Cristian Cuevas, Felipe Ramírez y Melissa Sepúlveda analizan lo sucedido en las Elecciones españolas

Representantes políticos y sociales analizan los resultados de las elecciones españolas celebradas el pasado domingo y opinan acerca de los mecanismos que tiene Chile para experimentar un proceso de transformación similar basado en la unión del poder popular.

Por Marta Ubeda

27/05/2015

Publicado en

Chile / Política / Portada

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Cristian Cuevas. Militante del Partido Comunista de Chile en misión diplomática en España como agregado laboral.

Cristian Cuevas

Militante activo desde temprana edad, Cristian Cuevas vivió en primera persona las elecciones municipales y autonómicas que se celebraron en España el pasado domingo. Por ello, y por su experiencia en la lucha de los trabajadores -fue presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre-, hemos creído importante conocer su opinión acerca del cambio surgido en España a partir de la unión popular.

«Lo que ha ocurrido en España es un proceso que se está construyendo. Hay una señal clara de un pronunciamiento de las fuerzas destinadas a generar los cambios y volver a un sistema que ofrezca mayor protección a las libertades sociales«. Cristian Cuevas considera que los optimistas resultados de las elecciones españolas responden a «nuevas formas de hacer política» ya que, recordemos, la unión de la izquierda surgida de movimientos sociales y plataformas ciudadanas acumuló gran cantidad de votos que permitieron arrebatarle a la derecha tradicional la mayoría absoluta de los parlamentos autonómicos.

El que fuera secretario de negociación colectiva, conflictos y solidaridad de la CUT se muestra prudente al calificar la importancia y la transcendencia de lo ocurrido el pasado domingo en España, pero califica lo sucedido como «una señal potente y esperanzadora, eso sin duda«.

El escenario político de varias Comunidades Autónomas y municipios continúa siendo una incógnita debido a la ausencia de mayorías absolutas. El futuro de estas regiones depende de los pactos y las alianzas que se lleven a cabo los próximos días.

En cuanto a las posibilidades de que la demanda de cambio expresada por los ciudadanos españoles en las urnas pueda extrapolarse en algún momento a Chile, Cristian Cuevas recuerda lo sucedido con los trabajadores del cobre en 2007 y 2008, así como «el pingüinazo de 2006» o «la escena final de la gran irrupción de este siglo: el tema de los estudiantes y del movimiento social de 2001«, explica Cuevas.

Frente a la pregunta de si el cambio político y social podría darse actualmente en el país, el diplomático chileno defiende que las posibilidades de que eso suceda dependen de la cohesión y la coordinación de los diferentes actores sociales y políticos, así como de la inclusión de la mayoría de la población que no participa en la vida política del país y que se mantiene al margen de posibles cambios.

«El tema es cómo la fuerza se podría articular desde el movimiento social. Hay que buscar un mecanismo para articular ese bloque que todavía es muy débil y que no logra canalizar el descontento. En el fondo falta generosidad, se debe converger con el otro, se deben constituir una mayoría para avanzar hacia la transformación y el cambio social«, considera Cristian Cuevas.

La forma de conseguir que Chile experimente un verdadero cambio depende de la incidencia de las fuerzas políticas y sociales en la totalidad de la sociedad, «y eso es tarea de todos, incluso los que estamos en el gobierno«, defiende Cuevas.

«El que sea capaz de aglutinar y de unir fuerzas en la diversidad y la diferencia va a hacer posible que el día de mañana se pueda construir en una fuerza alternativa«, nos explica Cristian Cuevas mientras defiende la creación y consolidación de puentes que permitan la transformación que el país necesita.

En cuanto a la llave para acceder al cambio, en España la han tenido los partidos surgidos a partir de las plataformas y organizaciones ciudadanas, como Ahora Madrid o Barcelona en Comú, partidos creados recientemente que han conseguido resultados históricos.

Cristian Cuevas considera que en Chile esa llave la tendrán aquellos actores que sean capaces de unificar las fuerzas: «Yo no me atrevería a decir quién, no lo sé; pero hay que hacer esa búsqueda«. Eso sí, el diplomático insiste en que lo sucedido en España no se debe extrapolar a Chile pues los escenarios sociales y contextos políticos son bien distintos. «No se trata de la sumatoria y de que inmediatamente constituyamos eso, tiene que seguir su proceso. Hace falta experiencia, y esa experiencia tiene que ser construida entre todos«, explica Cuevas haciendo referencia a la unión de los diferentes actores políticos y sociales del país.

