Aún sigue entre cuatro paredes

¿Hacia dónde va el Proceso Constituyente?

Mientras el Consejo de Observadores del Proceso se encuentra ya trabajando en los lineamientos que deben sustentarlo, desde el gobierno muestran algunas de sus cartas al respecto. Pero queda una importante pregunta por resolver: Donde queda la ciudadanía en el camino hacia la Nueva Constitución.

Por Jose Robredo

31/03/2016

Publicado en

Chile / Política / Portada

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FOTO: PABLO VERA/AGENCIAUNO

Desde que el gobierno anunció el inicio de un proceso constituyente para cambiar la constitución de Pinochet, es que las dudas respecto del cómo y el cuándo no han podido esclarecerse del todo. De hecho, en la medida que el tiempo transcurre son diferentes las voces del duopolio que siembran más dudas que certezas al respecto.

En octubre del año pasado, al momento de anunciar este Proceso Constituyente, la presidenta Bachelet señaló que «el proceso de elaboración de una nueva Constitución ya está en marcha. Partió del momento en que millones de chilenos y chilenas manifestaran en las urnas su voluntad de cambio», incitando a la participación ciudadana que aún no se ha visto reflejada.

En este sentido el ministro vocero de gobierno, Marcelo Díaz, señaló esta semana que “Yo invito a todos, gobierno y oposición, ciudadanos, organizaciones sindicales, empresariales a que todos ocupemos el lugar que nos corresponde en el debate constitucional” y a la vez manifestó que “hemos tenido voluntad, flexibilidad y capacidad de procesar las opiniones y sugerencias”.

Para Patricio Zapata, presidente del Consejo de Ciudadano de Observadores que se reunió esta semana con la presidenta Bachelet, se están generando espacios para aclarar puntos en los cuales el gobierno ha manifestado dudas «La presidenta nos pidió revisar ciertos temas, los que veremos y le entregaremos el nuestro análisis. La presidenta tiene el legítimo derecho a consultar respecto de los temas que tenga dudas».

Por su parte, el cientista político David Castillo pone un punto a la reflexión respecto de cómo se ha desarrollado este proceso y precisa que si “El ministro Díaz, enfatizó que no existen complicaciones entre el gobierno y el consejo de observadores del proceso, pero el solo hecho que salga a dar explicaciones deja la duda si realmente esta relación es lo fluida que  dice ser. El gran problema de este proceso, es que no existen grandes definiciones del cómo se procederá con los cabildos abiertos”.

Sin definiciones claras y sólo con las buenas intenciones expresadas desde La Moneda queda en el aire cuales son las proyecciones para el proceso de los cabildos ciudadanos que ya parten este mes de abril.

En este sentido, Zapata señala que «Nadie está en condiciones de anticipar cuan masiva e intensa será la concurrencia ciudadana a los cabildos. Pero si sale bien se podrá proyectar a futuro está forma de tratar los temas que nos afectan a todos».

A su vez, el vocero de gobierno ha insistido que el proceso se sustenta en el alto grado de adhesión ciudadana, lo que aseguraría una alta participación desde su perspectiva.

«Es un iniciativa que cuenta con un alto nivel de adhesión, según todos los estudios de opinión. Más del 60-70% de los chilenos concuerda con un Proceso Constituyente y quiere ser parte de la discusión constitucional de Chile», señala Díaz.

Al respecto, Castillo establece un  matiz respecto del análisis del representante de gobierno cuando señala que “en contra posición de lo que plantea el ministro, no es un 70% (según las encuestas) las que valoran este proceso constituyente, sino más bien, es un 70% los que quieren una nueva constitución, y más de 50% creen que el mecanismo necesario para esta labor es una asamblea constituyente.  Cuando llegue el momento de las definiciones estructurales y las discusiones en torno al tema, el escenario puede volverse adverso. En ese sentido, los casos de corrupción de la casta político empresarial, genera una niebla que impide a la ciudadanía enfocarse en un tema tan importante como es una nueva constitución. Cuando se disipe, las cosas pueden cambiar”.

A pesar de tratarse de un proceso, supuestamente, abierto hasta ahora el desarrollo del proceso constituyente se ha manejado con hermetismo.

De este punto se hace cargo Patricio Zapata, quién de forma autocrítica señala que «Hubo una primera etapa donde nosotros no fuimos capaces de tener espacios de difusión. Yo hice la autocrítica y creo que no fue bueno que trabajáramos en ese contexto en un principio. Vamos de menos a más, parecido a la selección de Pizzi».

 “La gente común ve este proceso con la imagen de que aquí se busca esconder algo, o lisa y llanamente, ocupar a la gente en algo, para que ande reclamando. Quizás las intenciones del ejecutivo son las más transparentes, pero mientras no salgamos de esta crisis, difícilmente la ciudadanía quiera involucrarse en algo tan indefinible como es un “proceso constituyente” señala al respecto David Castillo.

«Este ejercicio ayuda a despejar los fantasmas que se han tratado de instalar en torno a este proceso»  señala el presidente del Consejo Ciudadano de Observadores del Proceso Constituyente, el que deja claro sus expectativas del desarrollo del mismo expresando que «Espero que tengamos un proceso de conversación respetuosa, que las personas que vayan a estos encuentros puedan escucharse. Nos dimos cuenta que las posiciones extremas son ínfimamente minoritarias. Espero que sea un ejercicio que contribuya a las etapas que vienen después».

Finalmente, Castillo expresa sus aprensiones frente al desarrollo de este proceso, considerando que tras los cabildos ciudadanos es el actual Congreso quién toma la manija.

“Una cosa es lo que quiere el Gobierno, que bajo su lógica, es que a través de las discusiones de los cabildos, se pueda generan los temas que deben ser incorporados en una nueva constitución, y otra cosa es el papel que jugara el Congreso cuando tenga en su poder las conclusiones de los cabildos. La pregunta que uno debe hacerse, es respecto a lo vinculante que serán estas conclusiones. Acá hay que hablar tajantemente, o es vinculante o no lo es, no existe esa lógica de medianamente vinculante. El temor que existe, de progresar este proceso, es que en el Congreso todo cambie, y abogándose “la representación del país” eliminar, cambiar o modificar lo que los cabildos definieron” declara el cientista político.

La bolita empieza a giran en este tema, queda por ver cual tamaño y alcance que logra tener.

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