Ayer firmó los documentos

Trump fortalece el autoritarismo policial con tres nuevas órdenes ejecutivas

En la ceremonia también asumió el nuevo Fiscal General de la administración Trump; el republicano Jeff Sessions, conocido en la política por sus ideas racistas.

Por Sofia Olea

10/02/2017

Publicado en

Estados Unidos / Mundo / Política / Portada

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orden ejecutiva 10 febrero

Donald Trump nuevamente hace noticia con sus polémicos decretos presidenciales. Ayer firmó tres nuevos documentos dirigidos a reforzar la «seguridad pública», los que en definitiva darán más poder a la policía.

En una nueva ceremonia formal, en que Jeff Sessions asumió como Fiscal General, el presidente hizo un resumen de las funciones que tendrá el nuevo representante, incluyendo luchar contra el crimen, los carteles del narcotráfico y el terrorismo. Trump insistió en que Estados Unidos está enfrentando «la amenaza del aumento del crimen» y que «muy pronto las cosas mejorarán», informa el medio británico The Independent.

«Estoy dirigiendo en Departamento de Justicia para reducir los crímenes y los crímenes de violencia contra los oficiales de las fuerzas de la ley. Es una lástima, lo que ha estado pasando a nuestros grandes, realmente grandes oficiales de la policía. Eso se va a terminar hoy», declaró Trump en la Casa Blanca, frente a la prensa.

jeff sessions

Jeff Sessions (Getty Images)

Una de las órdenes ejecutivas pretende «definir nuevos crímenes federales e incrementar las penas por los crímenes federales ya existentes, con el fin de prevenir la violencia» contra la policía estatal y federal.

La cifra de policías muertos en EE.UU. el año pasado es 135, de acuerdo a un informe de National Law Enforcement Officers Memorial Fund. Entre ellos, 64 murieron por disparos en el cumplimiento de su trabajo, incluyendo a 21 que fueron asesinados en emboscadas. El total del año también incluye muertes por accidentes de tránsito y problemas de salud relacionados con el trabajo; por ejemplo, ataques cardíacos en el trabajo.

Pero lo que el presidente Trump no mencionó en la ceremonia, fueron los cientos de civiles que mueren cada año en manos de las fuerzas policiales. El año pasado hubo 968 fallecimientos, de acuerdo al medio estadounidense Washington Post, y en lo que va de este año han sido más de 130 personas, como informa la base de datos killedbypolice.net. Parece una ironía que estas órdenes se hayan firmadocuando se conmemora el Black History Month, que rinde honor a los personajes y eventos de la historia de la diáspora africana.

El mes pasado, el Departamento de Justicia estadounidense concluyó que en Chicago había habido un «patrón de fuerza excesiva» de la policía sobre los ciudadanos, especialmente con las comunidades de afroamericanos. Chicago fue una de las ciudades en las que el gobierno de Obama tuvo que investigar la violencia excesiva contra los negros, cuando se dieron a conocer videos de personas como Alton Sterling, Sandra BlandWalter Scott, quienes fueron víctimas de violentos arrestos y asesinatos por parte de oficiales de policía.

Asesinato de Alton Sterling. Foto vía abc7news

Asesinato de Alton Sterling. Foto vía abc7news

Ahora es improbable que bajo el nuevo mandato de Jeff Sessions y las reformas a los poderes de la policía, estas investigaciones sigan su curso, y la realidad muestra que la tasa de policías imputados o convictos es muy baja.

Sessions, quien ha sido senador por Alabama por muchos años –y que una vez fue catalogado como demasiado racista para ser juez federal– dijo ayer a los periodistas, al asumir su nuevo cargo como Fiscal General, que EE.UU tiene «un problema de crimen».

Las afirmaciones de Sessions y de Trump, que alegan un aumento permanente y sostenido del crimen en EE.UU, han sido desacreditadas consistentemente: a pesar de un leve aumento que se observó en los últimos dos años, las tasas han sido mucho más bajas en las últimas décadas, en comparación con los años ’80 y ’90, informa The Independent.

Se ha dicho varias veces que Sessions ha sido uno de los elementos claves en la formulación de la prohibición a los inmigrantes musulmanes, como una medida para mitigar el terrorismo. La medida ignora la evidencia de que, desde 2001, no ha habido un solo ataque en territorio estadounidense por parte de inmigrantes de los países musulmanes vetados por aquella orden ejecutiva del 27 de enero –y que más tarde fue suspendida por el Departamento de Seguridad Nacional.

El Ciudadano

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