“Este proceso constituyente ha sido planteado con mucha ingenuidad”

A pesar del empeño que desde una parte de La Moneda se ha puesto para desplegar el proceso para cambiar la constitución, éste no ha prendido lo suficiente en la ciudadanía y en la clase política que busca por todos los medios poner barreras más altas a cualquier tipo de participación.

Al respecto, Gabriel Salazar, historiador autor de “Poder Popular Constituyente”, señala en conversación con El Ciudadano que el Proceso Constituyente iniciado en abril pasado “no es solo un proyecto del gobierno sino que de toda la clase política, porque indudablemente están percibiendo ellos que los movimientos ciudadanos están desarrollándose progresivamente y con nuevas bases respecto del pasado, que son sobre la base a movimientos constituidos en asambleas territoriales y éstas tienen la virtud de reunir a todos».

De esta forma Salazar hace un crítico análisis de la ruta constitucional calificándola como ilegítima, dado que no implica a la ciudadanía ni al movimiento social como protagonista de este proceso y, la vez declara que “»Es un proyecto constituyente manejado desde arriba, por lo tanto no es legítimo ya que un proceso constituyente debe expresar la voluntad soberana de la ciudadanía, que no es el caso; el proyecto plantea la división de quienes lo convocan y la ciudadanía no va a participar».

«Este proceso constituyente ha sido planteado con mucha ingenuidad, es casi como si estuvieran hablando con niños. Es un proyecto que camina hacia el ridículo y es evidente que la ciudadanía no está integrándose a ese proceso, sólo participan los militantes de los partidos oficialistas».

En este sentido, el historiador de la Universidad de Chile plantea que no se ve voluntad de la clase política por hacer un proceso de verdadera participación ciudadana, donde su voz sea protagonista y vinculante. A la vez destaca al Consejo de Observadores como el único estamento que se pueda destacar en este escenario pues “ha actuado con neutralidad».

Movimiento Ciudadano Constituyente

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 “Si el movimiento ciudadano continúa por esa línea va a llegar el momento de plantearse por sí mismo construir o autoconvocarse a una Asamblea Constituyente. Y una AC manejada desde abajo, por la ciudadanía con mucha probabilidad va a dejar a la clase política sin representatividad posible o muy reducida», dice Salazar a la hora de establecer en el movimiento ciudadano a través de sus múltiples expresiones como el espacio en donde se debe desarrollar cualquier proceso constituyente que aspire a legitimarse como tal.

Al mismo tiempo, Salazar establece similitudes entre el actual proceso constituyente y el que finalizó con la firma de Alessandri en 1925, tras realizar un simulacro de Asamblea Constituyente, por lo que señala que si se cumplen los plazos planteados por el gobierno para su proceso constituyente se puede decir que la ciudadanía ha perdido un combate y se repetiría la historia, por ejemplo con la constitución del ’25”.

“La diferencia está en que por abajo, desde la ciudadanía, se está gestando una verdadera revolución cultural la que consiste de pasar de una política de políticos, que se sustenta en las promesas, a una política de ciudadanos, que se basa en la soberanía ciudadana, y eso se ve en el comportamiento de las asambleas territoriales y no en los movimientos gremiales, como el movimiento estudiantil» destaca Salazar.

Y agrega que «Los políticos se están apresurando con su proceso constituyente que los procesos ciudadanos son más lentos, y eso es notorio».

Respecto a la forma en que se proyecta el movimiento social en materia de un cambio constitucional, Salazar se declara “optimista” y explica que «Este movimiento ciudadano va a continuar y es muy probable que se platee muy críticamente a la nueva constitución que caiga encima. Soy optimista de que los movimientos que van por abajo son muy potentes está vez, ya que se autoproyecta y tendrá una continuidad mayor que traspasara la constitución nueva que nos tiren encima».