EEUU negocia con España para recuperar influencia en la Unión Europea

En julio de 2018, Donald Trump soltó una bomba antidiplomática al afirmar que la Unión Europea (UE) es un «enemigo» para Estados Unidos (EU.UU).

“Tenemos muchos enemigos. Creo que la Unión Europea es un enemigo, por lo que nos hace en el comercio. No lo pensarías de la UE, pero es un rival», respondió el presidente norteamericano a la pregunta formulada en  una entrevista  con  televisiva sobre cuáles consideraba que eran los principales rivales para su país.

Desde que el republicano llegó a la Casa Blanca la relación con los países europeos ha sido más que tensa y llena de amenazas, sobre todo en el campo económico. Para Trump es inadmisible que el déficit comercial con la UE sea mayor a los 100.000 millones de dólares lo que califica de terrible para EE.UU. y su política  y oferta electoral de hacer a América “grande otra vez”

Una de sus amenazas es que si no logra un acuerdo satisfactorio para reformar la relación comercial transatlántica, aplicará aranceles de hasta el 25 % a los vehículos europeos, lo que afectaría principalmente a Alemania, la mayor economía del viejo continente.

Sin embargo, el punto más álgido es sus constantes críticas a los gastos de los países europeos en materia de seguridad.

El mandatario insiste en que sus aliados europeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)  destinen un 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la cartera de Defensa.

Según Trump , la contribución de Washington a la OTAN es superior a la europea.

“Nosotros pagamos gran parte de la OTAN, que básicamente se dedica a proteger a Europa. Es muy injusto”, dijo recientemente.

Acercamiento a España

Durante el mandato del republicano, Estados Unidos se ha convertido en el socio incómodo para los países que integran la UE, por lo que muchos apuestan a estrechar lazos con China y Rusia, los grandes rivales de Washington en materia geopolítica y económica.

Ante este escenario, a la Casa Blanca le urge contar con un aliado que le permita mejorar la relación con los europeos. España parece ser el más idóneo, una nación con un pasado colonialista a la que le interesaría el apoyo norteamericano para poder impulsar el crecimiento de su maltrecha economía y que afronta importantes conflictos políticos como el reclamo de Cataluña a su independencia y soberanía.

Un signo de este acercamiento es las reuniones que ha mantenido el canciller español Josep Borrell con altos funcionarios de Washington.

Borrell, quien viajo a la capital de EE.UU.  para participar en los actos con motivo del 70 aniversario de la OTAN, sostuvo este miércoles un encuentro con el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton.

Met with Spanish Foreign Minister Borrell today to discuss how Spain and the U.S. can address the worsening crisis in Venezuela and instability in Northern Africa.

— John Bolton (@AmbJohnBolton) April 3, 2019

Bolton expresó en su cuenta de Twitter que ambos se reunieron «para analizar cómo España y Estados Unidos pueden afrontar la crisis que empeora en Venezuela y la inestabilidad en el Norte de África». Mientras que Borrell destacó “el buen estado de las relaciones bilaterales».

Sin embargo, el canciller español dejó ver las fricciones con la administración Trump.

«Se puede decir que la relación transatlántica es muy buena, pero todo el mundo es consciente de que con la Administración Trump esta relación ha sido cuestionada«, afirmó a la prensa .

He mantenido un cordial encuentro con @SecPompeo, Secretario de Estado de #EstadosUnidos. Hemos destacado el buen estado de las relaciones bilaterales y hablado sobre los grandes desafios globales así como de #Venezuela, #Cuba, #China y la relación transatlántica. @StateDept 🇪🇸🇺🇸 pic.twitter.com/BzAuoFJKV5

— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) April 1, 2019

En su visita a Washington, el representante español también se reunió el lunes con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el martes con los congresistas demócratas Bob Menéndez (senador) y Eliot Engel (presidente de la Comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes) y con el senador republicano James Risch.

Caso Venezuela

Aparte de la relación bilateral entre los dos países, un punto en común en todos los encuentros  ha sido la crisis política que atraviesa Venezuela.

Aunque España reconoce al autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó, quien es una ficha de Trump para derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro, el propio Borrell reconoció semanas atrás que “la realidad es la realidad” y que su país mantiene la diplomacia y relaciones bilaterales el mandatario chavista.

“Naturalmente, quien dirige el gobierno es Maduro. Quien puede resolver los problemas y con quien hay que tratar los aspectos prácticos de la vida es con quien tiene el control del territorio y de la administración”, afirmó.

A pesar de esto, Mike Pompeo agradeció a Borrell “los esfuerzos españoles para apoyar un regreso a la democracia en Venezuela” luego de que éste le rindiera cuentas sobre la reunión celebrada la semana pasada por los países integrantes del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela .

