Elecciones presidenciales

Bolivia a 9 años de la conquista de su soberanía

El Estado Plurinacional de Bolivia se prepara para las elecciones presidenciales del 12 de octubre donde el binomio “Evo Morales + Álvaro García Linera” bajo el amplio apoyo de los movimientos sociales, indígenas y sindicales promete ganar por mayoría conquistando su tercer periodo consecutivo.


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El proceso electoral que estará a cargo del Órgano Electoral Plurinacional, será el encargado de ejecutar los comicios a través de los cuales el próximo 12 de octubre (día de la descolonización) las ciudadanas y ciudadanos bolivianos definirán al nuevo mandatario para el periodo 2015-2020, 130 miembros de la Cámara de Diputados y 36 integrantes del Senado.

En marzo pasado, los cinco candidatos presidenciales Evo Morales Ayma (Movimiento al Socialismo), Juan del Granado (Movimiento Sin Miedo), Samuel Doria Medina (Unidad Democrática), Jorge Tuto Quiroga (Partido Demócrata Cristiano) y Fernando Vargas Mosua (Partido Verde de Bolivia) oficializaron sus carreras en busca de la presidencia.

Estas elecciones ponen en juego la profundización del Proceso de Cambio boliviano, que surgió a partir de la acumulación de fuerzas del movimiento indígena desde las Marchas por el Territorio y la Dignidad (1990), y más directamente desde la Guerra del Agua (2000) y la Guerra del Gas (2003). La decisión debate la continuidad de estos procesos encauzados políticamente a través del partido Movimiento al Socialismo MAS IPSP desde 2005 o el retorno a las antiguas fórmulas que en el pasado llevaron a Bolivia a ser el país más pobre de la región.

 

La Oposición

La oposición boliviana está profundamente ligada a un pensamiento político neoliberal que aspira a la restauración del antiguo estado colonial republicano.

Entre los años 2006 y 2009 la oposición boliviana apostó al boicot político y económico a través de acciones militares separatistas con afanes económicos especulativos, lo que desató una ola de violencia racista entre la autodenominada “media luna” (Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz) que separaba simbólica y territorialmente a los territorios del oriente con el resto del país. En esta ocasión a pesar de haber logrado efectuar los referéndums autonómicos sin la autorización del gobierno central, los ímpetus separatistas fracasaron en el referéndum revocatorio de agosto de 2008 y el golpe cívico prefectual de octubre el mismo año.   Consecutivamente en el tiempo, la oposición ha sido testigo de otras derrotas ideológicas como la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (febrero de 2009) donde claramente se establece el carácter indígena que compone las naciones dentro del Estado Plurinacional, la reelección de Evo Morales en diciembre de 2009 y el censo de 2012 que demostró que Bolivia es un una sociedad mayoritariamente indígena que no puede ser gobernado bajo retrogradas formas indigenistas ni coloniales.

La oposición se caracteriza por negar los cambios y transformaciones conquistados por la administración de Evo Morales en los planos económicos, sociales, políticos e institucionales. Las propuestas de la oposición (particularmente las del empresario UD Samuel Doria Medina) continúan siendo en la lógica de favorecer la inversión privada y extranjera en la exploración, explotación y manejo de los recursos naturales bolivianos, ignorando por completo el proceso social de empoderamiento ciudadanos en torno a estos recursos y sus beneficios para la economía. Pareciera ser que desde la mirada de la oposición los recursos naturales siguen siendo mercancías de propiedad privada, con tendencias a relegar al olvido  los principios de una sociedad bajo la perspectiva del Vivir Bien y el Socialismo Comunitario.

Jorge Quiroga (PDC) se ha enfocado en propuestas como retornar el nombre de “República de Bolivia” al actual Estado Plurinacional, subestimando el valor histórico que el pueblo boliviano ha otorgado a esta conquista tan costosa. En su «Programa de Gobierno para la Gente» el candidato al igual que sus adversarios incluye las temáticas del empleo, ingresos, energía limpia, acceso a internet, educación, salud, vivienda, servicios básicos, seguridad, democracia, justicia y autonomías locales. Por otro lado, el candidato Fernando Vargas (PVB) apunta su candidatura hacia una estrategia ecologista con perspectivas democráticas, de economía solidaria, y educación para la vida.

Sin embargo, estos candidatos carecen de un balance nacional con estrategias reales, perspectivas históricas y proyecciones estratégicas de futuro, en un contexto social en el que la población ha aprendido sobre democracia e inclusión social en los últimos años.

