Proceso Constituyente hacia una  Asamblea Constituyente para el 2018

Tenemos anuncio presidencial del inicio de un Proceso Constituyente, pero una invitación sobre la que aún no hay mayor detalle. Desde El Ciudadano queremos plantear algunas inquietudes y de paso dejar como siempre nuestra propuesta ciudadana en pos de contribuir a una mejor y mayor democracia.

Por Director

05/05/2015

Publicado en

Chile / Editorial / Política / Portada

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La Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, desde la institucionalidad suprema ha anunciado que dará inicio en el país y partir del mes de Septiembre,  a un Proceso Constituyente. Valoráramos el gesto pro democracia de la Presidenta, pero queremos dejar en claro algunos antecedentes y las desconfianzas naturales que surgen.

Debemos recordar  que desde la organizaciones sociales este camino Constituyente  ya ha comenzado hace varios años, pero,  sin una vía Institucional.

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Antecedente  tras la maduración política de la Revolución Pingüina del 2006,  es el Encuentro por la Unión de los Pueblos, realizado en la ciudad de Valparaíso en Septiembre del año 2007, Asamblea Ciudadana a la que asistieron más de 200 delegados de distintos territorios del país.

En esa instancia estaban representados los trabajadores por dirigentes sindicales de la minería del talante de  Cristián Cuevas, y de la pesca como el bravío  Cosme Caracciolo, los estudiantes con la presencia de María José Sanhueza, entre otr@s,  sumados a  delegados del pueblo Mapuche  que desde el sur llegaron, mientras desde  el norte miembros del pueblo Aymara, profesores y artistas, comunicadores sociales,  se dieron cita.

En esa reunión que duró tres días y se llevó a cabo en la dependencias de la Ex Cárcel, tras largo debate, los asambleístas redactaron una serie de prioridades para los pueblos  de Chile que consideraban justas y urgentes para materias como lo son la educación, el uso y administración de los recursos naturales y concluyeron que para hacer realidad en Ley todos esos grandes cambios,  el camino era iniciar un proceso constituyente con miras a la conformación de una Asamblea Constituyente que redacte una Nueva Constitución.

Se dijo que la AC  era la madre de todas las luchas por la anhelada transformación social y política de un país víctima de un modelo depredador como lo es el modelo neoliberal cimentado en la Constitución de Pinochet de 1980 y posteriores modificaciones que aún nos rigen.

Se hizo memoria como la Concertación dentro  de la tranza de la transición, llamo a un Plebiscito posterior a la dictadura militar el 30 de julio de 1989, en la que sometió a referéndum  una serie de reformas de carácter constitucional que afianzaban el modelo neoliberal sin entregarse mayor información a la población de los cambios que se hacían. Ganó de manera aplastante el sí por estas reformas que nos afectan hasta hoy, dentro de las cuales estaban las concesiones plenas.

No queremos decir que en el mencionado encuentro   se haya gestado la idea de una Asamblea Constituyente para Chile, sino es un antecedente más, pues es claro que el anhelo de este propósito democrático, viene de mucho antes y está en el corazón de miles de quienes lucharon para terminar con el régimen militar en Chile, desde dentro y fuera de las fronteras del país.

Otras muestras desde la organización ciudadana y su forma asambleísta de lucha lo han sido la Asamblea Ciudadana de Magallanes, la Asamblea Ciudadana de Calama, la conformada en Freirina, la Asamblea Ciudadana de Nuñoa,  La Asamblea Flori-Puente, la Asamblea Ciudadana de Aysén, La Coordinadora de Asambleas de la Región Metropolitana, etc.  Es decir, evidencia  en nuestra historia reciente de asambleísmo ciudadano sin vía institucional, tenemos de sobra.

Sumada a las anteriores, tenemos más grupos de ciudadanos organizados que han puesto en la palestra la necesidad de una Asamblea Constituyente, destacan el Movimiento por la Asamblea Constituyente, Marca AC, La Escuela de Monitores por la Asamblea Constituyente, la Vía Popular a la Constituyente,  la misma ANEF, y la Central Unitaria de Trabajadores  y diversas entidades sindicales y sociales que tienen la película clara.

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Así tarde o temprano pasaría lo que hoy sucede. Las buenas ideas para la convivencia humana, emanadas de la sociedad, son  tomadas tarde o temprano por el poder cúspide,  antes de su pérdida total de legitimidad y es entonces cuándo debemos estar más atentos.

Es por ello que hay que ser precavidos con el llamado Proceso Constituyente,  pues una  Nueva Constitución no puede emanar a tontas y a locas,  ni menos desde el interior de un parlamento donde no están ni los votos ni la confianza tras los últimos escándalos de corrupción, como ha tenido a bien señalar el senador Alejandro Navarro.

Esto lo tienen claro varios parlamentarios con un sentido más ético de la política, que han creado la Bancada Transversal por la Asamblea Constituyente, donde vemos desde militantes del Partido Comunista hasta integrantes de Renovación Nacional,  buscando la vía institucional para que la Nueva Constitución emane de una Asamblea Constituyente y no de otro espacio.

Debemos dejar en claro y hacemos un llamado que pese a las desconfianzas que puedan naturalmente existir, no podemos,  ni  debemos marginarnos del histórico proceso al que se enfrentará el país.

Es deber de la ciudadanía de Arica a Magallanes, empoderase en los espacios que abra el gobierno en este llamado a un Proceso Constituyente, informarse y educarse en las materias necesarias.

Y este Proceso Constituyente debe culminar en una Asamblea Constituyente democráticamente electa que abriendo amplios espacios a la participación ciudadana redacte la Nueva Carta Magna.

Es por ello que saludamos el anuncio presidencial, pero queriendo dejar en claro nuestra postura, pues no queremos un proceso que dure 6 meses, con mesas de trabajo y consultas no vinculantes, con una metodología que viene de Santiago armadas para todas las regiones.

Queremos que esto se haga realmente entre todos y sin tongos, pues lo que de aquí en adelante emane, nos regirá por los próximos 50 años de historia y debe tener robusta legitimidad social.

Es por ello que creemos el gobierno debe invitar al diseño a todos los actores que han venido trabajando en la materia por largos años, más que encargar la pega a un grupo de sus amigos.

Es por ello que creemos que incluso el diseño  de este llamado  Proceso  Constituyente debe ser deliberado de forma participativa por todo el país.

Correligionarios, correligionarias de la AC, tenemos tiempo de tres años  para educar y seguirnos educando  cívicamente en miras a una Asamblea Constituyente ya operativa para el 2018. Fecha del real Bicentenario, si hubo “independencia” en 1818.

¡Esta vez sí libertamos Chile, tres veces Unidad, sin Asamblea Constituyente no hay Nueva Constitución legítima!

 

 

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