Daños coletarales en discusión que crea el Ministerio de la Cultura

Senado rechaza exclusión de animales amaestrados de los espectáculos de circo

A pesar de haber sido aprobada en la Cámara de Diputados, indicación no seguirá en pie. Acá, un relato sobre lo sucedido en el Congreso.

Por Gabriel Muñoz

09/08/2017

Publicado en

Actualidad / Animales / Chile / Política / Portada

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Durante la sesión del Senado del miércoles 9 de agosto, que discute la creación del Ministerio de la Cultura, se vivió un triste momento para los defensores de todos los seres vivos: se rechazó la eliminación de los animales amaestrados en el circo chileno.

Debido a problemas de forma- se cuestionó la discusión de esta indicación en un debate acerca de la creación del Ministerio de Cultura- y problemas de fondo, ya que hubo opiniones a favor de tener perros o caballos en espectáculos de entretenimiento, el Senado rechazó por 20 votos en contra, 4 a favor y una abstención la posibilidad de eliminar a los animales amaestrados de un espectáculo circense.

De esta forma, el voto de los senadores Guido Girardi (PPD), Alejandro Navarro (PAIS), Alejandro Guillier (PRSD) y Jaime Quintana (PPD) no fue suficiente para salvaguardar la vida y dignidad de los animales.

Tenso debate

En un claro interés por defender la tortura y maltrato de otros seres vivos, la Senadora Ena Von Baer (UDI) afirmó no entender la razón para que animales no exóticos, como el perro o caballo, pudiesen ser utilizados como forma de entretenimiento en recintos circenses. “Entiendo que el elefante o el león pero hoy son otros. Carabineros también tiene perros, que hacen espectáculos muy aplaudidos. No se entiende por qué el circo no. Con la supervigilancia del SAG, yo rechazo esta indicación”, señaló en su turno de defender su voto.

En un intento por defender la iniciativa aprobada en la Cámara Baja, el Senador Guido Girardi expresó que hablaría en representación de los animales. “No es posible tener animales, no se respeta su dignidad. La cárcel es tortura, aniquilamiento espiritual y material. Es distinto un recinto ecuestre a uno en un encierro, encarcelado, sin un mínimo de hábitat digno. No queremos enseñarle a nuestros niños que la tortura de un ser vivo es deleite del ser humano. Un animal no es un bien mueble, no es un ser inanimado, es un ser vivo”, afirmó. Sin embargo, su esfuerzo fue inútil. Un acuerdo de bancadas de última hora echó por tierra sus anhelos.

A pesar de no estar de acuerdo con el momento en que se estaba generando el debate, el Senador Alejandro Navarro afirmó que en los 142 circos existentes hoy, ya no existían animales. “Los circos cumplieron con su compromiso de sacar a las especies exóticas, gracias a la presión ciudadana pero con su voluntad. Había una condición de maltrato animal pero ya no da cuenta”.

En las antípodas del debate se ubicó el senador socialista Juan Letelier. Fue uno de los que rechazó de plano la discusión, afirmando que no tenía nada que ver con la idea matriz. “Tengamos el debate pero no es la forma correcta de legislar. Es improcedente esta indicación, no debería estar en sala. Si en procedimiento no respetamos,¿qué queda para adelante?” relató, demostrando una incomprensible ofuscación.

En la misma línea se manifestó el Senador Juan Coloma (UDI), quien se ganó el abucheo de las graderías -repletas por trabajadores de la cultura- al afirmar que a este tipo de discusión “se les pasaba la mano. Es una obsesión. Cada vez es menor la diferencia del ser humano con los animales. Hay mayor protección del animal que del niño que está por nacer.”

Para dar el tiro de gracia a la tentativa de eliminar todo tipo de explotación animal, el senador Hernán Larraín (UDI) planteó, en forma taxativa, que “la ley orgánica, en sus artículos 24 y 25, plantea que la indicación puede ser declarada inadmisible por estar fuera de las ideas matrices. El tema de los animales cobra excesiva y desmesurada atención, pido mesura. Es correcto debatir ello pero es inadmisible su discusión y votación hoy.”

A pesar de haber votado a favor de la indicación y encontrarse en la sala, la diputada María José Hoffmann (UDI) no hizo nada por defender su postura ante sus correlegionarios. Pareciera que pesan más los acuerdos políticos que la defensa de la vida y dignidad, no sólo de los seres humanos sino de todos los seres vivos.

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