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Algunas certezas sobre el Proceso Constituyente

Estamos pasando por un momento crucial en nuestra historia. Estamos comenzando con el proceso que al fin va a terminar con la constitución de 1980 y está en nosotros el volver a hacer una Carta Magna sin representatividad ni legitimidad o al fin construir la Constitución que queremos. Para eso, lo primero, es estar informados y atentos a lo que se viene. Acá te dejo algunas claves del proceso.

Por Ángela Barraza

20/01/2016

Publicado en

Chile / Política / Portada

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nueva constitución portada

Una de las cosas buenas que han sucedido en el gobierno de Michelle Bachelet – y hay que destacarlo, porque no han sido muchas las buenas noticias- es que cumplió con poner en marcha el proceso para cambiar la constitución del 80. Lamentablemente no fue a través de una Asamblea Constituyente -que es lo que la mayoría de la ciudadanía viene pidiendo durante años- sin embargo esa posibilidad no está del todo descartada si sabemos aprovechar las instancias venideras en lo que la misma presidenta denominó como “Proceso Constituyente”.

Este anuncio, en un primer momento resultó ser bastante complejo; sin embargo ya vamos teniendo algunas certezas y te las voy a ir comentando para que no pierdas la punta de la madeja de esta historia y tengas las herramientas para ir participando en la medida en que vayan apareciendo las instancias.

La primera certeza que tenemos es que se formarán cabildos. Estos cabildos serán un total de 54 ya que la idea es que haya uno por provincia, aunque podrían ser más, según la demanda. Estos cabildos, serán abiertos a la población, sin ningún temario predeterminado ya que la idea original es escucharnos a quienes formamos parte de la población.

El que no exista para esta instancia un temario definido tiene dos caras. La primera, es la cara fea del asunto ya que al no ser expertos en derecho constitucional, obviamente se nos pueden escapar temas que puedan resultar fundamentales a la hora de proponer una nueva constitución, así que a los más estudiosos vale recomendar que echen una leída a la del 80 para que podamos ir viendo con tiempo qué cosas son las más jodidas y lo que más nos empelota de la carta fundamental que nos heredó la dictadura.

La otra cara es la bonita, ya que tenemos de esta forma, la opción de imaginar la Constitución que queremos. Vale decir, tenemos la opción de informarnos y actuar por oposición a lo ya existente, pero también podemos agregar cosas nuevas que deberán ser tomadas en cuenta a la hora de escribir la nueva Carta Magna. Claramente este punto es el que menos le ha gustado a la gente de la derecha ya que acusan desorganización y claras intenciones de construir el país de nuevo. A la gente con dinero la constitución actual le resulta muy cómoda, pero el otro 85% del país se ha visto muy apretado durante demasiados años y no veo lo malo de una refundación que elimine los vicios existentes.

La otra certeza que tenemos hasta el momento, es que el responsable en la fase de participación ciudadana es el PPD Nicolás Eyzaguirre. Sin embargo, el responsable político será el DC Jorge Burgos.

consejo

Siguiendo con los cabildos, lo otro que tenemos claro es que estarán bajo la supervisión y serán “monitoreados” por el Consejo Ciudadano que eligió la Presidenta. Si quieres más información sobre los participantes del cabildo, te recomiendo que leas ¿Proceso Constituyente o Gato por liebre?: Los consejeros de Bachelet más cargados a la derecha

Tenemos, o más bien dicho tengo, que reconocer que la elección de la Presidenta en materia de Consejo Ciudadano me parece del corte conservador más que una elección concienzuda sobre representación ciudadana, pero ya está hecho y hay que darle. Después de todo, no se le pueden pedir peras al Olmo, cuando ya es bastante con que sea Olmo y no se esté travistiendo de otra cosa.

Sin embargo, a pesar de mi optimismo, ha sido la misma Nueva Mayoría la que ha cuestionado la propuesta y los principales desacuerdos se han dado respecto del rol que desempeñará el congreso vigente.

Sobre ese punto, te puedo contar que está en ellos el poder de aprobar o rechazar a fines del 2016 el proyecto de reforma constitucional y de esta forma darle o no las facultades al próximo parlamento para escoger, entre cuatro opciones, cuál será el siguiente proceso para cambiar nuestra Carta Magna.

Aunque ya tienen semejante responsabilidad, los senadores oficialistas se han mostrado insatisfechos y han manifestado su intención de tener un papel más protagónico en este proceso y para ello, han intentado modificar los plazos que dispuso la presidenta.

A pesar de los dimes y diretes del actual parlamento, el proceso continúa y se ha dispuesto que habrán 216 monitores que estarán encargados de cumplir funciones de registro, ejecutivas o jurídicas y se dispuso que en estas funciones no podrían participar dirigentes políticos.

