Expediente negro de una organización peruana

(+Fotos) Fujimorismo apela al chantaje y el soborno para llegar al poder

El video difundido por Fuerza Popular sobre sobornos a fujimoristas por parte del ahora ex-presidente PPK, causó estupor dentro de esta organización política entre quienes aprueban las escuchas ilegales como arma política

Por Luis Yañez

21/03/2018

Publicado en

Latinoamérica / Política

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Si algo quedó demostrado con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynsky es que el Fujimorismo es una máquina de demolición de ultraderecha que utiliza elementos como las escuchas ilegales para acabar con sus adversarios políticos.

Pero este enfoque no nos debería sorprender sino retrotraernos a los tiempos del tristemente funcionario del fujimorismo, Vladimiro Montesinos quien implementó los métodos más perversos para amedrentar a los rivales políticos, de su patrón Alberto Fujimori, así como para demonizar las candidaturas emergentes.

El gobierno de Fujimori, destruyó a líderes emergentes de los partidos políticos o de la sociedad civil, en campañas caracterizadas por la desinformación, la violencia, el chantaje o el soborno mediante el uso de recursos públicos.

Autocrítica del Fujimorismo

El video difundido por Fuerza Popular sobre sobornos a fujimoristas por parte del ahora ex-presidente PPK, causó estupor dentro de esta organización política.

La congresista fujimorista, Luz Salgado dijo que las personas involucradas en las imágenes “han superado a Montesinos”. Haciendo  referencia a los métodos ilegales mediantes los cuales el fujimorismo obtenía las pruebas contra sus enemigos.

“A mí también me recordó al régimen de Alberto Fujimori. Cayeron los que estaban involucrados en actos de corrupción, pero si no se aprende de las experiencias, lo que se tiene que hacer es alejarnos”, recalcó en un enlace telefónico a RPP.

Campaña del terror

Es evidente que este partido de ultraderecha apela a prácticas utilizadas por los caudillos de principio del siglo XX para influir en las intenciones de voto de la población, afirmó José Ragas, Historiador de la Universidad de California.

En las “campañas del miedo” del fujimorismo la decisión de los votantes estuvo influida más por el temor en contra de candidatos que por un compromiso hacia una propuesta determinada y el partido que representaba el fujimorismo”.

En un artículo publicado en el portal web, historia global una y otra vez aplicó campañas de miedo contra la izquierda y la derecha, utilizando el terrorismo de Estado y controlando los medios de comunicación para tal fin.

“La agrupación que por más tiempo fue impedida de participar en comicios fue, sin lugar a dudas, el APRA. La coalición por cerrarle el camino al ejecutivo al partido aprista adquirió el perfil propio de una “guerra santa”, en la que los medios de comunicación, las fuerzas armadas y miembros de la Iglesia católica unieron esfuerzos y no dudaron en llamar a sus seguidores “terroristas” o apelar a la fe de los votantes. Sin embargo, a fines de su primer gobierno, el APRA pasó al otro lado del espectro y colocó a Mario Vargas Llosa y su plan de gobierno como un virtual apocalipsis económico y social, lo que facilitó el triunfo de Alberto Fujimori” sentenció Raga.

Más adelante, asegura Raga,” el interés de Fujimori por quedarse en el poder generando miedo frente a sus posibles opositores se hizo palpable y fue confirmado en las siguientes elecciones, especialmente en la del 2000, en la que la publicidad tuvo como objetivo desacreditar sus rivales y recordar quién supuestamente había vencido al terrorismo y cómo este podría volver de no seguir el fujimorismo en el poder (algo que también haría George W. Bush en su campaña de reelección al manipular lo ocurrido el 9/11)”.

Corrupción y derechos humanos

A fin de combatir la organización terrorista Sendero Luminoso el Gobierno de Fujimori creó el grupo paramilitar llamado “Grupo Colina” el cual cometió algunos de los crímenes de lesa humanidad más graves durante las dos décadas, entre ellos las masacres de civiles de Barrios Altos y de La Cantuta a principios de los años noventa.

El gobierno de Fujimori no sólo se negó a asumir la responsabilidad sino aprobó una ley de amnistía garantizando completa impunidad para las violaciones de derechos humanos.

Fujimori también esterilizó  a más de 350 000 mujeres  pobre del país para que no tuvieron más hijos.

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