 

Proyecto por la continuidad del Proceso de Cambio (MAS IPSP)

La mayoritaria aprobación de la gestión de Evo Morales está ligada a la Nueva Política Económica con que Bolivia ha podido disminuir la pobreza y la desigualdad. En una evidente nueva etapa, la inversión pública en obras como aeropuertos, caminos, y escuelas, la inversión en políticas sociales y desarrollo productivo, tanto como las mejoras en las condiciones materiales de vida, son productos claros de la redistribución de la riqueza y la nacionalización de los recursos naturales como el agua, el gas y los hidrocarburos.

La Nueva Política Económica impulsada por el gobierno del MAS tiene entre sus objetivos no sólo avanzar hacia el Socialismo Comunitario y el Vivir Bien, sino que además evitar derivar hacia un capitalismo de Estado. Para esto, los recursos económicos obtenidos de las ganancias de la nacionalización no son destinados a capitalizar a otras empresas privadas (como en tiempos neoliberales) o al propio Estado y su burocracia (capitalismo de Estado) y por ello, la profunda redistribución de la riqueza  hacia la sociedad es posible a través de bonos, aguinaldos dobles, aumento del salario mínimo, etc. {destacado-1}

La nacionalización de los hidrocarburos (recuperación de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos YPFB), ha permitido a la administración de Evo Morales contar con el incremento del PIB per cápita de USD1.010 millones (2005) hasta los USD2.757 (2013) en tan solo 8 años, aumentando las reservas internacionales y posicionando a Bolivia como una de las economías más prósperas de América Latina. El gobierno de Morales ha querido gestionar la redistribución de los ingresos generados en la nacionalización de los recursos hacia la población, a través de la entrega de bonos como un beneficio directo a las personas, invirtiendo en industrialización y diversificando la matriz productiva del país como proyecto económico a futuro que profundice los alcances de su proceso.

En la actual contienda política, el candidato del MAS se ha propuesto incrementar en un 10% el voto que históricamente ha conquistado, con miras de alcanzar una mayoría electoral cercana al 74%.

Los avances políticos democráticos (donde ha sido fundamental la aprobación de la Constitución Política del Estado), productivos económicos (como las inversiones en industrialización), sociales (como los bonos a estudiantes y tercera edad), energéticos (como la fabricación de litio y la producción del gas) y científicos (como la puesta en órbita espacial del primer satélite boliviano “Tupac Katari”) son los antecedentes materiales con que el binomio Evo Morales + Álvaro García Linera apuestan a la reelección.

 

12 Propuestas para el Vivir Bien

En enero de este año, el presidente Evo Morales ha presentado públicamente los pilares de  la Agenda Patriótica del 2025 fundada en el Vivir Bien como principio activo del Estado Plurinacional de Bolivia. En esta misma línea, el programa de gobierno de su actual candidatura postula 12 Propuestas para el Vivir Bien dentro de las cuales figuran:

  1. Reducción de la extrema pobreza, con una meta del 9% para 2020 y 0% para el 2025; 2.Universalización de los servicios básicos, con una cobertura de 100% de agua potable y electricidad para las zonas urbanas para 2020, y un 90% de cobertura de estos servicios para el área rural; 3.Acceso a la vivienda, educación y salud, donde se propone que para 2020 el 70% de la población esté respaldada por el Seguro Universal de Salud; 4.Revolución tecnológica y científica, donde se aspira a producir energía nuclear con fines pacíficos que asegure la independencia energética de Bolivia; 5.Inversión para la profundización de la industrialización, productividad y empleo en busca de soberanía energética para el país, donde destaca una millonaria inversión para la explotación de litio; 6. Producción de alimentos que asegure la soberanía alimentaria de Bolivia; 7.Agua para la vida como una propuesta para el manejo del riego y del agua, la biodiversidad y los recursos forestales; 8.Vías de comunicación, conexión e integración con el desarrollo de carreteras, terminales aéreos, ferroviarios, fluviales y de transporte por cable, donde destaca el proyecto de ampliación del teleférico en La Paz; 9. Cuidar el presente para asegurar el futuro a través de distintas propuestas como los bonos y la ampliación del salario; 10. País soberano y seguro, como propuesta que apunta a mejorar la seguridad ciudadana, la lucha contra el narcotráfico, los problemas en el sistema de justicia y la corrupción; 11. Instalación de la Asamblea por la Revolución de la Justicia Digna con participación social y la Ley de Reforma y Referéndum Constitucional para el cambio judicial en busca de la Revolución del sistema jurídico con participación del pueblo, basado en la trilogía aymara de “Ama Suwa, Ama Llulla, Ama Quilla” (no robar, no mentir, no vagar); y por último, 12. Diplomacia de los Pueblos como un desafío boliviano por un orden mundial por la vida y la humanidad, en miras de aportar para una reforma de las Naciones Unidas y una nueva arquitectura mundial financiera internacional, donde Bolivia busca el retorno al mar con soberanía, proteger y promover los derechos de los pueblos indígenas y la defensa de la hoja de Coca a nivel internacional.

