Observatorio de Equidad de Género en Salud: Ministra Helia Molina salió «por manifestar verdad incómoda»

El Observatorio de Equidad de Género en Salud tiene como propósito dar seguimiento a las políticas públicas referidas a salud. En ese contexto, expresó su opinión respecto a la abrupta salida de la Ministra Helia Molina. "Esta muestra en forma paradigmática la inequidad de género imperante en nuestro país, y su expresión en un problema de salud pública y de derechos humanos como es el aborto".

Por Francisco

12/01/2015

Publicado en

Género / Política / Salud

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En declaración de 8 de enero de 2015, esta entidad expresó:

Después de veinticinco años de la eliminación del aborto terapéutico de nuestro código sanitario, las mujeres chilenas no solo no tienen acceso a un aborto seguro y legal bajo ninguna circunstancia, sino que no existe libertad para hablar del tema. Asimismo, se encuentra truncada ex ante la posibilidad de pensar en una legislación que de cuenta de la magnitud del problema y de las reales necesidades de las mujeres en materia de libertades y derechos sexuales y reproductivos.

La Ministra de Salud ha salido de su cargo por manifestar una verdad incómoda. Se ha enfatizado en descalificar la forma y la omisión de evidencias en su discurso sobre la realización de abortos en clínicas privadas en Chile, sin embargo se trata de una realidad por todos conocida. Es muy indicador que su salida del Ministerio pueda ocurrir de manera tan tosca y descuidada en la forma, no hay duda de que eso obedece a que se trata del aborto y de una ministra mujer.

En la entrevista que dio origen a la polémica, la Ministra dijo otras verdades que por cierto no tuvieron repercusión mediática. Frente a una ley que regule el aborto los y las médicos/as que deban practicarlo en las condiciones establecidas pueden ser objetores de consciencia, siempre que esto no comprometa el acceso al aborto de las mujeres. Señala un camino a seguir respecto a los subterfugios que buscarán servicios clínicos como los de la Universidad Católica, según han manifestado abiertamente sus autoridades. Instituciones privadas como ésta podrán decidir tomar la posición de desmarcarse de una política pública como será la prestación de servicios de aborto; pero ello debería significar renunciar globalmente a ser efector del sistema público. Esto, porque en materia de salud sexual y reproductiva las mujeres que allí consulten no tendrán disponible la información ni la tecnología para hacer realidad sus decisiones autónomas y garantizar sus derechos en estas materias.

Si el efecto esperado por La Moneda con la renuncia fue evitar las polémicas,  no lo ha logrado. Las polémicas no son artificiales,  como se ha sostenido: lo artificial es el silencio impuesto. La problemática sigue presente y seguirá estándolo en diversas formas, el debate se ha agudizado y extendido, apareciendo inclusive evidencias testimoniales que refuerzan lo denunciado por la Ministra.

La transparencia y el buen juicio, que debería estar en nuestras más altas autoridades para poner en su lugar las cosas, se ha hecho presente en este caso desde la ciudadanía. El expresivo y masivo apoyo a la ministra muestra que la ciudadanía quiere otra cosa, para la política en general y en particular en la discusión sobre aborto. La evidencia disponible habla de una realidad en la que no caben los cálculos de una política tímida y minimalista.

Una Ley de aborto terapéutico por causales propone jugar en una cancha donde los derechos de las mujeres están reducidos inequitativamente – habrá un mínimo de mujeres beneficiadas – , transgrediendo aquello de que son indivisibles.

En definitiva, el Obsevatorio de Equidad de Género en Salud plantea al Gobierno la necesidad de un debate que no continúe omitiendo las verdades sobre la ocurrencia del aborto inseguro en Chile y sostiene que:

  • Resulta ineludible despenalizar el aborto, recogiendo los recientes ejemplos de Uruguay y del Distrito Federal de México.
  • Las tres causales de despenalización propuestas sólo beneficiarán aproximadamente al 4% de las mujeres que se realizan abortos en nuestro país.
  • La salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no pueden ser aplazados una y otra vez por hipócritas cálculos político partidarios, ni someterse a la negociación por perfiles de candidatos/as  a la cartera de Salud, o por temor a la reacción de los sectores más conservadores y fundamentalistas de la sociedad.
  • La inexistencia de una legislación de aborto sin restricciones marcará con una contradicción de origen al futuro Ministerio de las Mujeres y la Equidad de Género, porque no se asegurará la igualdad de derechos y libertades de las chilenas respecto de sus cuerpos, su sexualidad y su reproducción.

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