Villa Olímpica requiere respuestas

Un vecino (al centro), le pidió a los efectivos policiales que le presten una ducha, porque no tiene dónde hacerlo, ya que le pedían paciencia por un día más, en busca de usar el local de la Junta de Vecinos

Un vecino (al centro), le pidió a los efectivos policiales que le presten una ducha, porque no tiene dónde hacerlo, ya que le pedían paciencia por un día más, en busca de usar el local de la Junta de Vecinos. «Ya no podemos seguir esperando», decía. Foto/CésarBaezaHidalgo/El Ciudadano.

“Yo, en los días siguientes al terremoto, recibí por parte del Municipio -de Ñuñoa- una caja con mercadería. Ahí venía arroz, tallarines, legumbres, aceite y té… ¡mucho té! Pero hasta hoy -miércoles 10 de marzo- no tengo ni agua, ni gas, así que no puedo usar nada de eso. Yo pienso que la prudencia y la paciencia tienen un límite. Necesitamos respuestas. Por cierto -me mira-: ¡Te vendo una caja con comida!”, y termina riendo Milan Grusic, uno de los centenares de damnificados producto del sismo del 27 de marzo, en la Villa Olímpica.

Su caso es repetitivo en esta tradicional villa ñuñoína, construida a principios de los años ’60, cuando el país se preparaba para recibir a los futbolistas que venían a participar en el único Mundial que se ha realizado en Chile. Eran tiempos en que reinaba el optimismo en el conjunto habitacional, ubicado en la Avenida Grecia, a un costado del Estadio Nacional, conformado por 82 blocks, para un total de 2.700 departamentos. Hoy ¡Ninguno tiene suministro de gas!, y un grupo de vecinos duerme en carpas, esperando que pase el peligro. Además de la falta de gas, hay daños estructurales en varios de los edificios y se han visto afectados unos trece blocks por la escasez de agua, ya sea total o parcialmente y, en algunos casos, todavía no se restablece la luz.

PEDIMOS RESPUESTAS

Un grupo de vecinos se ha organizado para solicitar soporte en el Municipio, debido a que vieron que la Junta de Vecinos no tomaba cartas en el asunto con la urgencia requerida. Pero hasta hoy, fuera de la caja con la comida, no han recibido sino un par de comisiones que han visto la parte externa de los edificios, sin estudiar los departamentos en detalle ni dar una fecha para terminar con un informe técnico que les permita acordar un plan de acciones para acabar con la zozobra. La gente duerme en las carpas debido a que no saben si con una réplica puedan colapsar los edificios, no entran a sus viviendas por miedo ya que luego del terremoto del ’85 se hicieron arreglos con vigas de acero, puesto que ya habían quedado con grandes daños.

Si a eso se le suma que ha habido robos en algunos de los inmuebles desocupados, no se animan a buscar otro techo. Jaime Díaz Lavanchy, documentalista y camarógrafo, ha tomado la respresentatividad de una asamblea, de unos cien vecinos, que se reúne a diario desde el lunes 1 de marzo. Se han organizado para solicitar ayuda a la Alcaldía y respuestas de las empresas privadas que prestan los servicios cortados, y se han encontrado con que la Junta de Vecinos ni siquiera presta el local comunitario. “Han sido días muy agotadores. He dejado de trabajar para dedicarme a tratar de buscar salidas. Esto se ha dado de manera espontánea, pero hemos logrado sentirnos apoyados los unos a los otros”, dice.

La organización se ha dividido en comisiones para imaginar salidas, ya que hasta ahora no han encontrado la empatía que buscan ni de estas empresas: Gasco, Chilectra ni de Aguas Andinas. Las privadas le pasan la ‘papa’ caliente al burgomaestre y desde el Municipio la devuelven señalando que la responsabilidad es de ellas. Por eso los vecinos piden pronunciamiento público del alcalde, Pedro Sabat, y así tener un respaldo para una demanda que quieren interponer en el Sernac, antes del viernes.

HASTA EL LUNES ESPERAMOS

En la asamblea realizada el martes 9 (ayer), se acordó que intentarían por la vía del diálogo hasta el fin de semana y luego buscarían otras salidas, si no son escuchados: “Pero siempre por la vía pacífica”, enfatiza Díaz Lavenchy, aunque algunas voces (las menos), decían que no se les agota la paciencia para seguir dialogando. La credibilidad en el alcalde estaba dividida.

Este es el estado de algunos de los departamentos de Villa Olímpica. Los vecinos buscan soluciones ante la ausencia de respuestas, hasta ahora./ Foto/Cristian Sotomayor.

“En este momento buscamos que nos presten la asesoría profesional para que podamos saber claramente qué es lo que hay que hacer” en las edificaciones, dice Gloria del Villar, delegada del Block 78. “Y luego, que nos asesoren para saber cómo obtener recursos para que nos ayuden a solucionar nuestro problema”, solicita. Dice que son conscientes de que ellos deberán buscar parte de los recursos, pero también esperan que les digan de qué manera podrán sentirse apoyados por la Alcaldía, por el Serviu u otras entidades gubernamentales, porque este es uno de los barrios más afectados de Santiago y su situación es insostenible.

LA POSICIÓN DE LA ALCALDÍA

Luego de tres intentos de conseguir una versión del alcalde, Pedro Sabat, no fue posible. Su jefa de prensa, Sara Julia Barra, dijo que comprenden la intranquilidad de la gente, pero que no se puede ser irresponsable de decirles que pueden ni que no pueden habitar sus departamentos. Confirma que la Villa Olímpica es una de las más afectadas de Ñuñoa, junto a las villas Canadá y Salvador Cruz Gana, pero que hay otros sectores que también requieren de atención.

En el caso de la Villa Olímpica se ha puesto al frente el director de Obras del Municipio, Carlos Frías, junto a un equipo de quince profesionales, entre los que se cuentan ingenieros, arquitectos y asistentes sociales. Además, se ha contratado una empresa de ingenieros calculistas externa, para que aporten con un estudio detallado de la situación. La jefa de prensa agregó que el fin de semana pasado también se apersonó un equipo de ingenieros mexicanos en el sitio, acompañados del embajador de ese país.

Ante el requerimiento de los vecinos de una fecha para el informe técnico, Barra dijo que esperan tener antes del viernes el resultado y con ello poder pronunciarse más claramente respecto de las medidas que seguirá el Municipio.


Don Ramón Saavedra (al centro), presidente de la Junta de Vecinos, se ha negado a prestar el local comunitario para que se reúnan los vecinos fuera de horas laborales, porque «es muy tarde», para él. El subteniente Marco Ibarra medió para que se puedan reunir el día de hoy, encabezados por Jaime Díaz Lavanchy (a la derecha)./ Foto/CBH/El Ciudadano.

Por César Baeza Hidalgo

Vea también la nota que realizó El Ciudadano TV sobre la situación de los pobladores de la Villa Olímpica en palabras de los vecinos afectados.

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