Felipe Ramírez. Periodista. Miembro de la izquierda libertaria. 

Felipe Ramirez FECh

Felipe Ramírez, periodista y ex secretario general de la FECh, es también bien conocedor de lo acontecido en España el pasado domingo que, según nos ha explicado, es una «muestra concreta del desgaste que vive el bipartidismo del Partido Popular y el PSOE en España«.

Lo que hace realmente especiales los resultados de las elecciones municipales y autonómicas en España es el origen de los partidos políticos que lograron arrebatar los principales parlamentos a la derecha española, como pasó en Barcelona y en Madrid. Felipe Ramírez detalla que lo sucedido es «la conformación de un pueblo político muy vivo que tiene su raíz en las movilizaciones sociales y que permite articular un discurso político muy diferente al de los partidos tradicionales que se conformado al hilo de la transición«.

Y es que no hay que olvidar que España vivió 36 años de dictadura instaurada tiranamente por Francisco Franco y que, tras la muerte de éste, se inició una transición muy complicada debido a la fragilidad y la vulnerabilidad del proceso democrático. Desde entonces el gobierno de España se lo habían alternado entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, derecha y supuesta izquierda, los dos partidos tradicionales. Así, durante más de treinta años, la esperanza de que una opción alternativa rompiera el bipartidismo era considerada prácticamente una utopía hasta que el pasado domingo, al fin, la democracia fue votada en las urnas.

Felipe Ramírez explica que «el discurso instalado desde la transición española, muy similar a la chilena, en el PSOE y el PP, representaban a la gran masa de la ciudadanía española, sin distinción de clases«, pero que los nuevos partidos, como Podemos, Ahora Madrid o Barcelona en Comú han abandonado ese discurso para reclamar «la reivindicación de la política como una política de clases, de la realidad social, como un ejercicio colectivo«.

Por ello, tras tantos años de alternancia en el poder, la demostración de fuerza de la unión ciudadana y popular es, como describe Ramírez, «una victoria, un triunfo«.

En cuanto a Chile, Felipe Ramírez manifiesta que «hay paralelos interesantes entre la historia política de España y de Chile, pero también hay hartos elementos que son diferentes«, por lo que no se debe tratar de extrapolar el mecanismo de cambio que ha funcionado en España, pues los contextos son completamente diferentes.

El periodista de ‘La Batalla de los Trabajadores’ nos cuenta que en Chile, el cambio se inició a partir de 2011 cuando «se produjo un proceso interesante de resquebrajamiento del discurso hegemónico del neoliberalismo, de la política encerrada en el bipartidismo«. Surgió entonces, explica Ramírez, «la lucha de masas, las pequeñas organizaciones de izquierdas que tenían un discurso más político, más desarrollado«. Tras ese renacer del poder popular en las calles se consolidaron los referentes políticos y surgió una esperanza, cuenta Felipe Ramírez, «de que se desarrolle un proceso de características similares a lo que está pasando en España«.

En cuanto a la llave del cambio, es decir, a los actores políticos y sociales que tendrán o deberán tener un papel importante en ese futuro proceso de transformación, el ex secretario general de la FECh habla de dos niveles: el movimiento social y los partidos políticos. «Hoy en día ‘la truca’ la lleva las agrupaciones estudiantiles, y por otro lado los sindicatos que este año han dado muestras importantes de paralización de estrategias y que golpean a los principales grupos económicos«, detalla Ramírez.

A partir de la efervescencia de los movimientos estudiantiles, cuenta Ramírez, «se articulan organizaciones partícipes de izquierda que abren canales y caminos interesantes como Izquierda libertaria, que se levanta con capacidad e influencia no limitada al puro espacio estudiantil«.

De cara al futuro teniendo en consideración el contexto actual del proceso constitucional y las elecciones de 2017, «la situación del país es extremadamente abierta (…) pueden pasar muchas cosas«, opina Ramírez.

El periodista miembro de la Izquierda Libertaria apunta a la discusión municipal como una pieza clave en el futuro del país: «Hay una efervescencia de las instituciones locales que está pasando medio desapercibida. Puede expresarse de manera bien contundente en algunos espacios municipales en las próximas elecciones, en la conformación de nuevas alianzas. Eso es interesante«, cuenta Ramírez que vaticina que las protestas y las discusiones acerca de la reforma laboral y la reforma educacional «van a generar harto ruido y harto movimiento en lo que queda«.

