En un giro que marca el naufragio de uno de los pilares de su relato económico, el Gobierno de l presidente de Argentina, Javier Milei, anunció esta semana la intervención directa del Tesoro Nacional en el mercado de cambios en un intento de contener una disparada del dólar en vísperas de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. La medida, aplicada ante la fuga de capitales y la presión especulativa, constituye la segunda muerte del programa económico original del denominado «libertario» y valida de las advertencias que analistas del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) habían formulado sobre el diseño insostenible del sistema de bandas cambiarias.
La decisión de utilizar fondos públicos para vender divisas a través del Tesoro dejó en evidencia la profundidad de la crisis de reservas y la incapacidad del Banco Central (BCRA) para cumplir con su rol en el esquema pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre las condiciones la impuestas por organización financiera internacional a Milei para acceder as un millonario préstamo de rescate de 20.000 millones de dólares que le sirviera de salvavidas ante una situación crítica figura el mecanismo de banda de flotación, que solo autorizaba ventas de dólares cuando la cotización superara el techo de 1.470 pesos.
Sin embargo, ante la acelerada subida del tipo de cambio el mecanismo fue dinamitado, una acción a través de la cual el gobierno libertario admite que no sólo la divisa no se autoregula, sino que el techo establecido para la misma está quebrado y tiene tendencia a ser superado.
La desconfianza en el plan económico del mandatario de extrema derecha se apoderó de los mercados: el Riesgo País se disparó a 920 puntos básicos, según reportó el banco JP Morgan.

Adiós al esquema de banda de flotación pactado con el FMI
El parteaguas ocurrió este martes, cuando el secretario de Finanzas de la nación austral, Pablo Quirno emitió un escueto comunicado en la red social X en el que indicó: “El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”.
La frase, aparentemente técnica, escondía un terremoto político. Según el relato de fuentes vinculadas a Hacienda consultadas por Página/12, “en charlas informales al momento de la firma del acuerdo (con el FMI), se convino ‘intervención en las bandas en circunstancias especiales’”.
Sin embargo, el texto formal suscrito entre ambas partes es claro sobre la no intervención dentro de la banda.
«Se promoverá la flotación libre del tipo de cambio entre los límites establecidos para el régimen. El BCRA podrá considerar la compra de dólares en función de sus objetivos macroeconómicos y de acumulación de reservas, así como la venta de dólares para morigerar volatildad inusual. En ningún caso, la intervención será esterilizada (…) No se prevén ventas de divisas dentro de la banda».
La contradicción entre lo pactado y lo ejecutado es evidente, por lo que el equipo de Página/12 consultó a voceros del FMI sobre su opinión respecto a la medida tomada por el Ejecutivo argentino, sin obtener respuesta.
Del “dólar flotaaaa” a vender divisas vía el Tesoro
El resultado de la intervención del primer día no fue destacado. Según el medio citado, el terminar la rueda, el Gobierno confirmó que vendió algo más de 100 millones de dólares en la jornada, logrando sólo una baja de 10 pesos contra el día previo (de 1.385 pesos a 1.375). La venta se llevó a cabo a través del Banco Central, pero «a cuenta y orden del Tesoro».
Un dato crucial es que el Tesoro cuenta con unos 1.500 millones de dólares disponibles para intervenir, un monto que parece elevado, pero que contrasta con la dinámica de ventas diarias, que el miércoles superó los 100 millones, lo que revela la precariedad del arsenal fiscal frente a la demanda del mercado.
Este escenario demuestra que una vez más, la gestión libertaria de Javier Milei volvió a tropezar con su propio discurso. El mismo presidente que hace un mes, en un programa del canal de streaming Neura, conducido por el periodista Alejandro Fantino, jugaba con un títere y gritaba a coro con su ministro de Economía Luis Caputo que «¡el dólar flotaaaa!», debió abandonar esa premisa central de su programa económico.
En ese espacio, acompañado del presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y secretario de Política Económica, José Luis Daza, el mandatario de ultraderecha minimizó las escalada que estaba experimentando el precio del dólar, y en vez de hacer un mea culpa acusó a la oposición y los banco ,de orquestar un «ataque especulativo» con fines electorales.
Asimismo, aseguró que su Gobierno estaba preparado para esta situación y e insistió en sugerir una intencionalidad política detrás de la volatilidad cambiaria.
En el programa se mostró confiado en su futuro político y afirmó que en 2027 sería reelecto, al referirse a la «segunda parte» de su mandato, que actualmente enfrenta una severa crisis política debido al escándalo de corrupción dentro de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) que involucra a su hermana y secretaria de la Presidencia, Karina Milei, y funcionarios de su círculo de confianza. A lo que se suma el anunció de que el Tesoro Nacional intervendrá en el mercado cambiario para frenar la escalada del billete verde.

Preservar a «Toto» para no ponerle cara al fracaso económico
Hace semanas, el ministro de Economía, Luis Caputo, se reía de las críticas de empresarios sobre el «dólar barato», llegando al punto de afirmar: «Comprá, no te lo pierdas, campeón» y esta semana debió idear de esta intervención de último recurso, que resulta en el abandono del esquema de bandas de flotación acordado con el FMI.
Sin embargo, Caputo fue se liberadamente apartado del anuncio de que el gobierno comenzaría vender dólares vía el Tesoro. Según Página/12, la orden de preservar a «Toto» del daño político de ponerle cara al fracaso de su propio programa partió del propio Milei.
De acuerdo con el medio citado, en un intento por maquillar la decisión, el Gobierno primero operó “vía comunicadores afines, que las ventas del Tesoro el viernes tenían que ver con un pago de deuda de una provincia del interior”. Sólo después del fracaso de esa narrativa se blanqueó la intervención. Caputo tampoco asistió a otros eventos; había sido invitado a la cena de la Universidad Di Tella –donde el tema central fue el caso de las coimas– pero no asistió, enviando en su lugar a su ladero, José Luis Daza, y al presidente del BCRA, Santiago Bausili.