Esta discrepancia quedó manifiesta el miércoles 6 de enero, cuando el Consejo Ciudadano de Observadores se molestó en pleno luego de una reunión que duró más de cuatro horas, en la que decidieron retrasar la votación en la qur debían definir los criterios de selección de monitores que estarán a cargo de “guiar” los cabildos. Este punto es muy importante ya que se supone que es lo que garantiza que el cambio de constitución se llevará adelante de forma transparente y, lo más importante, que será imparcial.

Este retraso, no le vino bien a La Moneda ya que, con esto, se retrasaba la publicación de la convocatoria que, antes del 24 de marzo, nos tiene que proveer de la nómina de los 216 monitores que serán responsables de sacar adelante los cónclaves. Sin embargo, las razones esgrimidas por el Consejo hicieron alusión a la falta de transparencia de parte del gobierno para hacer la coordinación del “proceso participativo” ya que han señalado que la información ha sido parcelada e insuficiente para el avance en el proceso, lo que conlleva, naturalmente a que las definiciones y opiniones no sean lo necesariamente reflexivas y maduradas para dar una respuesta definitiva. En buen chileno, lo que estaban pidiendo era mayor información antes de tomar decisiones definitorias sobre los perfiles y requerimientos de las personas que serán facilitadoras de este Proceso Constituyente, lo que parece razonable.

Lo que se supo posteriormente fue que los equipos territoriales contarán con tres clases de profesionales:

a.- Facilitadores principales: que cumplirán la función de “monitores guía”

b.- Especialistas jurídicos

c.- Facilitadores a cargo de la sistematización del diálogo: serán los responsables de llevar un registro de las actas y de las conclusiones que se resuelvan en los diversos cabildos.

Quienes quisieran participar, como parte de estas tres “clases de profesionales” debían cumplir con los requisitos que expongo a continuación:

Para facilitadores principales, se debía cumplir con tener un título profesional, de preferencia en humanidades, ciencias sociales o comunicaciones y, lo más importante, debían contar con experiencia comprobada en la conducción de procesos de participación ciudadana”. Gracias a lo anterior, se suponía que tenían experiencia en resolución de conflictos, negociacion de conflictos, capacidad de manejo político, habilidad para servir de mediadores y de generadores de alianzas. Esto, obviamente acorta muchísimo las posibilidades de elección.

Para participar como “especialistas jurídicos” lo que se indicó fue que las personas que aspiran a este cargo debían contar con, al menos, una licenciatura en Ciencias Jurídicas y tres años de antigüedad, además de tener experiencia docente que sea demostrable para que puedan explicar el detalle del proceso constituyente en la provincia que esté a su cargo a las personas que asistan a los encuentros, abordar preguntas y comentarios respecto del derecho constitucional y asistir como apoyo en los encuentros ciudadanos que necesiten apoyo jurídico.

Finalmente, para quienes quieran participar como facilitadores a cargo de la sistematización del diálogo, que serán los responsables de formar a los facilitadores que sean voluntarios para llenar formularios y llevar el registro, además de administrar las bases de datos que sean generados en el marco de este proceso en los determinados territorios, deben cumplir con el perfil que ha generado mayor polémica ya que deben ser mayores de 18 años y, de preferencia, deben tener residencia en el lugar en el cual se realice el cabildo (y aquí viene lo que fue un ají en el culo para los partidos) NO debe ser “dirigente de partidos políticos o  de movimientos políticos en los últimos dos años”.

Afortunadamente, el Consejo y el Gobierno lograron ponerse de acuerdo y llegarona un acuerdo en uno de los puntos que estaban siendo un dolor de cabeza para el proceso, que tenía que ver con la contratación o no de militantes de partidos políticos. La solución más salomónica que encontraron consiste en la cláusula prohibitiva de que se desempeñen en este cargo los dirigentes nacionales o regionales de los partidos políticos sin excluir a la gente que sea militante, y además pedirán que tampoco puedan postularse a ser candidatos a alcalde o concejal.

Anteriormente había mencionado que existe un modelo de participación a través de internet. Esta forma ya cuenta con una pequeña encuesta de cuatro preguntas que son vinculantes con los tres ejes discursivos y temáticos mencionados anteriormente y hay una cuarta pregunta que es de carácter abierto: “¿Qué Constitución quieres para Chile?”

Estas preguntas las puedes responder a través de un formulario web si tienes más de 14 años y te tienes que identificar a través de tu clave única del Registro Civil o, más fácil, con tu RUT. La dirección de esta página debería estar disponible e informarse prontamente.

Así van las cosas hasta el momento y no me queda más que entregarte la siguiente infografía.

Infografía

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