En el último tiempo el actual gobierno del MAS ha protagonizado instancias políticas que son una clara demostración de su liderazgo y profesionalismo, como lo ha sido la exitosa cumbre de los 50 años del G77+China realizada en Santa Cruz (territorio que habiendo sido emblemáticamente de oposición hoy da cuenta de una aprobación al gobierno de Morales), el Encuentro Sindical Antiimperialista y el Foro de Sao Paulo.

 

La campaña electoral

El proceso electoral ha estado cargado de sorpresas y acusaciones. Desde el frente opositor al oficialismo la principal disputa tuvo lugar al inicio de la campaña cuando la oposición reclamaba que la Constitución inhabilitaba la reelección por segunda vez del presidente Evo Morales, considerando como primer periodo su mandato 2005-2009. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral reconoció la validez de la candidatura del MAS argumentando que el candidato se encontraba sujeto a esta disposición solo desde el 2010 cuándo ya había entrado en vigencia la nueva Constitución.

Contrario a las intenciones de la oposición las encuestas arrojan una evidente aceptación mayoritaria al actual presidente.

La aparición de la Generación Evo ha sido una de las sorpresas del proceso electoral que ha inyectado de energía y apoyo juvenil la contienda política, especialmente dotando de perspectivas de futuro al proyecto del Proceso de Cambio. La Generación Evo ha estado presente en variados debates televisivos, radiales, y encuentros regionales donde han sido jóvenes del campo y la ciudad, comprometidos con el proceso, los que han dado muestras de solvencia política y han declarado sus intenciones de cuidar y profundizar el Proceso de Cambio con miras a proteger los recursos nacionales bolivianos ante la amenaza imperialista. Otra de las importantes noticias es que desde el 1 de mayo la Central Obrera Boliviana (COB) estableció acuerdos políticos con el MAS.

Anteriormente a la promulgación de la Constitución Política del Estado (2009) las elecciones en que ninguno de los candidatos alcanzaba el 50+1 eran definidas por el Congreso. Situación que durante muchos años favoreció la suerte del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y la Acción Democrática Nacionalista (ADN) que se alternaban en el poder, donde los presidentes como Gonzalo Sánchez de Lozada y Hugo Banzer Suárez (el dictador) asumían el poder con apenas un 33,8 o un 22, 5%.

A diferencia de esa situación en estas elecciones se implementará la ley de distribución de escaños por departamentos. Desde 2009 esta ley fundada bajo los principios de equidad y proporcionalidad, determinó que si el candidato más votado  no alcanza el mínimo de un 40% con una ventaja sobre el 10% con su oponente, debe enfrentar una segunda vuelta electoral. A pesar de esta ley, el candidato Evo Morales nunca ha necesitado llevar su candidatura a segunda vuelta, pues los resultados obtenidos han superado los porcentajes que le acreditaron su triunfo electoral tanto en 2005 con un 53,7%, el 2007 cuando Morales vence el Referéndum Revocatorio impulsado por la oposición con un 67%, o como en las elecciones de 2009 con un 64,2% de los votos válidamente emitidos.

Según el Informe Electoral del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (basados en los resultados sondeados por la consultora IPSOS y Equipos Mori), a un mes de las elecciones el candidato del MAS ganaría con un porcentaje entre el 54 y el 59% de los votos, con lo que probablemente no habría necesidad de ejecutar segunda vuelta.

Las encuestas además arrojan  como segunda mayoría al candidato Samuel Doria Medina (UD) con una aproximación del 14%, mientras que los otros tres candidatos Fernando Vargas, Juan del Granado y Jorge Tuto Quiroga se repartirían un porcentaje inferior al 7%. Además, las encuestas indican que existe una cantidad de votos nulos, indecisos o blancos cercano al 17%, puntos que representan el electorado que aún puede ser conquistado por los distintos candidatos.

