Postulante al Congreso pretende ser el primer diputado gay

Activistas históricos LGTBI responden a Luis Larraín que los tildó de “miopes» y de hacer críticas “torpes”

Ex dirigente de Fundación Iguales criticó a algunos miembros del colectivo que llevan años en la lucha por los derechos de la diversidad sexual, lo que desató una furiosa reacción por parte de estos y estas. Acá varias declaraciones.

Por Nicolás Massai

12/09/2017

Publicado en

Diversidad / Política / Portada

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Foto: Agencia Presentes

El pasado lunes 11 de septiembre salió a la luz una entrevista a Luis Larraín Stieb, candidato a diputado por el Distrito 10º en el cupo que le terminó por ofrecer Evópoli, partido político de Felipe Kast y Luciano Cruz Coke, ambos ex ministros de Sebastián Piñera que apoyan nuevamente al empresario en su repostulación a la presidencia.

Larraín conoce ese mundo de cerca. Participó en la campaña del magnate en 2009, cuando por primera vez una candidatura de derecha a La Moneda llevó la temática de la homosexualidad; además, es hijo de Luis Larraín Arroyo, creador del histórico Think Thank de derecha, Libertad y Desarrollo.

Todo eso se relata en el artículo publicado por Agencia Presentes, en el que el ex presidente de Fundación Iguales dice que quiere «ser el primer activista gay en llegar al Congreso». Bien hasta ahí; sin embargo, una aseveración acerca de algunos militantes históricos de las causas LGTBI causó gran polémica en el colectivo.

«En Chile hay muchos activistas más históricos, más antiguos, que llevan muchos más años que yo luchando por esta causa. Pero tienen una visión muy miope y muy autoritaria de este asunto. Muchos son de izquierda y no comparten el enfoque que le dimos a Iguales, porque yo soy de ideas liberales. Pero en general, sus críticas siempre me han parecido bastante torpes», afirmó.

Una de las que reaccionó fue Niki Raveau, activista trans, quien afirma a El Ciudadano que «sería interesante leer un artículo sobre esos sueldos de gays privilegiados que mantienen intactos los vínculos de poder. O leer, por ejemplo, un artículo sobre las dos grandes candidaturas a diputado de derecha homosexual en Chile: Larraín (Iguales) y Óscar Rementería (MOVILH)».

A esa crítica se suma la de otra activista trans, Sandy Iturra, quien le enrostra a Larraín que «el verdadero activista no pertenece a ningún partido político, sea de derecha o izquierda. El verdadero activista solo lucha por sus pares bajo su convicción no por pensamientos de las partes políticas».

Erika Montecinos, de la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, le dijo a Luis Larraín través de Twitter que «es una falta de respeto lo que dices de activistas, hemos puesto el cuerpo antes que tú. Respeto es lo mínimo».

Luis Larraín Stieb junto a Luis Larraín Arroyo. Foto: Agencia Presentes

Y quizás una de las respuestas más álgidas viene de Víctor Hugo Robles, más conocido como el Che de los Gays. El periodista y activista histórico por los derechos de las minorías acusa, en conversación con este medio, que «el oportunismo electoral del candidato de la derecha homosexual no tiene límites éticos, estéticos, ni políticos».

A renglón seguido, especifica que Larraín «no solo se besa con las abuelitas del distrito 10º (Ñuñoa, Providencia, Macul, San Joaquín, La Granja y Santiago) que reciben miserables pensiones del sistema de AFP que su padre creó junto a José Piñera durante la dictadura cívico–militar de Augusto Pinochet, sino que ahora pretende desconocer las luchas históricas de los activistas críticos de la disidencia sexual tildándonos de ‘autoritarios’, ‘miopes’ y ‘torpes’».

Casi al final, asegura que «si defender los legítimos derechos del pueblo mapuche por recuperar sus territorios usurpados significa ser torpe; seremos mil veces torpes. Si levantar con fuerza las banderas del derecho a la educación pública y gratuita para todas y todos es un signo de autoritarismo estatal; seremos autoritarios por siempre. Si expresar complicidad de clase con las trabajadoras y trabajadores explotados por el capitalismo reinante es signo de miopía izquierdista; seremos siempre ciegos ante tanta maldita fantasía neoliberal».

Por último, hace un emplazamiento directo a Luis Larraín, diciendo que no será «jamás igual a usted. Yo no represento ni defiendo los intereses de la oligarquía homosexual ansiosa de poder y reconocimiento institucional. Yo no sumo votos ni le sonrío a la derecha golpista que acompaña con sus manos manchadas de sangre la candidatura presidencial de Sebastián Piñera Echeñique. No somos, ni jamás seremos iguales. Le recuerdo, como decía nuestro querido e inolvidable Pedro Lemebel: ‘Siempre seremos únicas e irrepetibles’».

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