Consejo Seguridad de la ONU

Venezuela, España y tres países más ocupan sus asientos en el Consejo de Seguridad de la ONU

Cinco nuevo países comienzan su bienio como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Angola, Malasia, Nueva Zelanda, Venezuela y España. Los últimos dos países han mostrado su voluntad de refundar la organización.

Por Marta Ubeda

02/01/2015

Publicado en

Mundo / Política

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Consejo de Seguridad de la ONU

El día uno de enero del nuevo año, Angola, Malasia, Nueva Zelanda, Venezuela y España pasaron a ocupar sus asientos como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, junto con Chad, Chile, Jordania, Nigeria y Lituania, que inician este 2015 su segundo año formando parte activa de este Consejo. Al mismo tiempo, Chile ocupará durante el mes de enero la presidencia del CSNU, una presidencia que rota siguiendo el orden alfabético.

Los miembros no permanentes de este órgano principal de las Naciones Unidas son diez y son elegidos por Asamblea General -cinco nuevos miembros cada mes de octubre-. Cada uno de estos diez miembros tiene un voto que emiten en las decisiones llevadas a cabo la organización, por lo que ocupar uno de estos asientos implica -supuestamente- desempeñar un papel clave en la diplomacia internacional. Estos diez países, en cambio, no tienen derecho a veto, capacidad de la que solo disfrutan los cinco miembros permanentes que son China, EEUU, Francia, Rusia y Reino Unido. Las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre asuntos sustantivos requieren el voto afirmativo de nueve de los quince miembros, pero un veto de cualquiera de los miembros permanentes evita directamente y sin discusión posible la adopción de la propuesta, aunque los otros 14 paíeses hayan votado a favor.

Esta norma ha provocado la inmovilidad del Consejo de Seguridad en muchos conflictos, ya que Rusia, China o EEUU vetaron decisiones tales como la exigencia a Isarael de retirarse de territorios palestinos en 2017, la intervención en Siria de las fuerzas internacionales o el posicionamiento en el conflicto ucraniano.

Por ello, según han informado fuentes diplomáticas españolas, los objetivos de España para este mandato en el Consejo de Seguridad de la ONU pasan por una reforma integral y conjunta del organismo para que sea más representativo, equilibrado y accesible. España defenderá el aumento del número de asientos no permanentes «con un reparto geográfico equitativo y permitiendo mandatos de larga duración con posibilidad de reelección«.

La inclusión de Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU fue duramente cuestionada y criticada por EEUU, país que consideraba que la actitud de Venezuela «ha ido en contra del espíritu de la Carta de la ONU, ya que las violaciones de los derechos humanos en su territorio están en conflicto con la letra de la Carta«, según señaló la embajadora estadounidense Samanta Power.

Para Washington, el país que preside Nicolás Maduro no cumple con los principios de la organicación recogidos en la Carta. Según esta Carta, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el máximo órgano de decisión de la ONU, tiene la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad en el mundo. Pero claro, el conflicto surge cuando los países confían en vías muy diferentes -e incluso opuestas- para conseguir esa paz y seguridad en el mundo.

Nicolás Maduro habló en la Asamblea General de la ONU que tuvo lugar el pasado mes de septiembre y recordó durante su discurso que se está formando un panorama mundial diferente con nuevos modelos económicos y políticos, lo que debería traducirse en una refundación de la organización. Critió también la ofensiva antiterrorista liderada por EEUU: «en vez de estar bombardeando debemos hacer una alianza de paz contra el terrorismo (…) la organización debe refundarse para buscar la paz total«.

A pesar de las críticas estadounidenses, la candidatura venezolana no contó con apenas oposición y obtuvo el apoyo de 181 de los 193 países miembro de las Naciones Unidas.

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