Elecciones en España: ¿Por qué Podemos no llegó a encabezar la fuerza de izquierda?

Se suponía que Unidos Podemos lideraría un viraje a la izquierda, y así lo indicaban las encuestas, pero los resultados de las elecciones dieron como ganador al derechista Partido Popular.

Por Sofia Olea

29/06/2016

Publicado en

Mundo / Política / Portada

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Elecciones-España-2016

En diciembre, los partidos de izquierda españoles habían marcado un estrecho triunfo contra el oficialista y pro austeridad, Partido Popular, cuyo representante más visible es el presidente Mariano Rajoy. En ese momento los partidos de izquierda estaban en una mejor posición para poder formar un gobierno.

Sin embargo fallaron en llegar a un acuerdo y el domingo pasado se realizó una segunda jornada de elecciones. Rajoy, cuyo partido está hasta el cuello con escándalos de corrupción, volvió a ganar. Ahora España enfrenta varios años más de austeridad y devaluación interna, publica The Guardian.

La llamada «revolución española», proclamada por los indignados, quienes marcharon en masas de cientos de miles por las plazas del país en 2011, y que más tarde fundaron el partido Unidos Podemos, ahora parece haberse desinflado. Irónicamente, el domingo en la noche fueron los votantes del PP quienes celebraron a Rajoy con un «podemos», usando el famoso lema del nuevo movimiento.

rajoy votando

Esta segunda ronda de elecciones se desencadenó por varios factores, incluyendo la batalla entre los insurgentes y los partidos tradicionales –con los socialistas y el PP luchando contra los nuevos líderes de Podemos y Ciudadanos, respectivamente. Pero también fue el resultado de un parlamento tan fracturado, que cualquier gobierno habría necesitado un pacto entre personas que no estuvieran de acuerdo en al menos dos de los temas fundamentales que enfrenta España.

Uno de ellos es la economía y cómo traer de vuelta al trabajo a un país que tiene un 20% de desempleo. El otro es el alzamiento del movimiento separatista catalán, que está exigiendo un referéndum para resolver el dilema.

Este último asunto resultó ser un obstáculo insalvable para la izquierda, cuya postura sobre el referéndum está dividida. Mientras los socialistas no lo apoyan, Unidos Podemos sí lo hace. Pero con el fin de gobernar, ambos partidos habrían necesitado el apoyo de los separatistas de Cataluña en el parlamento.

Unidos Podemos no estaba muy preocupado, porque pensaba que podría superar a los socialistas con amplia ventaja y llegar a ser la fuerza de izquierda que pasara a la cabeza; ya fuera para liderar el gobierno o la oposición. Pero ninguna de las dos posibilidades se hizo realidad.

iglesias micrófonos

Ahora es muy difícil formar un gobierno que esté un poco más a la izquierda de Rajoy. Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y diputado por Madrid, fue vitoreado por sus seguidores por frenar el desafío de Unidos Podemos, pero si quiere gobernar, debe persuadirlos para que lo apoyen y además revertir las políticas de su partido en Cataluña, con el fin de ganar apoyo de los separatistas. Todo esto no parece probable.

Para Mariano Rajoy tampoco será fácil formar un gobierno, pero está mucho mejor posicionado para hacerlo. Si quiere lograr un acuerdo con el partido liberal Ciudadanos, con los nacionalistas moderados y los partidos regionales del País Vasco e Islas Canarias, se quedará corto para obtener una mayoría.

Esto no significa que España esté volviendo a sus viejas formas. Los votantes han enviado un mensaje claro a los políticos: ya no hay ganadores absolutos ni perdedores absolutos. En diciembre, los ciudadanos transformaron el sistema de dos partidos dominantes, que ha existido desde los 70 con la vuelta a la democracia, votando por un parlamento fracturado en el que ningún partido tiene más del 35% de los votos. La corrupción, el desempleo y la recesión han terminado con el apoyo popular hacia ambos lados de la clase política tradicional; el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y el PP. Y aunque el domingo los insurgentes perdieron terreno, el mensaje sigue siendo el mismo.

En otras palabras, los líderes políticos de Madrid deben acostumbrarse a la idea de compartir el poder. La izquierda falló en recibir el mensaje después de que se cerraran las elecciones de diciembre. Ahora ¿La derecha será capaz de comprenderlo?

El Ciudadano

 

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