Duras críticas del exsecretario de Defensa a las políticas de Obama en Irak

Sus palabras resuenan en los medios con motivo de ‘Worhty fights: a memoir of leadership in war and peace’, el libro de memorias que presenta estos días. Entre los asuntos que más cuestiona, la táctica estadounidense en Irak, donde a su juicio se ha descartado demasiado pronto la posibilidad de una intervención terrestre. En una entrevista concedida a la CNN, Panetta, ha comentado que «Estamos llevando a cabo ataques aéreos. Pero para que funcionen necesitas hacer todo lo necesario. No se trata sólo lo de enviar aviones y soltar bombas. Necesitas objetivos. Necesitas saber qué es lo que persigues, y para eso necesitas a gente sobre el terreno».

A juicio de Panetta, el presidente y sus asesores estaban demasiado obsesionados con abandonar Irak como fuera, incluso al precio de permitir al anterior primer ministro, Nuri al Maliki, hacer y deshacer a su antojo, penalizando a las minorías que ahora se han revelado claves en la lucha contra los yihadistas. «Lo que quiero decir es que Maliki era la clase de líder al que constantemente tienes que presionar para que vaya en la dirección correcta».

Panetta, que dice admirar al presidente por las decisiones que tomó durante la captura y muerte de Bin Laden, opina que la Casa Blanca tendría que haber actuado con más decisión, y antes, en Irak y Siria. Se creó un vacío de poder, viene a decir, y al no apoyar con todas las consecuencias a los grupos rebeldes sirios se permitió que el yihadismo ocupase su espacio.

Que el fuego provenga de un colaborador del prestigio de Leon Panetta no es baladí. Admirado por su postura respecto a los derechos civiles durante la presidencia de Nixon, que finalmente le llevó a cambiar el partido republicano por el demócrata, ha sido uno de los congresistas californianos más influyentes de las últimas décadas. Entre sus grandes logros se encuentra la redacción del proyecto de ley que declaró como espacio protegido la bahía marina de Monterey. Durante sus días como director de la CIA fue encargado de supervisar la operación que acabó con Osama Bin Laden así como de multiplicar los ataques de aviones no tripulados contra Al Qaeda.

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