Autonomías regionales y nueva Constitución

El debate público y político actual y en el futuro previsible incluirá a no dudarlo, la cuestión de una nueva Constitución para el Chile del siglo XXI

Por Director

08/12/2008

Publicado en

Política

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El debate público y político actual y en el futuro previsible incluirá a no dudarlo, la cuestión de una nueva Constitución para el Chile del siglo XXI.mapa-politico-342k2

Si el debate comenzó o se va a manifestar durante la campaña presidencial y parlamentaria del 2009, lo importante es que las regiones y las comunas, pongan en la agenda política, el estatuto jurídico, político e institucional que tendrán en el nuevo marco constitucional.

¿QUIÉN DIJO QUE EL NORTE QUEDABA HACIA ARRIBA Y EL SUR HACIA ABAJO?

Los magallánicos hemos sido particularmente sensibles sobre la importancia e incidencia del sentimiento regionalista que impera entre nosotros y que sin tener una traducción política explícita (no hay partidos ni movimientos regionalistas en Magallanes en el presente), creemos necesario contribuir al debate constitucional, promoviendo algunos conceptos e ideas para que las regiones y las comunas tengan mayores niveles de atribuciones y de recursos.

La historia de la constitución de la región de Magallanes, desde 1843-1848 en adelante, es la historia del centralismo santiaguino imponiendo sus condiciones, su orden político y sus modelos de desarrollo al último territorio pionero de la nación.

En el Chile de hoy y habida consideración de la historia política e institucional de la República, la capital ahoga  a las regiones, y las regiones se ven privadas de muchos recursos que se centralizan en la capital.  El centralismo es un mal histórico y un fenómeno generalizado en la cultura política de Chile, y se manifiesta en el Estado, en la administración pública, en el sistema político y en las propias regiones, pero además se percibe en el sistema económico y en las empresas.

Mientras algunos magallánicos hablan simbólicamente de una “república independiente de Magallanes“, los bancos, las cadenas de supermercados, las empresas pesqueras, las empresas forestales, las compañías de seguros, las empresas de marketing, las AFP, las empresas funerarias y las compañías telefónicas, entre otras, y que operan en esta austral región, son todas dirigidas y administradas desde Santiago…

Creemos que en los inicios del siglo XXI, la nación debe avanzar hacia formas cada vez más modernas, democráticas y eficaces de autonomía regional.  Se trata no solo de democratizar la regionalización, sino sobre todo de regionalizar la democracia.

AUTONOMÍA REGIONAL ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

El concepto de autonomía regional puede entenderse -para llos efectos de este texto- como el conjunto de condiciones políticas, institucionales, administrativas y jurídicas que permiten a una región administrar sus propios recursos fiscales, determinar sus políticas públicas y gestionar la función pública con determinados grados de independencia de las políticas nacionales.

Las regiones en Chile han tenido un estatuto jurídico y político generalmente subordinado y dependiente, en virtud dee la estructura constitucional y legal básicamente centralista que predomina desde la época de la Constitución de 1833 y en adelante.  Las actuales regiones fueron creadas como entidades territoriales desde la reforma administrativa ejecutada por el régimen militar en 1975.

Las regiones hoy poseen un conjunto de atribuciones y recursos, pero un cúmulo de funciones y decisiones siguen adoptándose a nivel central, de manera que los procesos de descentralización, desconcentración y regionalización han avanzado con extrema lentitud, no obstante los esfuerzos emprendidos desde 1990 en adelante.

UNA AGENDA DE LA AUTONOMÍA REGIONAL

Sin perjuicio que se formule un marco de propuestas, creemos que algunos de los puntos centrales de una agenda de la autonomía regional, pueden ser, entre otros, los siguientes:

Más autonomía tributaria y fiscal

Generar determinados impuestos regionales, a partir de la explotación de recursos naturales, y los que serían de administración estrictamente regional.

Más autonomía administrativa y de gestión

Avanzar hacia la formación de servicios públicos regionales, no obstante la existencia de servicios públicos descentralizados y desconcentrados radicados en las regiones y comunas.

Más autonomía política

Incrementar las atribuciones y facultades y en la democratización de los Consejos Regionales, de manera que aumenten sus facultades fiscalizadoras y decisorias en materia de desarrollo regional y presupuestos.

Los Consejos Regionales debieran estar dotados de facultades legislativas de alcance regional y local, de manera que puedan producir normas legales y reglamentarias en el marco de sus atribuciones y en los territorios jurisdiccionales de las regiones y comunas respectivas.

Fortalecer el carácter democrático de los gobiernos regionales, mediante la elección universal de los Intendentes Regionales y los Consejeros Regionales.

Fortalecer las atribuciones de los Concejos Municipales como órganos colegiados de gobierno de cada comuna.

La autonomía de las regiones y de las comunas se fortalecerá con la implantación de los plebiscitos regionales y comunales, de las consultas populares, de los presupuestos participativos a nivel regional y de las comunas.

Manuel Luis Rodríguez U., Cientista Político

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