Piñera y la selva de los negocios

Si a partir de los recursos se definiera el mundo de los animales y los simios fueran los más ricos, entre ellos destacarían los grandes, y justamente dentro de esta especie, existiría un porcentaje minúsculo y exclusivo de simios gigantes, el  Philum King Kong, un ejemplar exitoso sin depredadores, pero que a pesar de ello […]

Por Director

28/03/2009

Publicado en

Columnas / Política

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Si a partir de los recursos se definiera el mundo de los animales y los simios fueran los más ricos, entre ellos destacarían los grandes, y justamente dentro de esta especie, existiría un porcentaje minúsculo y exclusivo de simios gigantes, el  Philum King Kong, un ejemplar exitoso sin depredadores, pero que a pesar de ello seguiría siendo un simio grande. King Kong , seguramente, además de su pulgar opuesto, tendría a su haber uno de los holdings de árboles más grandes de todo el bosque, sin embargo para  moverse o arrancar, en situación extraordinaria por cierto, saltaría de un árbol a otro, manteniendo la antiquísima estrategia de otros monos menores, “no soltar una rama hasta tener fuertemente agarrada otra”.

Al igual que en el mundo de los simios, muchos humanos repiten esta estrategia con mayor o menor efectividad, por ejemplo hoy a menos de 12 meses de las elecciones, Piñera, este gran exponente de la selva económica latinoamericana aún mantiene intacta su condición de Empresario, una de las ramas de su quehacer que le ha dado los mayores frutos, más aún, pareciera ser que ya no sólo le bastara con saltar, sino que hoy, en situación extraordinaria,  necesitará correr y salir rápidamente de una de sus ramas: huir de las farmacias. Esta será una retirada llena de justificaciones y que en las próximas semanas intentará desviar la atención del ciudadano chileno hacia otro tema, pues como él mismo aceptó «Lo que quiere ahora es arrancar de FASA» y sólo de FASA.

Independiente del significado y la definición que se le da a «arrancar» en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, esta acción está cargada por muchos sentimientos y necesidades, una de ella es la supervivencia, otra es la cobardía. No podría ser diferente en este caso, toda vez que el Precandidato Humanista Cristiano de vocación Pública y de actuar empresarial, curioso espécimen, ya se ha arrancado de otros conflictos y candidaturas, fondeándose por años en el espeso follaje que le da su condición de empresario y la rica cosecha que de ella saca.

A pesar de su sólo 2% de participación en FASA, ampliamente explicada por la Derecha, Piñera mantiene a menos de 12 meses de la elecciones Presidenciales, no sólo su carácter empresarial y los recursos generados de la Colusión, pues dudo que los devuelva, sino también mantiene intactos los escándalos que siempre le han circundado a cada uno de sus negocios, aquellos gestados en dictadura o generados a través del monopolio o dumping. A meses y quizás años de su promesa de dejar su participación en empresas y el lucro que cada una de ellas le da,  Piñera sigue perteneciendo a ese minúsculo y exclusivo porcentaje de multimillonarios de Chile y ostentando los gigantescos escándalos que no sólo de manera permanente afectan sus candidaturas, sino a los trabajadores y  al ciudadano común de nuestro país. Por cierto, estoy seguro, que al igual que King Kong, Piñera seguirá en la rama de los negocios hasta estar seguro de agarrar la próxima y asegurar de esta forma una cosecha abundante que justifique tal sacrificio personal.

Piñera puede al igual que fariseo, predicar y apuntar a cuantos quiera sin necesidad de practicar, por lo mismo, mantiene intacto su verdadera vocación, los negocios, los recursos que esto les da y la promesa eterna de dejar todo eso atrás. Se han puesto a pensar qué haría Piñera si fuera Frei o Gómez quienes tuvieran ese 2%, aún si fuera sólo un 0,5%, bueno pues, los invito a cerrar los ojos e imaginarse a un King Kong furioso en el edificio más alto, casi tan alto como un canal de televisión o una cadena de Diarios, golpeándose el pecho y gritando ofendido, todo esto coreado por un ejercito de la más peculiar fauna, muy distinto a lo que vemos hoy en día, que son sólo las espaldas de un gigantesco simio marcando con paso rápido la huida de su ejercito y de tan colosal escándalo.

Por Camilo Guitérrez

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