Ya en 2020, en pleno gobierno de Piñera, el periodista Joaquín González informaba que se ha visto a bandas de racistas y ultraderechistas armados de palos, fierros y piedras, actuando contra comuneros mapuche y desalojando municipalidades junto a contingentes de carabineros, volvió a aparecer un relato discursivo que da cuenta de las percepciones y conceptos que se tienen desde el gobierno, los medios de prensa conservadores y desde la derecha política.
Los grupos violentistas de la ultraderecha, como el APRA y otros vinculados a empresarios agrícolas y a la Unión Demócrata Independiente (UDI), son “ciudadanos” que aplican la “autotutela”. Actúan con violencia, usan elementos contundentes y objetos con fines criminales y de agresión, violan el toque de queda, gritan “el que no salta es mapuche”, lanzan insultos racistas, se les filtran audios llenos de groserías instando al odio y la violencia, pero no son más que simples “ciudadanos” cometiendo la falta de la “autotutela”.
Esas son las definiciones que emanaron de los entonces habitantes de La Moneda, de aquellas autoridades del Ministerio del Interior y que se usaron en El Mercurio, La Tercera, Radio Agricultura y varios medios regionales. Es la fabricación de un relato discursivo que, en los hechos, tiende a desfigurar una realidad, a tergiversar la naturaleza de los hechos y de sus protagonistas, y a esconder las definiciones precisas sobre grupos que actuaron ilegal y violentamente.
El docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile Miguel Urrutia, señala que las nuevas organizaciones de talante fascista responden a la salida a la superficie de posiciones que han sido una constante en nuestro país que se remontan a finales del siglo XIX, pero que aprovechan la coyuntura como una oportunidad para actualizarse. Según él, además, la derecha tradicional con su visión conservadora, nacionalista, y su negativa a condenar la dictadura cívico-militar genera las condiciones para que estas expresiones surjan.
Una característica destacada por este académico es la apuesta de estos grupos por tener presencia entre sectores populares, a diferencia del nacionalismo tradicional de las Ligas Patrióticas o la Milicia Republicana de hace un siglo, que surgía de la oligarquía.
“Esta apuesta evidencia aún más la conexión con la derecha chilena, que ha tenido desde hace años un desplazamiento hacia el mundo popular aprovechando su experiencia católica y conservadora en la segunda mitad del siglo XX, con fenómenos como la UDI popular”, remarcó.
Asimismo, de acuerdo al historiador Sergio Grez, detrás de los diferentes grupos nazi-fascistas, a pesar de sus matices, existe una base doctrinaria compartida en su rechazo al liberalismo, a la democracia, al marxismo y a la noción de lucha de clases, en pos de una mítica unidad nacional.
“Un rasgo que identifica tanto a los grupos nacionalistas de los años ’20 y ’30 del siglo pasado y los actuales es su rechazo a los valores del liberalismo político y a la democracia, donde identifican el germen del debilitamiento nacional, sosteniendo en su reemplazo el principio jerárquico de la existencia, y una apelación a un pueblo mítico que resulta de una amalgama entre conceptos como patria, pueblo trabajador y nación”, aseguró.
Francisco «Pancho Malo» Muñoz Carrasco es el líder del denominado «Team Patriota», el grupo de sujetos que popularmente han devenido mediáticos a raíz de la aplicación de sus denominados “aprietes”. Este grupo, dentro de su actuar, ya encaró al reconocido propagador de fake news y presidente de la UDI, Javier Macaya. Además, durante la tarde del 25 de septiembre también amedrentó a la secretaria general del partido, María José Hoffmann y a su cónyuge Gonzalo Müller en las afueras del Teatro Municipal de Las Condes.
Cabe señalar que Hoffmann junto a Claudia Nogueira Fernández, fueron sorprendidas formando parte del grupo Orgullosas de ser blancas en Facebook. Este grupo se declaraba así mismo como no racista, buscando solamente el reconocimiento del legado genético caucásico sin dejar de respetar otras razas. Ambas negaron rotundamente su participación en aquel movimiento, aduciendo ser víctimas de un hacker, y anunciando interponer una denuncia en la Policía de Investigaciones de Chile para perseguir a los presuntos culpables. Lily Zúñiga, antigua jefa de prensa de la UDI, describió a Hoffmann como clasista y racista, además de involucrar a Hoffmann en un supuesto decomiso de drogas realizado por la PDI en un motel de la comuna de San Antonio junto al también diputado Víctor Torres durante 2009.
