Pedagógica construyeron un programa en conjunto, tras el nombre «Disidentes Unidos: Somos fuerza, seremos cambio».

En entrevista con El Ciudadano, Luis Eduardo González, candidato a presidente de la Lista C, habló acerca de los planes de los docentes por transformar una organización que hoy no les satisface ni representa.

¿Cuáles son los ejes centrales de esta campaña que busca cambiar el rumbo del Colegio de Profesores, en su liderazgo mantenido hasta ahora?

Definimos colectivamente cuatro pilares fundamentales de nuestro programa. En primer lugar, está lo que denominamos el rol pedagógico del Colegio de Profesores de Chile, lo que implica necesidad de reposicionar en el debate público las necesidades de los profes en disputa sobre pedagogía y elaborar una propuesta pedagógica y educativa en función del Chile que queremos construir. Esto va en una lógica totalmente opuesta a las perspectivas educativas de mercado, que hoy son hegemónicas.

Eso se concreta fundamentalmente con la convocatoria a un congreso nacional de educación. El último se realizó el año 97 y desde esa fecha hasta ahora se han modificado sustancialmente estos temas en las escuelas. Han avanzado las políticas neoliberales y por tanto, una convocatoria a un congreso nacional de la educación debiese dar como resultados que los profes y las profes de Chile en su conjunto los que realicen un diagnóstico crítico, actualizado, y puedan desarrollar propuestas curriculares.

En segundo lugar, queremos ofrecer una organización mucho más representativa y democrática y para eso es fundamental la convocatoria a un congreso estatutario. Ahí somos bien claros, nosotros no estamos hablando de reformas pequeñas, lo que necesitamos es modificar los aspectos que hoy generan que ciertos dirigentes desarrollen políticas sin la participación de las bases del magisterio. Ahí, entre otras cosas, está una demanda muy sentida, que es la revocabilidad de los cargos cuando los dirigentes se alejan de la voluntad del profesorado. Nos interesa problematizar la misma orgánica con eso.

El tercer pilar se vincula con nuestras reivindicaciones laborales. Nosotros vemos que la carrera docente que se impuso va a seguir con el tema del agobio y la sobreexplotación de los profesores, por lo tanto las medidas tienen que ir en la lógica de desmontar esa carrera docente y cuestionar los sistemas de evaluación de los profes, que hoy son tres y el problema no es la evaluación, sino que traiga consecuencias para los profes como despidos o disminución del salario.

El cuarto pilar dice relación con lo que llamamos el rol social transformador del Colegio de Profesores, creemos que debe tomar parte activa del movimiento social en una sociedad de derechos, en donde participen activamente convocando y movilizando al Magisterio, por ejemplo, en la demanda No+AFP. La conducción oficialista ha estado al margen de ese proceso.

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¿Cuál es el diagnóstico que hacen de la gestión que lidera la directiva del Colegio de Profesores? Hace años se siente una crítica importante de los y las profesores hacia esta conducción.

Somos muy críticos de Jaime Gajardo. En primer lugar, es una gestión que ha sido muy obsecuente con el Gobierno, dándole la espalda al Magisterio, sin ninguna perspectiva crítica y cuestionadora. Todo lo que se ha logrado, que es poco, dice poca relación con la vocación transformadora de los profes. Vemos que ha sido una correa transmisora de las ideas del gobierno en términos de reforma educativa.

Además, han hecho una conducción extremadamente vertical, sin la lógica de una democracia mucho más participativa. Por otra parte, cuestionamos el énfasis en lo salarial como pieza central de las reivindicaciones, si bien creemos que esas demandas deben estar presentes, pero en un plano subalterno a la concepción de una pedagogía nueva. Eso no está en el foco y es lo que define el quehacer del profe.

Hace un tiempo el gremio vivió una importante movilización, que incluso levantó al movimiento estudiantil a principios de año, pero no llegó a buen puerto. ¿Qué pasó?

Ese paro fue muy relevante, desde 1960 que los profesores no se movilizaban a ese nivel. Fue importante, fundamentalmente, porque empezó a brotar una nueva forma de organización y lucha del profesorado, que fue rompiendo con marcos institucionales y conservadores. Los profes por primera vez están en el foco de la lucha reivindicativa y salarial y se empieza a construir una tendencia, no es algo muy consistente aún, a discutir sobre pedagogía y educación. Por qué educar, para qué y cómo. No sólo cuestiones técnicas.

En los profesores se está instalando una concepción más ideológica, más compleja y más profunda sobre educación y queremos que ese es un elemento central, que rompe con el esquema clásico de movilización. Además, por primera vez se movilizaron sectores que históricamente no se movilizaban, como los profesores de colegios particulares subvencionados.

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¿Qué postura sostienen respecto de las reformas educaciones que ha impulsado el Gobierno? Hoy no cuentan con el apoyo de casi ningún actor de la educación.

Nosotros planteamos la tesis de que el profesorado está dividido en dos grandes perspectivas teóricas, pedagógicas y políticas: los que están sumándose a frenar el avance del mercado en la educación, que es la postura oficial, y quienes asumimos que hay una profundización del neoliberalismo.

Bajo esa concepción de privatización, es que nosotros la rechazamos: una reforma la vamos a avalar en la medida que frena la hegemonía de la educación de mercado en los profes y la reforma no va en esa lógica. La mal llamada ley de inclusión lo que hizo fue regular un subsistema de educación, no se fortalece la educación pública.

Se prefiere regular el sector privado, que es el particular subvencionado, eliminando el pago de los apoderados, pero el Estado profundiza en su concepción de Estado subsidiario y con los profes está ocurriendo lo mismo, se ve una perspectiva más radical. Otro frase cliché del Gobierno es que los profes van a recibir un 30% de aumento salarial, pero el tema de fondo es cuál es el mecanismo para subir el salario. El valor por hora del sueldo se mantiene intacto, el aumento salarial viene de aspectos variables como bonos y asignaciones. El profesor debe ir construyendo su carrera en el mercado y eso es totalmente neoliberal.

¿Ven posible este desafío de cambiar a los actuales dirigentes ? Y, ¿cuál es el rol que van a jugar las bases en este proceso?

Nosotros lo vemos necesario y posible. Creemos que es muy posible sacar a Jaime Gajardo y la Nueva Mayoría, es una urgencia no sólo para recuperar la dignidad de los profes, sino por lo que está ocurriendo hoy con el movimiento social en general. Pretendemos levantar una articulación general con los diversos sectores educativos y creemos que los profesores tienen esa claridad, están participando y ese esfuerzo de unidad que se generó en este proyecto es una buena posibilidad de asumir esa responsabilidad histórica y estamos trabajando para que ese día las cosas cambien.

Acá el tema no se reduce a cambiar a un grupo de dirigentes y de instalar otro, o en que Gajardo se vaya. Es más complejo: lo fundamental es impulsar un programa de transformaciones y ese se va a concretar en la medida que los profesores participen activamente desde las bases. Acá no hay salvadores ni dirigentes que hagan las transformaciones por sí solos.

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