El candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami presentó una de las propuestas centrales de su programa: una reforma previsional con enfoque de género, orientada a reconocer laboral y previsionalmente el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado realizado históricamente por mujeres en Chile.
La iniciativa fue anunciada junto a la vocera de campaña, Consuelo Martínez, quien expuso los fundamentos técnicos y sociales de la propuesta. “El 92% de las labores de cuidado en Chile —niños, adultos mayores, personas con dependencia— son realizadas por mujeres. Y al menos 4 de cada 10 mujeres mayores de 60 años nunca cotizó en un sistema previsional porque dedicó su vida al cuidado de otros”, señaló Martínez. “Ese trabajo representa al menos el 20% del PIB según el Banco Central, pero no genera derechos. No hay compensación previsional. Eso es lo que queremos cambiar”, enfatizó.
El corazón de la propuesta: reconocer el trabajo de cuidar como trabajo real
La reforma contempla tres pilares fundamentales:
– Cotización previsional estatal para cuidadoras registradas, o mujeres que acrediten labores de cuidado no remunerado, equivalente al 10% de una renta de referencia entre $400.000 y $500.000 mensuales, financiada por un fondo solidario intergeneracional.
– Reconocimiento retroactivo de años de cuidado, otorgando hasta cinco años de cotizaciones previsionales a mujeres que hayan dedicado su vida al trabajo doméstico o a cuidar personas dependientes, sin remuneración ni contrato formal.
– Ampliación del bono por hijo y por cuidados, extendiéndolo a madres adoptivas y cuidadoras legales, y aumentando el beneficio en un 10% a 20% sobre la cotización base.
El impacto estimado permitiría beneficiar a más de un millón doscientas mil mujeres al año 2030 y reducir la brecha previsional entre hombres y mujeres desde el actual 35-40% a menos del 15%.
“Las mujeres han sido las más castigadas de la historia. No se reconoció su trabajo y siguen sosteniendo este país sin derechos. Esta propuesta está financiada. Es justicia para ellas”, aseguró Enríquez-Ominami.
Un país envejecido, una deuda pendiente
Chile es hoy uno de los países con mayor envejecimiento poblacional acelerado en América Latina, y con una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo. Para el comando de Enríquez-Ominami, reconocer el trabajo de cuidados no es solo una medida de equidad previsional, sino una respuesta al momento demográfico actual: un país que necesita más cuidados, más justicia y menos desamparo.
“La economía del cuidado ha sido invisibilizada por décadas. Pero lo que no se paga, no se valora. Y si no se valora, no se protege”, concluyó el candidato. “Nuestro compromiso es claro: quien cuida, también debe ser cuidada”.

