Ecuador y acusación contra Jorge Glas: Los engaños tras el detector de mentiras de Sábado Gigante

La derecha ecuatoriana quien estaría siendo apoyada por aparatos de inteligencia desde Estados Unidos, quiere enlodar al candidato a la Vicepresidencia Jorge Glas. Para ello habrían contratado al polígrafo de Sábado Gigante, J.Harper , quien realizó una entrevista al  hombre bautizado como «Capaya».

Lo primero que llama la atención es que el lugar desde el que se realizan la consecutivas entrevista,al examen del polígrafo,  es el mismo desde el cual el banquero Roberto Isaías, atacó a la Revolución Ciudadana. Si usted observa las imágenes podrá darse cuenta por sus propios ojos.

Segundo vale tener en cuenta que el polígrafo no es un detector de mentiras. Ello ha sido aclarado para El Telégrafo por Rubén Alarcón, teniente coronel en servicio pasivo de la Policía Nacional, quien es poligrafista especializado en Marston Polygraph Academy, de California (EE.UU.), y quien formó parte de la Unidad de Investigaciones Especiales, “el polígrafo no es un detector de mentiras”, sino un instrumento que mide la actividad fisiológica del cuerpo. “Hay mucha gente que lo denomina como un detector de mentiras o máquina de la verdad; este es un término inadecuado”.

Otro hecho que llama la atención es que la manga cardiaca para ver las alteraciones en el pulso debería estar en el brazo izquierdo del entrevistado, el más cercano al corazón, pero aquí está en el derecho, lo que quita credibilidad a la «prueba de verdad».

Como tercero y según el experto Alarcón  para la validez de éstas pruebas, las preguntas deben ser  elaboradas por el poligrafista y “tienen que sujetarse a la semántica forense”. El lapso para leer las interrogantes no debe exceder los 10 segundos. Pero si Harper no es de Ecuador, ¿quién le dio las preguntas hechas o cómo las realizó?, y por qué muchas preguntas exceden los 10 segundos.

Tal vez,  lo peor es que en entrevista posterior Capaya, dice que conoce  lo que denuncia con antelación, sin embargo, guardó silencio hasta días antes de la elección en una maniobra comunicacional de la derecha banquera que recuerda a lo peor de las operaciones de la CIA para desestabilizar a los gobiernos socialistas latinoamericanos de la década del 70.