Codelco-Gate / Parte 1: La infiltración de las transnacionales y el fin de la era del cobre refinado

Francisco Marín Castro Las grandes mineras transnacionales siempre han querido que se privatice la estatal minera Codelco, pero nunca lo han podido lograr… al menos nominalmente

Por Francisco Marín

08/07/2020

Publicado en

Chile / Minería / Política / Portada

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Francisco Marín Castro

Las grandes mineras transnacionales siempre han querido que se privatice la estatal minera Codelco, pero nunca lo han podido lograr… al menos nominalmente.

Los “Chicago Boys” -economistas neoliberales que estudiaron en la Universidad de Chicago en las décadas de 1950 y 1960, bajo la tutela del economista Milton Friedman-, que tomaron el control de la economía chilena, a partir de 1975, también realizaron numerosos intentos por acabar con la propiedad estatal de la Gran Minería del cobre, nacionalizada en julio de 1971 bajo el liderazgo del presidente socialista Salvador Allende.

Sin embargo, en dictadura militar (1973-1990) estas pretensiones chocaron con la voluntad de un sector del Ejército que se negó a entregar el cobre. No es para menos: los excedentes generados por Codelco en aquellos años fueron el principal sostén económico de dicho régimen.

Sin embargo, tras el retorno de la democracia, en 1990, aunque Codelco permaneció en manos estatales, fue objeto de decisiones que socavaron su patrimonio en favor de las transnacionales mineras que volvieron a Chile en gloria y majestad.

En aquellos primeros años de transición a la democracia se promulgaron una serie de normas que permitieron la enajenación de los yacimientos de reserva de la estatal minera. También se aprobaron leyes -como la de “reforma tributaria” de 1990- que permitieron a las grandes mineras privadas eludir el pago de impuestos (ver Proceso 2236).

Pese a estas políticas extremadamente ventajosas para la inversión minera extranjera, en los 20 años posteriores a 1990 Codelco siguió siendo un sostén fundamental de la economía chilena.

Sin embargo, a partir de 2010 esta empresa estatal vive una debacle que se expresa en la caída de sus ingresos, de los excedentes que entrega al fisco y en un altísimo endeudamiento que actualmente supera los 15 mil millones de dólares.

Según el economista, experto minero y fundador del Comité por la Defensa y Recuperación del Cobre, Julián Alcayaga, esta catastrófica situación encuentra gran parte de su explicación en supuestas maniobras implementadas por trasnacionales mineras tendientes a apropiarse del patrimonio de la estatal minera. Con dicho objetivo aquellas habrían bregado para instalar en los cargos más altos de Codelco a ejecutivos de su confianza.

Alcayaga señala -en entrevista con El Ciudadano- que la Ley de Gobierno Corporativo de Codelco, promulgada (en 2009) en las postrimerías del gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), habría facilitado de sobremanera este plan.

Recuerda que, desde su creación en 1976, el presidente ejecutivo de Codelco era elegido por el presidente de la República. Formaban parte del Directorio los ministros de Minería –que presidía dicho cuerpo colegiado-, de Hacienda, más un representante del Banco Central y otro de las Fuerzas Armadas.

Con la citada Ley de Gobierno Corporativo, los ministros fueron sacados del Directorio y se estableció como requisito para formar parte de él, el haber trabajado en grandes empresas mineras.

Alcayaga destaca que, como consecuencia de lo anterior, el directorio actual de Codelco “está compuesto principalmente por profesionales elegidos por la Alta Dirección Pública que han desarrollado toda su carrera en conglomerados transnacionales”.

Cita como ejemplo el caso de Diego Hernández, presidente ejecutivo de Codelco en los primeros dos años de la administración Piñera (2010-2012). Este había ocupado los más altos cargos en mineras de la transnacional Anglo American.

Al dejar su cargo en Codelco -en mayo de 2012- pasó a ocupar la Presidencia Ejecutiva de Antofagasta Minerals, perteneciente al poderoso grupo económico chileno de la familia Luksic y competidor directo de Codelco. Ahora es representante de la patronal Sociedad Nacional de Minería, rol en el cual esta defendiendo con dientes y uñas la mantención de las faenas mineras pese a la secuela de enfermedad y muerte que estas están dejan en medio de la pandemia.

Hernández fue remplazado en la dirección de Codelco por Thomas Keller,  quien había desempeñado importantes roles en BHP BillitonValeRio TintoAnglo American, entre otras mineras. 

En 2014, al dejar Keller su cargo en la estatal minera, Michelle Bachelet (al inicio de su segundo periodo presidencial) promovió como presidente de Codelco a Nelson Pizarro. Este había sido gerente de minera Los Pelambres y vicepresidente ejecutivo de Antofagasta Minerals.

En julio de 2019 Pizarro dejó sorpresivamente su cargo en Codelco. Tras su salida se han destapado numerosos casos de corrupción que lo involucran directamente a él y a su familia, y que generaron multimillonarias pérdidas al patrimonio de la estatal cuprífera. Sin embargo, de este escándalo ya casi nada se sabe.

Alcayaga señala que una manera preferente de conseguir el objetivo de destruir Codelco, propiciado por sus propios ejecutivos, se basaría en realizar inversiones inconducentes que generan grandes pérdidas e incrementan sus deudas hasta niveles insostenibles.

