Cultura cannábica

Marihuana: Se discute proyecto para votación en sala

La Cámara de Diputados va a revisar el proyecto de ley que permitirá el autocultivo de cannabis sativa con fines terapéuticos y recreacionales. La decisión cambiaría considerablemente parámetros dentro de la Ley 20.000 de drogas.

Por Ciudadano

27/05/2015

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La primera semana de junio comenzará la revisión de esta norma que nació desde los parlamentarios. El 6 de abril se aprobó el proyecto por la Comisión de Salud de la Cámara en medio de un debate en el que faltaban varios representantes del Ejecutivo.

El proyecto entre sus contenidos establece una autorización para el cultivo con un máximo de seis plantas por domicilio además de un tope de 10 gramos en el caso de portar cannabis para el consumo personal.

La decisión apoya el consumo con fines terapéuticos bajo la supervisión médica correspondiente. Por otro lado prohíbe el uso de marihuana en espacios públicos y manifiesta que los permisos para su consumo y su supervisión será monitoreada por el Instituto de Salud Pública y el Servicio Agrícola Ganadero.

En este debate están los que manifiestan los beneficios que traerá la planta como un tratamiento que atenúe los síntomas de pacientes que sufren de cáncer o artritis reumatoide entre otros padecimientos que provocan dolencias.

También existen quienes ponen en duda la ciencia detrás de la investigación al  visualizar la cannabis como la droga que abre la puerta para adicciones  en adolescentes y otros grupos de la sociedad.

Ana María Gazmuri, Presidenta de Fundación Daya y experta en Cannabis Medicinal, conversó con El Ciudadano y señaló que hay algunas iniciativas que son necesarias reingresar ahora cuando esté la discusión en sala pero en general “vamos avanzando hacia una regulación que verdaderamente permite proteger la salud pública y que parte desde un pleno respeto a los derechos humanos”.

La actriz manifestó que los diputados adherentes están fuertemente comprometidos con el proyecto y esperan que el Ejecutivo se manifieste en este plano. “Efectivamente ha habido una cierta ausencia del Ejecutivo que lo han manifestado los mismos diputados”. Aseguró la presidenta del organismo pro cannabis.

Cuando el proyecto iba avanzando parlamentarios de distintos sectores se incorporaron a la moción, por un lado de Amplitud quienes presentaron uno de los proyectos y por otro lado de la Nueva Mayoría. “Ambos se fusionaron en nuestro proyecto”. Enunció la fundadora de Daya.

“En el ideal de los mundos sería fantástico que fuera libre y sin ninguna regulación”.

En relación a nuestro conocimiento sobre el uso de cannabis, Ana María Gazmuri declaró que “sabemos que está permitido pero al no estar regulado se castiga al usuario como si fuera un microtraficante”.

La comunicadora explicó que en la medida que definamos cuáles son las cantidades permitidas para portar, guardar y cultivar iremos alejándonos de ese error, “porque finalmente es un error. Lo que la legislación buscaba era perseguir el narcotráfico y terminó finalmente persiguiendo a lo usuarios”.

El Ministerio de Salud está trabajando en conjunto con el organismo además de 20 municipios que apoyan el proyecto que beneficiará a más de 4 mil pacientes a lo largo de Chile.

Sobre esta materia Gazmuri dijo que tomando la experiencia del proyecto piloto en La Florida empezaron a recibir interés de los municipios “y evaluando el apoyo tomamos la conclusión de hacer un solo gran cultivo agrícola que integre a todos los municipios más que hacer 20 o más cultivos”.

Esto porque es más beneficioso usar una economía a escala que rebaje los costos para manejar temas como el traslado a un lugar agrícola que evite la contaminación atmosférica, lumínica o acústica y de esa forma operar eficientemente la seguridad y las ventajas del traslado.

El proyecto que va de la mano con la construcción del camino hacia la producción nacional de cannabis junto a instituciones públicas de salud, se basa en que estudios multicéntricos conduzcan a un proceso unido con laboratorios de productos naturales que realicen el proceso de extracción, rotulen, envasen y entreguen a los municipios un tratamiento (el fitofármaco) para 200 pacientes durante un año.

Finalmente el propósito es terminar con una política prohibicionista que pone en riesgo la salud de la población y la criminaliza. Además de no tener ningún resultado positivo. “Es tan fallida la política que siquiera ha bajado lo que ellos mismos quieren conseguir como el consumo juvenil, al contrario”. Recalcó la activista cannábica.

Ariel Mateluna, actor y defensor de la moción, expresó que esta sería la forma más efectiva para combatir el narcotráfico “porque si te dejan cultivar tranquilamente en tu hogar no tendrás que recurrir a nadie y es una manera de que las futuras generaciones dejen  de meterse drogas duras o mierdas y de tener contacto con traficantes”.

Para Mateluna la idea es que todos “puedan tener su plantita y puedan utilizarla de manera medicinal”. Sobre la terapia con aceite de cannabis comenta que se está dando mucho “y si se llega a despenalizar el autocultivo podría producirse y tratar netamente con el tema medicinal y terminar con el mercado negro del narcotráfico”.

Camila Lagos, participante activa de #MamáCultiva, además de adyacente a este plan pro cultivo nos contó que desde octubre su hija de siete años, Celeste, está con el tratamiento de cannabis por el Síndrome de Dravet (tipo de epilepsia refractaria) que la aqueja.

El síndrome que afecta a Celeste es el mismo que tiene Charlotte Figi, la niña que protagonizó un reportaje hecho por Contacto sobre el uso medicinal del cáñamo y que despertó el interés en muchas madres y familiares de enfermos dispuestos a tratar con medicinas alternativas.

En cuanto a la experiencia, la #MamáCultiva manifestó que los estudios pertinentes están pero en otros países “y en eso se basan para avanzar en la baja de la lista número uno de la ley de drogas que es lo principal porque en el fondo los médicos y laboratorios no van a investigar más allá mientras la cannabis siga catalogada como una droga dura”.

Desde el punto de vista económico planteó que hay mucha gente que vende el aceite cannábico. “De hecho las farmacias mapuche igual pero yo en ningún minuto pensé en comprarlo porque es artesanal y no sabes de qué están hechos”.

Añadió que hay personas que promocionan un aceite de cáñamo “que no es de resina, osea, no es de cannabis misma y por lo mismo uno no sabe si ellos conocen bien el proceso de extracción o qué líquidos y químicos utilizaron en la elaboración”.

Por esa razón hoy fabrica de manera autónoma el aceite medicinal para su hija y se siente feliz por los resultados que en un año ha tenido. “El efecto fue inmediato. Mi hija convulsionaba todos los días y cuando empezó con el aceite estuvo una semana sin convulsionar. Eso no lo habíamos logrado con ningún otro medicamento, a menos que estuviese en un coma inducido”.

Por el momento el llamado que hacen los representantes de distintos sectores sociales ligados al uso medicinal del cannabis es a convocar una apertura a nuevas posibilidades de medicinas alternativas y naturales que pueden cambiarle la calidad de vida a muchas personas.

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