Mientras que Müller, se vio involucrado en el caso de la Corporación Cultural de Las Condes ya que recibía más de $6 millones mensuales, por concepto de asesorías. Esta situación levantó polvareda en la opinión pública, donde no fueron pocos los que recordaron la declaración de su señora en 2020, en la peor época de la crisis por la pandemia, cuando se opuso a un alza en el IFE de ese entonces, mucho menor a $100.000, diciendo que no le parecía que las personas “dependan del Estado”. En ese mismo 2020, incluso también el 2019, como reveló América Transparente, su esposo y panelista de programas políticos, recibía dineros estatales, en una polémica que se suma a la que protagonizó en el año 2015, cuando fue vinculado al Caso SQM, por la entrega de 18 boletas, que en total sumaban $125 millones.
No es la primera vez que el «Team Patriota» se ve envuelto en agresiones, puesto que, en julio de 2022, un grupo de sus adherentes protagonizó una embestida contra la senadora Fabiola Campillai.
Como si no fuese suficiente, Pancho Malo y su séquito concurrieron a protestar a las afueras de la sede del exCongreso Nacional en Santiago para realizar los denominados «aprietes» a distintas figuras políticas que participan de la organización del incipiente nuevo proceso Constituyente.
Fue en el marco de esta manifestación donde el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, salió a conversar con Muñoz recalcándole que «la lógica de barras bravas, sin descalificar a las barras bravas, no se puede aplicar en democracia ni en política. A la gente hay que respetarla y en eso consiste la democracia«.
Francisco “Pancho Malo» Muñoz, como es de público conocimiento, posee antecedentes penales.
Muñoz, quien actualmente tiene 43 años, era líder de la Garra Blanca, la barra brava de Colo Colo. Según reportó La Tercera, el exbarrista cuenta con cuatro detenciones, en el sistema de «antecedentes personales» es identificado como «barra brava».
Además, alrededor del año 2000 fue detenido y condenado por el homicidio de un joven en Vitacura, en medio de una riña. Dicha condena fue por seis meses.
En diciembre de 2016, «Pancho Malo» volvió a ser detenido por desórdenes públicos en Las Condes, por una serie de incidentes registrados junto a un grupo de barristas en la intersección de La Gioconda con Américo Vespucio.
Ya por octubre de 2010, Muñoz fue detenido por violencia en los estadios; y en noviembre de ese año, fue imputado por amenazas.
En octubre de 2011 volvió a ser arrestado, por «oponerse a la acción de la autoridad» durante desmanes protagonizados por la barra de Colo Colo en su intento por llegar al Estadio San Carlos de Apoquindo.
De igual manera, el futbolista Carlos Muñoz denunció a «Pancho Malo» por amenazas y amedrentamiento.
Para noviembre de 2012, fue nuevamente detenido por desórdenes; y en mayo de aquel año también lideró una invasión a la cancha de entrenamientos de Colo Colo para «apretar» al plantel tras la goleada 5-0 sufrida ante Universidad de Chile.
En un texto del Observatorio del Ascenso de la Extrema Derecha en Chile (OAEC) de la Universidad de Chile, se señaló que en el último periodo, sobre todo después de 2019, “surgieron ( ) grupos herederos del fascismo histórico, ‘anarco-capitalistas’ y extrañas mixturas de perspectivas religiosas ultra conservadoras y un anti-estatismo neoliberal que comenzaron a copar las redes sociales y hacer pequeñas, pero significativas muestras de fuerza callejera. Si bien todos estos grupos tienen cosmovisiones y esbozos programáticos radicalmente distintos unos de otros, el chovinismo, la xenofobia, el racismo, la LGBTI fobia, la misoginia, el desprecio a la cultura democrática y el rechazo al posible cambio constitucional, ocupan transversalmente la agenda de todos ellos, independiente del lenguaje y los métodos que utilicen para justificar esta clase de relatos”.
Si bien no se autoproclaman abiertamente como fascistas, tenemos en Chile dos grupos que se acercan a estas características: el Movimiento Social-Patriota (MSP) y el Partido Republicano. Ambos apelan fuertemente a que no son “de derecha ni de izquierda”, y si bien son conservadores en cuestiones morales: defienden posiciones abiertamente homofóbicas y antifeministas, su discurso soberanista los hace criticar tanto al “globalismo” de la ONU y los Derechos Humanos, como de los grupos económicos que se han repartido Chile. El MSP sacó declaraciones en apoyo de la rebelión del 18 de octubre, si bien diferenciándose de sus aspectos más violentos.
