En una muestra de solemnidad y simbolismo geopolítico, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, encabezó este 9 de mayo una ceremonia conmemorativa junto a líderes de 27 países en la Tumba del Soldado Desconocido, en el Jardín de Alejandro, para rendir homenaje a los caídos en la Gran Guerra Patria, en el marco del 80° aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi.
El acto, cargado de emotividad y referencias históricas, se celebró tras el tradicional desfile militar en la Plaza Roja, donde más de 10.000 efectivos, incluidos veteranos de la actual operación militar rusa en Ucrania y tropas extranjeras de 13 países, marcharon frente a la tribuna presidencial. El despliegue fue precedido por la entrada solemne de la bandera nacional rusa y el Estandarte de la Victoria, símbolo de la derrota del Tercer Reich.

Acompañando a Putin en el homenaje floral estuvieron los presidentes de China, Xi Jinping; Venezuela, Nicolás Maduro; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Cuba, Miguel Díaz-Canel; Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi; Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko; Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev; y otros líderes de Asia, África y América Latina. Cada mandatario recibió un ramo de rosas rojas de manos de la Guardia de Honor, que fue depositado al pie del monumento, junto a una corona decorada con las cintas de San Jorge.
Los jefes de Estado guardaron un minuto de silencio ante la Llama Eterna, en memoria de los millones de soviéticos que murieron entre 1941 y 1945. En un gesto simbólico, soldados del regimiento del Kremlin colocaron coronas en la Avenida de las Ciudades Heroicas, donde se honra a los territorios más castigados por la guerra con tierra traída de esas ciudades mártires.

La Tumba del Soldado Desconocido, construida en 1967 con motivo del 25° aniversario de la Batalla de Moscú, sirvió una vez más como epicentro del recuerdo nacional y escenario de unidad política con los aliados estratégicos de Rusia. En un contexto internacional marcado por tensiones globales y reconfiguraciones diplomáticas, esta conmemoración se proyecta no solo como un acto de memoria, sino también como un mensaje político que refuerza los vínculos de Moscú con países de Asia, África y América Latina.
La jornada concluyó con el desfile de la Guardia de Honor, que recorrió solemnemente el jardín, mientras sonaba el himno ruso. El Día de la Victoria, celebrado cada 9 de mayo, sigue siendo para Rusia un símbolo de orgullo nacional, heroísmo y resistencia, y este 2025 cobra aún mayor relevancia al cumplirse ocho décadas de aquel capítulo decisivo de la historia mundial.

Foto: Redes
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