El análisis del CELAG que anticipó el «absurdo» sistema de bandas
La intervención forzada valida el detallado análisis del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) que a mediados de julio pasado había advertido sobre las contradicciones inherentes al sistema de bandas cambiarias implementado por Caputo y avalado por el FMI.
“El sistema de bandas que construyó Caputo y avaló el FMI no tiene sentido, es absurdo y es fácil ver por qué”, comenzó planteando el informe desarrollado por Guillermo Oglietti, doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y Subdirector de CELAG (Argentina).
El núcleo de la crítica radica en el diseño de bandas con trayectorias divergentes. El esquema establece un límite inferior de 1.000 pesos por dólar que baja un 1% mensual, y con un límite superior de 1.400 que sube un 1% mensual.

Según el informe titulado: «Las bandas divergentes de Milei: por qué el sistema cambiario más absurdo del mundo es argentino», justamente «lo más absurdo del esquema» es que la banda superior suba y la inferior baje a un 1% mensual.
«Este esquema amplía la brecha entre bandas mes a mes: la brecha comenzó siendo de 400 pesos en abril y a finales del Gobierno de Milei será de 1.200 pesos, el triple que el piso de la banda en esa fecha. Al concluir el Gobierno siguiente, en diciembre de 2031, la brecha entre piso y techo sería de 2.656 pesos, 7 veces el valor del piso de la banda del momento. Imagine usted a un inversor o un exportador que tiene dólares y no sabe si van a valer entre 448 o 3.100 pesos, que serían los valores de las bandas a finales de 2031. Es un rango de valores que sólo le genera confianza a Nostradamus», planteó Oglietti.
De acuerdo con el estudio, en diciembre de 2035, el piso de la banda estaría en 276 pesos y el techo sería 18 veces mayor hasta alcanzar los 5.003 pesos por dólar.
«Para la economía argentina, 2035 es Ciencia Ficción, pero estos valores inverosímiles ya entran en el género de la fantasía», es una de las demoledoras conclusiones del informe publicado por el CELAG.
Además, dejó en claro que la comparación con el caso de Israel, modelo citado por el oficialismo como inspiración, carece de sentido. A diferencia del esquema de Milei, en Israel “el piso y el techo de la banda se movían en la misma dirección” para evitar la apreciación de la moneda.
De este modo, implementó unas bandas que depreciaran la moneda al ritmo de la inflación y cuidó la competitividad externa.
“Milei, en cambio, diseñó una banda que, por un lado, devalúa y por el otro aprecia, como si la economía pudiera vivir en dos realidades opuestas al mismo tiempo”, señaló el documento que lapidario al afirmar que «el sistema de bandas que construyó Caputo y avaló el FMI no tiene sentido».
El informe concluyó que el sistema, en la práctica, “tiende a la apreciación” del tipo de cambio real, salvo que ocurra una deflación, un escenario altamente improbable. Esto “hará que cada vez sea más improbable que el Banco Central compre divisas”, forzando un “ajuste fiscal eterno” para acumular reservas a través del Tesoro y una deuda igualmente eterna.

Plan económico de promesas incumplidas y futuro incierto para la gestión de Milei
El recorrido del plan económico en apenas ocho meses de Gobierno es un ciclo de promesas incumplidas y parches sucesivos.
“En sólo un año y ocho meses y luego de prometer dolarización sin intervención, el Gobierno hizo un blanqueo exitoso de 20 mil millones de dólares, le pidió un rescate de otros 20 mil millones de dólares al FMI, 8.000 millones de dólares a multilaterales, consiguió una liquidación sojera de 18 mil millones de dólares, intentó que los ahorristas saquen divisas del colchón, usó ese dinero para intervenir el precio del dólar y la inflación y volvió a quedarse sin dólares”, describió Página/12, al hacer un rfecuento de los fracasos de la política económica de la gestión libertaria en Argentina.
«Cada paso fue un remiendo. Tras la famosa frase de Caputo “comprá, campeón”, que incentivó la compra masiva de divisas, el Gobierno intervino “primero con contratos de futuros, luego con tasas de interés récord y un corralón a los bancos para que no usen sus pesos en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). El último episodio, la venta de dólares del Tesoro”. Un «plan platita» de guante blanco que, en la práctica, garantiza ganancias para los especuladores del carry trade», agregó el medio digital.
La situación actual que enfrenta Javier Milei es técnicamente compleja de revertir y políticamente explosiva. Los rumores de cambios en el Ministerio de Hacienda posteriores a las elecciones de octubre se hacen cada vez mayorees.
La intervención directa del Tesoro Nacional en el mercado de cambios no es un ajuste técnico, sino la admisión pública de que el dólar no flota solo, y que el diseño que prometió estabilidad se basaba, según advirtieron expertos como los del CELAG, en un absurdo matemático y económico que finalmente estalló.