Remesas de migrantes: codiciadas por Trump

El magnate llegó al paroxismo del odio racial y la avidez capitalista. Al anunciar su plan migratorio, prometió confiscación de las remesas enviadas por los trabajadores migrantes y negar la ciudadanía estadounidense a hijos de migrantes, entre otras medidas.

Por Arturo Ledezma

18/08/2015

Publicado en

Latinoamérica / Política

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Para 2014 ingresaron a México 22.798 millones de dólares en concepto de remesas enviadas por migrantes desde Estados Unidos a sus familias. Se trata del dinero que ganaron trabajando por sueldos muy bajos, para poder subsistir y ayudar a sus seres queridos.

Esos millones están en la mira del codicioso Donald Trump, el magnate de los negocios inmobiliarios que edificó su imperio contratando, entre otros, a trabajadores indocumentados.

Si llega a la Casa Blanca, Trump cancelará las medidas ejecutivas impulsadas por Barack Obama -actualmente en suspensión por la acción legal de 26 estados- y eliminará los permisos de residencia de los Dreamers -jóvenes que llegaron a muy temprana edad a territorio estadounidense-.

También anunció la deportación de los más de 11 millones de migrantes indocumentados que residen en Estados Unidos y encarecer los permisos para atravesar la frontera legalmente.

Trabajadores migrantes: explotados y oprimidos

Desde sus iniciales declaraciones en las que afirmó que “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”.

Sin embargo, dado que los migrantes justamente por sus precarias condiciones de residencia, siempre bajo la amenaRemesas de migrantes: codiciadas por Trumpza de la cárcel o la deportación, perciben los salarios más bajos en Estados Unidos, constituyen la mano de obra “ideal” para los explotadores como Donald Trump. Mientras los varones mexicanos obtienen un promedio de 22,550 dólares al año, las mujeres sólo consiguen 10,000 dólares anuales. Y el salario promedio para los hombres estadounidenses asciende a 56,340 dólares anuales.

Como señalan algunos analistas, lo cierto es que los jóvenes trabajadores migrantes son quienes podrán dinamizar la economía estadounidense, ya que en la población del gigante del norte tienden a predominar los adultos mayores y la tasa de natalidad de la población anglosajona está cayendo.

Y a las duras condiciones de trabajo se suma el histórico desprecio que enfrenta la cultura latina en Estados Unidos: la lengua española, las tradiciones latinas se consideran de segunda, y quienes buscaron una vida mejor en ese país debieron someterse a un brutal proceso de aculturación para “poder encajar” en la sociedad estadounidense.

Esta situación se da desde 1848 con la apropiación realizada por el país vecino de casi la mitad del territorio mexicano. Ya entonces los mexicanos que quedaron del otro lado de la frontera fueron orillados a una posición de ciudadanos de segunda. Un mecanismo perverso totalmente funcional a la explotación de los latinos, cuya fuerza de trabajo fue, junto con la de asiáticos, uno de los pilares sobre los que se construyó el imperialismo estadounidense.

Migración mexico

Los republicanos y el voto latino

En distintos medios se señala que, aun cuando Trump encabeza las encuestas de los republicanos, lo cierto es que su discurso racista está espantando el voto latino. Aun cuando el magnate no quedara como candidato de ese partido, el candidato que quede deberá enfrentar el enojo de la comunidad latina, cuyo peso se hizo sentir en las últimas elecciones presidenciales, donde Obama resultó electo para un segundo periodo.

En 2012, se explicó la derrota electoral de Mitt Romney, el candidato republicano, “se debió a la falta de apoyos que consiguió del electorado latino: sólo logró el 27 % de los votos hispanos, frente al 71 % que se llevó Barack Obama.”

Sin embargo, los hechos demuestran que tampoco Obama veló por los derechos de los migrantes, a pesar de sus promesas: tan es así que ostenta el récord de deportaciones, creó las cárceles donde quienes solicitan asilo en EEUU están presos, avanzó en la militarización de la frontera mexicano-estadounidense y ordenó a su gendarme Peña Nieto implementar el plan Frontera Sur en México, para evitar que los centroamericanos atraviesen el país para llegar al gigante del norte.

La comunidad latina no puede esperar solución a la cuestión migrante ni de republicanos ni de demócratas. Sólo podrá conquistar sus derechos sociales, políticos y sindicales en alianza con los afroamericanos que se movilizan contra el odio racial, con los trabajadores que luchan por el aumento de salario a 15 dólares la hora, y con los jóvenes que salieron a manifestarse por la aparición con vida de los normalistas de Ayotzinapa.

visto en La izquierda diario

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