España y su afán por criminalizar la democracia

No son más que rufianes, me dicen en una calle de Girona. Se refieren al poder central de España que intenta boicotear el proceso soberano de plebiscito de los pueblos de Catalunya, y que ahora ha inhabilitando a parte de los delegados y representantes de la soberanía catalana, que luchan en su proceso constituyente por la independencia.

Artur Mas, uno de los condenados, ex presidente de la Generalitat de Catalunya, y en su momento junto a todo el poder constituyente que quiere la independencia, el pueblo catalán, convocó elecciones para unir tres partidos, Esquerra Republicana de Catalunya, Convergencia y Unió (Artur MAS) y la Candidatura d` Unitat Popular (CUP), bloques nacionalistas, de izquierda y derecha, feministas, ultras, trabajadores, anarquistas, sindicatos y sectores jóvenes del estudiantado con un solo objetivo, lograr la independencia de un territorio con su propia lengua y cultura.

Ahora la persecución se ha desatado y frente a ello la respuesta catalana ha sido clara, la urnas para el plebiscito que decidirá soberanamente el futuro de mano de los pueblos va sí o sí este 2017.

Por su parte, Carles Puigdemont, presidente actual de la Generalitat de Catalunya, dijo refiriéndose a España   «Yo creo que están dispuestos a todo, sin límites, más allá de lo que dice su Constitución, si hace falta vulnerarla lo harán, lo harán todo, lo confesable y lo inconfesable, lo que se puede explicar y lo que no», ha advertido en radio OndaCero.

Además agregó , «tenemos una libertad empequeñecida, es el país de la libertad menguante, y esto no es bueno, ni para nosotros ni para otros ciudadanos del Estado».

Cabe señalar que la persecución del centralismo Español, que se enjuaga la boca con la palabra democracia, pero no quiere respetarla, también ha caído sobre las mujeres catalanas  Joana Ortega e Irene Rigau.