Senadores designados: volviendo a las viejas prácticas

  Basándose en el mismo resquicio constitucional que el Congreso aprobó el 11 de julio de 2005, que permite reemplazar a parlamentarios que dejan sus cargos, hoy la Alianza está de cabeza buscando los nombres que ocuparán las sillas dejadas por Pablo Longueira y Andrés Chadwick en la Cámara Alta, tras haber asumido como ministros […]

Por Claudia

26/07/2011

Publicado en

Congreso / Política / Portada

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Basándose en el mismo resquicio constitucional que el Congreso aprobó el 11 de julio de 2005, que permite reemplazar a parlamentarios que dejan sus cargos, hoy la Alianza está de cabeza buscando los nombres que ocuparán las sillas dejadas por Pablo Longueira y Andrés Chadwick en la Cámara Alta, tras haber asumido como ministros de Sebastián Piñera.

Según la Constitución en su artículo 51, establece que “las vacantes de diputados y senadores se proveerán con el ciudadano que señale el partido político al que pertenecía el parlamentario saliente, mientras que en el caso de los independientes, éstos no podrán ser reemplazados a menos que, al momento de ser candidato, haya pertenecido a una lista de partidos o movimientos sociales, y en ningún caso, se realizarán elecciones complementarias”.

Ante la inminencia de dilucidar este dilema de la escena política, paralelamente surgen diversas opiniones frente a esta modalidad de designar a parlamentarios sin la debida representación popular.

El abogado y director de Soberanía Popular, César Lemus, califica esta situación como una grave falta de respecto hacia los ciudadanos, ya que “independientemente del partido que sea el congresista, la gente deposita su confianza en él y cree en su proyecto, y ahora que no está, sin importar lo que opine el ciudadano, el partido designa a otro personaje que no representa para nada los intereses de su electorado, convirtiendo esto en un grave atropello”.

Por su parte, María Ester Flores, vecina de la comuna de San Miguel y fiel partidaria del ex senador Pablo Longueira, señala sentirse defraudada, ya que trabajó mucho por la campaña del actual ministro de Economía y que ahora no le gusta ninguno de los candidatos que está proponiendo el partido Unión Demócrata Independiente (UDI). “Me da rabia todo esto, ya que yo voté por Pablo Longueira y trabajé para que ganara aquí… y ahora quizás a quién pondrán en su lugar… lo único que tengo claro es que deberían preguntarnos a nosotros, los que votamos y creemos en las personas y no en los partidos”.

Una opinión similar muestra Josefina Valdés, vecina de la comuna de San Clemente en la VII Región, quien apoyó por muchos años al fallecido diputado Pedro Pablo Álvarez Salamanca, quien fuera reemplazado por Lily Pérez en el 2008 bajo la designación de Renovación Nacional. Josefina también se sintió molesta y dolida por no considerarse su opinión y la de muchos de sus vecinos. “Aquí aparecen cuando están de campaña y quieren lograr nuestro voto, pero cuando el que uno elige se va, no nos consideran para elegir el reemplazante”.

UN DEBATE PARLAMENTARIO

La discusión en torno a este tema también está causando revuelo en pasillos del Congreso, ya que tanto la Concertación como algunos parlamentarios de la Alianza han criticado este sistema de reemplazo argumentado que debería ser abierto y con representación tanto de las bases de los partidos como de la masa electoral correspondiente.

El senador y vicepresidente de la UDI, Hernán Larraín, pese a que calificó el mecanismo actual como poco representativo, sostuvo que “los cargos deberían tener legitimidad democrática, pero no lo vamos a poder lograr en esta vuelta dadas las características del sistema”.

En enero pasado, el diputado socialista Alfonso De Urresti presentó un proyecto de ley para que se obligue la celebración de elecciones complementarias en estos casos y que convoque a la legitimidad de la soberanía ciudadana, iniciativa que ha cobrado importancia en las discusiones parlamentarias y que tiene un apoyo transversal de todas las bancadas.

“Lo que busca este proyecto es avanzar hacia la perfección del sistema electoral y evitar esta suerte de tongo que se produce hoy”, remarca De Urresti.

Pese a las buenas intenciones tras este proyecto, el tema sustancial de esta discusión es que el sistema político está volviendo a prácticas antidemocráticas, por no tener representación de la ciudadanía y por resolverse dentro de cuatro paredes partidistas.

De acuerdo a los plazos establecidos, el nombramiento de los nuevos senadores debe ser resuelto dentro de los diez días siguientes de la publicación del decreto de cambio de gabinete (que incluye a los dos ex senadores), cuya plazo vence el próximo lunes.

Por Claudia Pedreros

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