Crisis de la SECOM: Manual de las torpezas comunicacionales del gobierno

La salida de Germán Berger de la dirección de la Secretaría de Comunicaciones de Gobierno (SECOM), viene a ser un botón de muestra de los grados de descoordinación de La Moneda en esta materia. Aún más cuando el defenestrado director de esta estratégica área – dependiente del ministerio Secretaría General de Gobierno – es el tercero que pasa en los dos años y medio de la gestión de la presidenta Bachelet.

El 11 de marzo de 2014 asume en el cargo la periodista Paula Walker, cercana a Bachelet que la acompañó en su periplo como directora ejecutiva de Onu Mujer, tras haber sido su jefa de comunicaciones durante la campaña presidencial. A ella la secunda como subdirector el ingeniero civil industrial Carlos Correa, hijo del ex ministro y lobbysta Enrique Correa, quién es impuesto por los representantes de la vieja Concertación.

Allí se dieron las primeras señales en la errática estrategia comunicacional del gobierno, que daba cuenta del choque de postura al interior de la Nueva Mayoría: quienes se cuadraban con las reformas propuestas por Bachelet y quienes operaban por mantener intacto el legado conservador de la Concertación. 

Paula Walker

Primero fue Walker quién dejó el cargo tras una serie de desavenencias con el comité político, siendo reemplazada por el subdirector de la SECOM. Luego Correa fue quién cayó tras una serie de tiras y aflojas con  el segundo piso de Palacio, el petit comité  de la presidenta Bachelet. Este hecho coincide con el turbulento cambio de gabinete realizado por Bachelet en mayo de 2015 y dejaba entrever el nivel de tensión al interior del gobierno.

En medio de este panorama asume el cineasta Germán Berger, quién durante su gestión no logró coordinar el discurso de gobierno siendo finalmente absorbido por las «intrigas de Palacio» y teniendo que salir por la puerta más pequeña de La Moneda.

En este sentido, y en conversación con El Ciudadano, el director de la escuela de periodismo de la Universidad de Chile, Laureano Checa, cree que este hecho responde a «el reflejo más de otra serie de cambios que han sido una suerte de «innovación» de este gobierno, recordemos que este es el primer gobierno que cambia al ministro de Hacienda a medio camino. Y ha hecho una serie de cambios que no han sido habituales en gobierno habituales y uno de esos tiene que ver con este cambio».

Al mismo tiempo, desde el interior de La Moneda una fuente vinculada a la SECOM expresa que «las deficiencias no son de Secom, la deficiencia radica en el comité político, que no ha sabido entregar cuales son los lineamientos esenciales que se quieren transmitir«.

«Todos sabíamos de la cercanía y la lealtad de Paula Walker con la presidenta, era lógico que la comunicación interna iba hacer fluida y sin contratiempos, pero la imposición Carlos Correa como subdirector en ese entonces genero que la forma de comunicar empezará a fallar. La SECOM es un ministerio dentro del ministerio secretaria general de gobierno, pero sin la independencia necesaria para trabajar» agrega la fuente.

Germán Berger

Asimismo, el director de la escuela de periodismo de la Universidad de Chile recalca que «Este cambio es menos visible pero que contrasta con lo sucedido en el primer gobierno de la presidenta Bachelet, donde había una figura muy fuerte (Juan Carvajal) en la SECOM. Simbólicamente es muy potente en este espacio que tiene por tarea generar la imagen del gobierno«.

Hecho que es ratificado por la fuente a la que accedió El Ciudadano, quién explica que la «Secom se maneja en varios departamentos de trabajo, un área de estudios, otro para ver el impacto en los medios a nivel nacional, otro grupo trabaja en los aspectos claves de las reformas más importantes del gobierno, y por ultimo un grupo de profesionales que se enfoca en el nivel de comunicación general.  Dentro de esta lógica, la mecánica funciona, pero cuando pones a la cabeza profesionales que vienen del ámbito privado y jamás trabajaron desde lo público, el mensaje falla, no puedes comunicar una política pública como si esta fuera un producto de mercado. Son diferentes lineamientos a transmitir, se perdió la emotividad y transformaron todo en una tecnocracia comunicativa».

Junto con lo anterior, para el profesor Checa el alto nivel de descoordinación a nivel comunicacional tiene relación con el particular esquema de este gobierno y, principalmente de su coalición de partidos la que tiene importantes desaveniencias en los principales ejes de su programa.

«Este tipo de cambios hacen reflejar el diseño al cual se enfrentaba este gobierno una vez que se encuentran en el Ejecutivo. Era un gobierno con muchas expectativas e ideas que chocaron desacuerdos internos en la Nueva Mayoría lo que ha requerido a ajustes y acuerdos, lo cual se refleja en la forma que se comunica«, señala Laureano Checa.

Y agrega el director de periodismo de la Universidad de Chile que «Culpar a una persona de esta serie de descoordinaciones que se han dado a nivel comunicacional me parece injusto, el director de la Secom no tiene la culpa de que a principios de la semana el subsecretario del Interior plateara que no se podía cerrar Punta Peuco y que luego el ministro del Interior saliera a decir que lo están estudiando. Pero evidentemente que una persona que ayude a ordenar y a dar protocolos y lineamientos sobre la comunicación del gobierno por cierto que será una contribución»

Finalmente, la fuente vinculada a la Secretaría de Comunicaciones recalca que «En primer lugar, creo que Paula Walker jamás debió dejar SECOM, lo que debió haberse hecho era  reestructurar la mecánica de trabajo, incorporar profesionales de la comunicación política y del marketing político. Correa un tecnócrata  y Berger un Cineasta, dos nombres que jamás debieron tomar el mando de SECOM, era lógico que fallaran en esta tarea. Pero insisto, el problema radica en el comité político, que nunca se ha puesto de acuerdo en el “que transmitir” y esto principalmente se da por la presencia de personeros al interior del gobierno, que impiden que las reformas estructurales del gobierno se lleven a cabo.  Por ende, si fallan las comunicaciones, fallaran las políticas públicas y las reformas».

José Robredo H. 

@joserobredo

El Ciudadano