Correlación de Fuerzas, Asamblea Constituyente

Frei dice ojo con la revolución bolivariana, habla de intromisión en asuntos nacionales, pero nada dice de los que tenga el Eje Colombia-Chile -quien sabe Perú, que también juega a la guerra en ejercicios Unitas


Frei dice ojo con la revolución bolivariana, habla de intromisión en asuntos nacionales, pero nada dice de los que tenga el Eje Colombia-Chile -quien sabe Perú, que también juega a la guerra en ejercicios Unitas.

La intromisión en el territorio soberano de los pueblos de Chile por corporaciones, agentes especiales de la CIA, Chicago Boys y otras vainas, han violado el Estado de Derecho de los pueblos, han saqueado los territorios a diestra y siniestra, inscrito para dominio exclusivo vastas extensiones de tierras y recursos estratégicos que debiesen ser en parte mayoritaria de la Nación.

Está Nación más grande se llama América del Sur, o del Norte, señor Frei, se llama España, señor Lagos, ¿Qué hay de la Unasur?, Presidenta usted recibe a Uribe, en misión de quién viene él, usted como experta en Defensa y que estudió en la Escuela de las Américas.

Y es que no es por ser divisionista pero se está bien con Dios o con el Diablo y si su propósito es que ambos hagan las paces, no se vaya a quemar la mano.

Unasur, Asambleas Constituyentes, es lo que queremos, cambio de Régimen Político como dice MEO, otro país y una gran nación hermana latinoamericana, que regule internacionalmente el Cobre, la Plata y el Oro tal cual lo hace la OPEP en el Petróleo por qué no.

Pero para esto hace falta que caiga el Virreinato del Perú, que caiga en manos de los pueblos altiplánicos y amazónicos, en los originarios, dando una lección democrática como lo ha hecho Ecuador con Correa, y la hermana Bolivia con Evo. Así las voluntades emancipadoras podrán conjugarse para el acto libertario de nuestra gran Matria.

Hay que decirlo para que no se piense mal y no quieran irrumpir con guerra ni menos instalando más bases militares, esta vez iremos con calma, no les pegaremos la PLR y los mandaremos cambiar sin ni uno a las grandes transnacionales, se hará Justicia, donde paguen lo adeudado, reparen lo dañado y se establezca nuevo tributo al Estado, que contribuya a la ejecución de los planes sociales, de educación y salud que los pueblos de Chile merecen y se le han postergado por tanto pacto a espaldas de la multitud.

No queremos privatización del mar, no queremos controles genéticos de las semillas, queremos poder manifestarnos libremente en las calles sin perjuicios represivos policiales, queremos el agua libre y limpia para los pueblos y ciudades de Chile, decimos no a la Gran Minería, y no a las Termoeléctricas y al Petcoke, matriz energética de acuerdo a un desarrollo sustentable, considerando ventajas geográficas como el sol del norte y los vientos costeros. Sin recargar por ello de traga luces solares que no dejen que el rayo bese la Tierra, ni menos llenar de aspas que se rapten la danza de los vientos. Todo en su justa medida y con calma, pues el llegar a un gran acuerdo amplio y participativo nunca fue tan importante.

En este proceso libertario y soberano, esperamos que el Ejército sepa resguardar la democracia, dejando la fuerza de las asesinas armas, para defender la vida y así los jinetes de esta gran América ser fieles al fantasma de una desteñida Logia Lautarina, no reconocida como regular por Londres, y que dejó San Martin al irse a Europa triste, tal vez previendo en lo que acabaría la falsa independencia en manos de un O’Higgins dictador que no toleró vivo a un libertario Rodríguez, para correr tras un Bolívar que nunca los pescó y que entregó extrañamente a Miranda, a la muerte en prisión.

Por Otro Bicentenario

Bruno Sommer

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