Arremeten contra ciudadanos afrodescendientes desarmados

Sepa por qué la policía estadounidense dispara a matar a los civiles

Según los especialistas, un disparo al pecho o al tronco es considerado la manera más efectiva para la policía de evitar que el sospechoso pueda responder con disparos

Por Isailen Piñango

20/07/2018

Publicado en

Estados Unidos / Policial

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Cerca de 200 manifestantes se enfrentaron a la Policía de Chicago esta semana, en el estado de Illinois, Estados Unidos (centro), tras ser abatido un ciudadano afrodescendiente el pasado sábado, a manos de los funcionarios, cuando un agente abrió fuego y resultó muerto en la escena. «Estamos enfurecidos», dijo un activista de la comunidad durante las protestas. «Nos están matando».

El estadounidense de 37 años, Harith Augustus, fue detenido al sur de Chicago por «exhibir las características de una persona armada», así lo afirmó la Policía de esta ciudad en el estado de Illinois.

Informaciones de los medios locales señalaron que los oficiales armados  intercambiaron golpes con los manifestantes, con saldo de tres oficiales con lesiones menores y cuatro arrestos.

¿Qué dice la única «prueba» del caso Augustus? En un video sin audio -que dura 51 segundos- publicado por las autoridades, en el que se ve a Augustus, segundos antes de que el oficial lo abatiera, portando un arma en la cintura, e intentando alcanzarla.

Las manifestaciones han creado conmoción entre miembros de la comunidad y la Policía, despertando la discusión sobre el racismo y el uso de armas de fuego para “neutralizar situaciones con civiles”. De allí, ha surgido una interrogante general:

¿Por qué un policía dispara?

Según Lisa Holder,  experta en leyes de defensa criminal y responsabilidad policial de la Universidad de California, «un agente de policía solo debe disparar su arma contra un civil si tiene la creencia razonable de que corre peligro de muerte o de grave daño físico», señaló a agencia BBC.

Actualmente, no existen cifras oficiales en Estados Unidos del número preciso de personas que mueren cada año por disparos de la policía. Sin embargo, algunas estadísticas sitúan esta cifra por encima de los 400 casos.

Asimismo, alertó que un disparo al pecho o al tronco se considera la manera más efectiva de evitar que el sospechoso pueda responder con disparos. En el caso contrario, un disparo en cualquier otra parte del cuerpo puede permitir que siga disparando.

Se contradice la buena fe policial

Existen excepciones que contradicen este discurso, pues en 2016 un hombre negro de 40 años fue abatido por la policía de Tulsa (Oklahoma) y, en el momento de recibir los seis disparos, estaba desarmado y con las manos en el aire.

Otro antecedente fue en 2014,  cuando un agente de la Policía de Ferguson (Missouri) disparó contra Michael Brown, un afroestadounidense que estaba desarmado.

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