“Le he vuelto a insistir en que el objetivo del Grupo de Contacto de la Unión Europea no es, como algunos temen, dar oxígeno al régimen de Maduro ni mucho menos”, indicó.

Empresas españolas en Venezuela

Las aclaratorias de Borrell no corresponden a la preocupación de España por el futuro de Venezuela, sino a la defensa de sus intereses económicos en la nación caribeña.

Durante su encuentro con Pompeo, ambos evaluaron cómo las empresas españolas que operan en Venezuela podrían verse afectadas por las sanciones impuestas por Washington para asfixiar la economía de ese país como medio para derrocar a Maduro.

Estas medidas unilaterales tienen como objetivo a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) e incluyen el congelamiento de activos y la prohibición de empresas norteamericanas a adquirir su petróleo.

Pompeo, le pidió directamente a Josep Borrell que interceda para que las empresas petroleras españolas que operan en Venezuela desistan de hacer negocios con el gobierno de Nicolás Maduro.

“Hay empresas petrolíferas españolas, que no voy a mencionar por su nombre, que están manteniendo una cierta actividad, y en la medida en que esa actividad pueda plantear un problema con respecto al régimen de sanciones que los americanos han establecido, naturalmente esa cuestión sí lo hemos hablado”, explicó el canciller español.

La semana pasada, el representante especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, reveló que ha conversado con “empresas de petróleo y con gobiernos extranjeros” para recordarles que deben  apoyar al “presidente encargado”, Juan Guaidó y no a Maduro.

Les indicó que ”no deberían comprar petróleo del régimen y darle así efectivo”.

De las 94 empresas españolas registradas ante la Cámara Venezolano Española de Industria y Comercio sólo  la petrolera Repsol figura bajo el sector industrial de “servicios relacionados con los recursos naturales”, por lo que podría estar bajo los ojos de la administración Trump.

Repsol es socia de Pdvsa  en dos empresas mixtas: Petroquiriquire, S.A., y Petrocarabobo, S.A., que extraen crudo de la Faja Petrolífera del Orinoco.

Así mismo, en materia gasífera, la petrolera española desarrolla una licencia de gas costa afuera en el bloque Cardón IV (occidente), la cual comparte con la empresa italiana ENI.

Inversiones en Cuba

Otro punto que expuso el representante español ante los funcionarios estadounidenses es la preocupación de Madrid  por la eventual aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, como parte de la política agresiva de presión que mantiene Washington hacia Cuba.

A España le interesan las “negativas consecuencias que esta medida tendría para los intereses españoles y de los socios europeos en Cuba, así como en las relaciones bilaterales entre países aliados”, tal y como explicó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

El título III de la ley Helms-Burton fue creado para permitir que los estadounidenses, incluidos los cubanos naturalizados, pudieran demandar ante cortes de EE.UU. a las compañías que supuestamente se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas antes de la Revolución liderada por Fidel Castro.

Desde su creación en 1996, su aplicación ha sido suspendida por todos los Gobiernos norteamericanos cada seis meses, pero Trump ha dado señales de que podría activarla.

Borrell explicó que Madrid se opone a su entrada en vigor por una “cuestión de principios”, al ser contraria al derecho internacional.

Sin embargo, el interés es que el título III podría perjudicar a empresas españolas, por ejemplo al grupo hotelero Meliá,  con una importante presencia en el sector turismo de la isla.

Rusia y OTAN

Según un comunicado el Departamento estadounidense de Estado, uno de los aspectos que Borrell y Pompeo coincidieron fue en la supuesta “agresión” de Rusia en el mar Negro, donde Moscú capturó en el estrecho de Kerch en noviembre barcos y marinos ucranianos.

También estuvieron de acuerdo en apoyar “esfuerzos conjuntos” en la OTAN,  y en “la importancia de cumplir con los objetivos de gasto de defensa” que tanto defiende Trump.

Contradicciones sobre el Brexit

La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE ) a  través del Brexit, dejó ver las contradicciones de España frente a este tema.

Por un lado, el canciller Borrell aseguró que Europa no está acostumbrada a que un presidente de EE.UU. diga «que el Brexit es una buena idea» y que otros Estados miembro deben seguir ese ejemplo

Mientras que ante el  eventual  «vacío» que dejaría Reino Unido «si se va de la UE» , apuesta por que «ese vacío puede ser llenado por España».

«Somos un país de tamaño medio con una economía que crece rápidamente y nuestra sociedad es una de las más proeuropeas del continente«, lo que serviría perfectamente a los intereses de Washington por acercarse a la UE.

“Son muchos  los lazos e intereses comunes que unen a los pueblos español y estadounidense y la voluntad de España de continuar estrechando las buenas relaciones”, dejó claro Borrell.  Al parecer las puertas de España están abiertas para Trump.

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