Melisa Sepúlveda, ex presidenta de la FECh. Militante de Acción Libertaria

Melissa Sepúlveda

La que fuera presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile -FECh-, Melissa Sepúlveda, conversó con este medio durante unos minutos para darnos su opinión acerca de las posibilidades de que el movimiento estudiantil pueda generar un cambio social y político en Chile similar a lo ocurrido el pasado domingo en España.

«Hay que aprender de los distintos procesos que se están dando en España, que se han dado también en algunas partes de Europa y también en Latinoamérica«, nos cuenta Melissa Sepúlveda, «nosotros apostamos por generar un cambio radical en la organización de la sociedad y eso hoy día en Chile creemos que se hace desde la organización de base, desde la organización social».

La militante de Acción Libertaria analiza lo ocurrido en las urnas españolas y detalla que los resultados obtenidos por la izquierda «no hubiesen sido posible sin el desarrollo del movimiento social«. Lo más importante, cuenta Melissa Sepúlveda, es que «ninguna alcaldía tiene garantizado nada por sí misma, sino que es el propio movimiento popular el que tiene que impulsar los cambio y las reformas para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos«.

Melissa Sepúlveda se refiere a que en gran parte de los municipios y autonomías españolas, la tradicional derecha española ha conseguido ganar en número de votos, pero sin obtener la cantidad suficiente de papeletas como para gobernar en mayoría. Por ello, el escenario político en estos momento depende de pactos y de alianzas entre partidos, alianzas para las cuales juegan un papel muy importante los nuevos partidos surgidos de la unión popular.

En cuanto al estado de la lucha social en Chile, Melissa aclara la situación actual del movimiento estudiantil, que lleva casi de diez años de intenso combate desde que en 2006 tuviera lugar la revolución pingüina, el primer gran hito de movilización en Chile: «Continuamos en esta pelea ya que, lamentablemente, debido a la falta de voluntad política de los distintos gobiernos y de la clase empresarial, se ha impedido la restructuración social».

La ex dirigente estudiantil explica que uno de los avances principales del movimiento de estudiantes es que «no sólo pedimos por una educación distinta, sino por la construcción de una sociedad que se base en el principio de solidaridad y de unidad«. Melissa cuenta que el movimiento estudiantil está en proceso de «rearticular y motivar a otros sectores sociales» y que el colectivo de estudiantes ha jugado un rol muy importante en la reactivación de diferentes luchas como la iniciada por el movimiento feminista o el sector sindical.

La ex dirigente explica que, a diferencia del movimiento de los trabajadores que quedó desmedrado tras las dictadura, a los estudiantes «se nos ha dado la oportunidad de articularnos, de organizarnos, de utilizar nuestras causas de estudio como un espacio de combate y de resistencia ante las políticas de mercado«, declara Melissa Sepúlveda.

El movimiento estudiantil podría ser la clave para que Chile experimentara una transformación real y profunda, tanto social como ideológica y política, aunque por el momento el colectivo continúa al margen de los procesos electorales. Melissa Sepúlveda aclara que el movimiento estudiantil no acepta meterse en política porque «se ve como una fortaleza mantener la autonomía del movimiento frente a los escenarios electorales«.

«En Chile hay una democracia muy deslegitimada, tenemos un 70% de abstención, uno de los más altos de todo el mundo«, argumenta Melissa Sepúlveda como uno de los motivos por los que el movimiento estudiantil prefiere mantenerse al margen de la política. Además, señala la ex dirigente, el Parlamento también presenta tasas escandalosamente bajas de legitimidad, por lo que «es un espacio que hasta el momento no se nos ha presentado como una herramienta efectiva. Por eso nos hemos mantenido frente al gobierno para enfrentarlo y poder avanzar en nuestras demandas«.

La situación actual del gobierno chileno es de crisis tras los escándalos de corrupción que han azotado al ejecutivo los últimos meses. Ante esto, cuenta Melissa Sepúlveda, «el movimieno social se rearticula. Hay una luz de esperanza dentro de Chile, dentro de latinoamérica y a nivel mundial para cambiar el modelo capitalista«.

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