Vecin@s de Esmeralda exigen a municipio de Colina participación en la remodelación de su plaza

Hace una semana, los vecinos de la localidad de Esmeralda (3 kilómetros al norte de Colina) se encontraron con el inicio de las obras de remodelación de la plaza del pueblo. El proyecto había sido aprobado por el Concejo Municipal de Colina el 23 de junio de 2016, pero es resistido por los vecinos, debido a una serie de intervenciones en un lugar considerado portador de la identidad campesina de la zona central, por sus elementos coloniales, y por ser un centro de reunión de diversos grupos sociales.

Fue en 2012 cuando la Municipalidad de Colina presentó el proyecto a los vecinos, quienes plantearon las siguientes objeciones: descartar la intervención sobre la imagen del Sagrado Corazón que ubicado en el centro de la plaza, conservar áreas verdes con una cobertura cercana al 57% de la superficie del lugar, renovar el pavimento dañado con adoquines, colocar juegos en el cuadrante sur poniente y desechar la construcción de una pileta.

«La Plaza de Armas de Colina también era una plaza colonial y se convirtió en un bloque de cemento y no queremos eso. Aceptamos las mejoras, porque la plaza necesita un trabajo, pero no la destrucción completa de lo que hay ahora», relató Sergio Arroyo, presidente de la junta de vecinos de Villa Alto Esmeralda.

Luego de la sesión del Concejo Municipal de junio, comenzaron las obras el pasado 27 de julio. De acuerdo a Mercado Público, el proyecto “Mejoramiento Plaza Esmeralda” fue adjudicado a la Productora de Flores La Clemencia Ltda. y tiene un costo de 769.646.818 pesos. El financiamiento fue aportado por el Gobierno Regional Metropolitano.

Vecin@s en alerta

Los habitantes del sector Esmeralda señalan que el proyecto en ejecución no contempla ninguna de las observaciones realizadas en 2012, por eso decidieron organizarse para defender su plaza. Comenzaron a colocar mensajes en los autos y a comunicar al resto de los vecinos la situación. También se encuentran recolectando firmas, que cifran en más de dos mil, y el 2 de agosto enviaron una carta al alcalde. Para el sábado programaron una caravana que busca sensibilizar a la comuna sobre el conflicto.

En la carta del 2 de agosto, los vecinos mantienen las objeciones presentadas en 2012, pero incluyen la petición de un estudio evaluador sobre la tala de árboles. Sergio Arroyo señaló que la plaza cuenta con 47 árboles y el proyecto contempla la tala de 30. Por eso solicitan una evaluación externa.

A esto se suma la escasa información disponible para la mayoría de los vecinos. Arroyo señala que el municipio se comprometió a mostrar una maqueta, promesa incumplida hasta el momento. De hecho, los vecinos dicen desconocer la fecha de término de las obras.

«Nos quieren colocar un bloque de cemento modernista, con una pérgola de acero inoxidable, con un Cristo de fibra de vidrio, que no tienen relación con nada del pueblo», manifiesta el dirigente vecinal.

Las críticas al proyecto se hicieron más notorias el domingo 31 de julio, cuando el alcalde UDI Mario Olavarría asistió a la misa celebrada en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Esmeralda. Allí fue consultado sobre detalles del proyecto de remodelación y las objeciones del 2012 que fueron ignoradas. La acción fue registrada en un video difundido a través de un grupo de Facebook de los vecinos organizados.

Olavarría aseguró que hubo participación ciudadana, que se mantendrá la figura de Cristo intacta y dijo que el proyecto busca dar “prestancia” al templo, que también se someterá a trabajos. Desde la Parroquia descartaron tener vinculación con las faenas en la plaza.

Por otro lado, el alcalde acusó al movimiento de actuar según intenciones políticas. “Eres tú y un grupito”, le dijo a un vecino, imputación descartada por Sergio Arroyo.

A través de una declaración pública del 29 de julio, el municipio señaló que habían invitado a los vecinos a cuatro consultas ciudadanas, en las que habrían solicitado “juegos y máquinas deportivas, pérgola, mobiliaria, inserción de más vegetación, juego de agua, pavimentación y canales de regadío”.

Sergio Arroyo cuestiona el carácter consultivo de las reuniones y dice que apenas participó un puñado de residentes de la zona.

Más que una plaza

El dirigente Sergio Arroyo tiene 45 años y ha vivido toda su vida en Colina. Dice que creció jugando en la plaza, al igual que su madre, por eso el sentimiento de pertenencia. Para Sergio, la remodelación «pasa a llevar toda la parte sentimental, que lamentablemente, no se dimensiona cuando se hacen estos proyectos».

Una opinión similar tiene Patricia Herrera (41), vecina de Esmeralda de toda la vida. «Hay mucho cariño y apego hacia la plaza. Yo jugué allí cuando niña, fui joven y pololié en la plaza, ahora soy madre y llevo a mis hijos», expresó.

Ambos fueron los firmantes de la carta del 2 de agosto y coinciden en que el problema no es la remodelación, sino la transgresión a la identidad e historia asentadas en la localidad. «No estamos en desacuerdo con que se nos arregle la plaza, pero queremos que se consulte al pueblo de Esmeralda», dijo Patricia.

«Aquí hay historias, pololeos y carretes… Estas cosas son muy difícil de colocar en un proyecto de ingeniería», comenta Sergio, quien manifiesta la intención de reunirse con el alcalde Olavarría para que “explique por qué no se tomaron en cuenta las objeciones que se plantearon”.

Patricia cree que una solución es posible, siempre y cuando los vecinos se vean representados en las decisiones sobre su espacio. «Las personas que estamos organizando esto, vivimos aquí. Sabemos de la historia, tenemos el apego y cariño hacia nuestra plaza. Podemos llegar a una solución, pero para eso deberían preguntarnos lo que queremos como comunidad», precisó.