¿Cómo buscan desestabilizar al país el Team Patriota y el partido Republicano? A través de Telegram comparten datos personales de autoridades, se envían datos sensibles de políticos para «apretarlos». Todo esto entre consignas nazis y Qanon.
Pero… ¿Cómo sabemos que tienen vínculos con el Partido Republicano? Estos grupos de coordinación son liderados por @FcoRivera7 (Francisco Rivera), quien reconoce en este audio exclusivo que «administra todos los grupos de Kast». En otros de sus tweets comenta el «por qué graban los aprietes«, además, arremete contra Irina Karamanos.
Por motivos de seguridad, elimina y crea grupos nuevos con cientos de personas constantemente. A través de este audio reconoce: «Bueno yo soy administrador de todos los grupos de Kast«.
En estos grupos participa un miembro llamado White Hats #Fenix; el cual se jacta de participar en grupos de hackers. Además, se atribuye un ataque al gobierno venezolano y llama constantemente a atacar al gobierno chileno.
¿Quién es #WhteHats? Se vincula al partido Republicano mediante el ciudadano venezolano Luis Luces, quien supuestamente es ingeniero informático que previamente amenazó al gobierno de Gabriel Boric y ostenta armas de fuego en sus Live.
Podemos verificar que Luis Luces Armando se relaciona con WhiteHats dado que sus cuentas fueron creadas el mismo día, en este caso, el 26 de mayo de 2020. Las cuentas fueron creadas con horas de diferencia.
Además, White Hats, a veces identificado como Mefistófeles, en varias oportunidades ha compartido publicaciones (eliminadas) del Facebook «Chile Trump», el cual, pertenece a Luis Luces (m.facebook.com/ChileTrump).
En resumen: Francisco Rivera administra los grupos de acoso y coordinación de aprietes por Telegram del Team Patriota junto con Luis Luces, quien lo hacía desde el anonimato hasta hoy (Fuente: https://twitter.com/MrRangerR1/status/1574908611372924930?t=NpheH680WsOWiMe-NHeSwg&s=19).
El team patriota efectúa sus agresiones “en honor a Pinochet”, como sus prosélitos han vociferado en sus actos de matonaje; ergo, ¿qué significa, en términos prácticos, ser patriota para estas agrupaciones?
Es tomar partido y adherir a la toma del poder por medio de la violencia de las armas. El bombardeo y asalto de La Moneda, estando allí el presidente de la República democráticamente elegido.
Es tomar partido y adherir a la violación a los Derechos Humanos. Cinco instancias oficiales estudiaron los atropellos a los Derechos Humanos bajo la dictadura: la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación o Comisión Rettig, la Comisión Rettig II, la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (1992), La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura o Comisión Valech (2004) y la Comisión Valech II (2010). Las cinco, luego de recibir miles de testimonios, evacuaron un informe. De la suma de todos estos informes, las cifras oficiales entregan un total final de 3.227 víctimas: 2.125 asesinados y 1.102 detenidos- desaparecidos.
Además, los agentes de la dictadura detuvieron y torturaron a 31.831 personas. Más de 200 mil personas fueron arrojadas al exilio, repartidas en 50 países.
Es tomar partido y adherir a eliminar todo elemento democrático: quemar los registros electorales, prohibir y perseguir los partidos políticos y las organizaciones sindicales, disolver el Congreso Nacional, etc.
Es tomar partido y adherir a Jaime Guzmán, principal ideólogo de la dictadura, quien señaló que la Constitución debía asegurar:
“Que si llegan a gobernar los adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría, porque el margen de alternativa que la cancha imponga de hecho a quienes juegan en ella, sea lo suficientemente reducido para hacer extremadamente difícil lo contrario”.
Es tomar partido y adherir a la obra gruesa e ilegítima de la tiranía militar, es decir, a la Constitución Política de 1980; al Plan Laboral (1979); al sistema de las AFP (1981); al sistema tributario (1974); a la municipalización escolar y a la segregación general del sistema educacional (1981); a la segregación del sistema de salud entre el Fonasa y las Isapres (1980-1981); a la privatización del sistema bancario (1975); a la destrucción forestal nativa y a la reducción de comunidades originarias por la subvención forestal a la CMPC y Arauco (1974); a la desnacionalización del cobre; a la privatización de las aguas (1981); etc.
Por Profesor Jorge Molina Araneda
El Ciudadano