La reelección de Evo Morales Ayma lo convertiría en el presidente que ha gobernado Bolivia por más tiempo bajo índices de aprobación únicos en la historia de este país.

Perspectivas futuras

Observando las propuestas presidenciales de los candidatos y los antecedentes de la economía boliviana es posible vislumbrar algunos de los desafíos que deberá enfrentar la próxima administración boliviana.  Por un lado el nuevo presidente de deberá administrar las ganancias de la próspera economía boliviana que según lo informado por el FMI en 2013 alcanzó un crecimiento del 6,7% (donde según el mismo informe Chile creció un 4,4%), crecimiento que debería mantenerse o incrementarse. Además deberá hacerse cargo de los aún altos niveles de pobreza y pobreza extrema (que han pasado del 40% en 2002 a un 18% en 2013). Para ello el nuevo gobierno deberá reducir aún más estos índices invirtiendo en políticas sociales como el ya adelantado programa Renta Dignidad (destinado a adultos mayores) y el Bono Juancito Pinto (para estudiantes básicos y secundarios).

El acceso a los recursos naturales y el acceso a los servicios básicos deberán ser una prioridad demandando mayor cobertura tanto para la población urbana como rural, donde un 50% de la población aún no cuenta con suministro de gas natural.

Desde la nacionalización de los hidrocarburos en 2006,  Bolivia se ha convertido en uno de los más importantes proveedores de gas natural de la región junto a Argentina y Brasil. En Bolivia el valor mensual del servicio de gas domiciliario para una familia promedio (4 personas) no supera los 40 bolivianos, equivalentes a $3.500 chilenos. El desafío en esta materia será consolidar el autoabastecimiento interno de gas licuado, gas natural y gasolinas.

La ciudadanía exige una ampliación de los puestos de trabajo, reducción del desempleo, mejora del sistema educativo, y una mejora de las condiciones viales y sanitarias que aún son deficitarias en el país.

Y sin duda alguna el mayor desafío en materia de política exterior será enfrentar la problemática del mar y las demandas interpuestas ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra Chile. Donde el desafío no es tan solo ganar una demanda ante un organismo internacional sino promover el diálogo y capitalizar las fuerzas ciudadanas chilenas bolivarianas que abogan por una reciprocidad energética, en la que eventualmente Chile entregara un acceso al mar a Bolivia a cambio de un recurso  preciado y costoso como el gas.

Ante los pronósticos electorales de los especialistas y el inminente triunfo del MAS, la opción de la oposición estará destinada a impedir que el partido de Evo Morales consiga mantener los dos tercios (que hoy tiene) de representantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ex Congreso Nacional), como único método para bloquear las iniciativas legislativas del Proceso de Cambio. Pero como señala el investigador y analista internacional boliviano Hugo Moldiz “esa es una mirada que subestima la historia reciente y el vigor de los movimientos sociales, cuya capacidad de organizar la hegemonía en la sociedad ya ha dado muestras suficientes de su fortalezas para romper las amenazas al proceso de cambio”.

Lo interesante, es que en hoy día  el principio desde el cual los bolivianos cuestionan el acceso a los recursos naturales, los servicios básicos y las ganancias de la productividad e industria nacional hacia el próximo periodo presidencial y el futuro, es el de igualdad y equidad en búsqueda de una sociedad más justa. Hoy el pueblo boliviano posee un capital político histórico que le entrega las herramientas para elegir consiente y en conocimiento de su proyecto al próximo presidente de Estado.

Valor internacional de la experiencia boliviana

Sin duda el actual Proceso de Cambio boliviano ha sido un proyecto político contra hegemónico anti neoliberal que ha marcado una importante tendencia para los gobiernos progresistas de la región.  Bolivia, Venezuela, Ecuador, y (menormente) Argentina, Brasil y Uruguay están construyendo precedentes de soberanía en Latinoamérica. El actual modelo económico alternativo de Bolivia ha sido reconocido por diversos analistas internacionales e incluso cadenas informativas como CNN. El valor regional y mundial de esta alternativa política en la lucha por la libertad, dignidad y soberanía de los pueblos ha sido premiada desde hace años en todo el mundo, y la reciente presencia del presidente Evo Morales en la I Conferencia de los Pueblos Indígenas de la ONU en Washington ha sido una muestra de ello.

Evo Morales Ayma, el primer presidente indígena de Bolivia quien en 2008 expulsó a la embajada norteamericana, la DEA, y la USAID (2013) del territorio boliviano, hoy parece ser el rostro de un proceso de cambio ciudadano y soberano que se niega a terminar.

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