Expresión de esto sería el hecho que en el primer gobierno de Piñera se comenzó a implementar un Plan de Inversiones que en los años posteriores totalizaría US$ 27 mil millones. Esto “con el objetivo declarado de aumentar la producción de Codelco en poco más de 400 mil toneladas anuales de cobre”, señala Alcayaga.

“Vamos a invertir US$ 15.000 millones en 5 años para permitir el renacimiento y nueva juventud de Codelco”, señalaba Piñera el 21 de abril de 2011 al anunciar el inicio de sus planes de inversión para Codelco.

Según Alcayaga el plan de inversiones de Codelco “es aberrante”. Para sustentar esta afirmación pone sobre la mesa un antecedente que se asoma relevante: “las mineras extranjeras invirtieron –entre 1990 y 2013– cerca de US$ 25 mil millones, pero con esos recursos aumentaron la producción en 4 millones de toneladas”. Es decir, con un monto de inversión similar al realizado por Codelco en el citado Plan de Inversiones, consiguieron aumentar su producción 10 veces más.

Quizá si el mejor ejemplo de las malas inversiones realizadas por ejecutivos de Codelco vinculados a transnacionales mineras, lo realizó Diego Hernández, en octubre de 2011. Entonces consiguió para Codelco un préstamo de la japonesa Mitsui por US$ 6.750 millones para la compra de un 49% de la mina Los Bronces (Anglo American).

Nótese que la totalidad de este mineral fue vendida en 1978, por el Estado de Chile a Exxon Mobil Corporation, en solo 90 millones de dólares. Al recomprar menos de la mitad, pago más de 100 veces su valor, aún considerando una actualización del valor de la moneda estadunidense.

Por esta onerosa operación Codelco ha obtenido nulos réditos. Ha sido plata perdida. Sin embargo, en su momento esta adquisición se presentó como un esfuerzo de recuperación del patrimonio nacional que Codelco realizaba. ¡Pamplinas!

Es dable señalar que Chile es el principal exportador de cobre a nivel mundial. Entre minería estatal y privada, Chile produce 5,76 millones de toneladas anuales de cobre, lo que representa un 30% de la producción mundial de este metal, indispensable para la transmisión de electricidad y el funcionamiento de la industria automotriz, de electrodomésticos, entre muchas otras. Le siguen China, con un 9%; Perú (8%) y Estados Unidos (7%).

El cierre de la fundición de Chuquicamata

El 25 de junio de 2020, Codelco anunció que “como medida preventiva y ante la compleja situación que vive la Región de Antofagasta y la ciudad de Calama por la emergencia sanitaria del Covid-19, División Chuquicamata ha determinado detener su fundición”. 

Añadió: “Esta medida es de carácter transitoria y tiene como objetivo reducir la exposición en las áreas, y reforzar los esfuerzos y controles preventivos de seguridad y salud de las personas en la división”.

El economista y experto en tributación minera Julián Alcayaga estima que ese “es un argumento absolutamente falaz” afirmando que esa definición “se debe a una política implementada a partir del año 2010.

Fundamentó: “cuando las transnacionales mineras se tomaron la dirección y administración de Codelco, con el objetivo de destruir económicamente y financieramente la Corporación, su plan contemplaba el cierre de las fundiciones y refinerías de Codelco, de manera que exportaran solo concentrados”.

En efecto, en 2009, antes de la llegada de las transnacionales mineras a la administración de Codelco -a través de ejecutivos que en los hechos cumplían “comisión de servicio” en la estatal- solo el 10% de las ventas de cobre Codelco era en forma de concentrado (Pág. 73 Memoria 2009 Codelco), mientras que en 2019, el concentrado representaba el 40% de las ventas de cobre (pág. 40 Memoria 2019), como refrenda Alcayaga.

La porción del concentrado en las ventas de Codelco, se incrementará con el cierre de la fundición de “Chuqui”.

Cabe consignar que Octavio Araneda, Presidente Ejecutivo de la Corporación, ante el cierre de la fundición confirmó continuidad de labores en la mina, sosteniendo que se continuará con la exportación de concentrados.

“Exportar concentrados en vez de cobre refinado, no es algo baladí y sin importancia, puesto que ello se refleja inmediatamente en los ingresos por ventas y los resultados de Codelco. Por ejemplo, el año 2009 cuando la exportación de concentrados era solo del 10% de las ventas de cobre de Codelco, los excedentes fueron de US$ 3.948 millones, con un precio del cobre de 2,34 dólares, mientras que el año 2019, con el precio del cobre de 2,74 dólares, 17% más alto que el año 2009, los excedentes de Codelco fueron solo de US$ 996 millones, de los cuales solo U$ 78 millones eran impuesto y royalty US$ 919 millones corresponden al 10% de las ventas que van a las FFAA”, señala Alcayaga en un artículo inédito, que este redactor tuvo a su disposición.

Allí afirmó el economista que “los lamentables resultados del año 2019, no son casuales ni el fruto de una mala administración, sino el efecto de una planificada política para endeudar y arruinar Codelco, para de esa manera crear las condiciones para su privatización”.

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