Editorial: La derecha explota en mil pedazos y Piñera queda sin piso para poder terminar su mandato

El presidente Sebastián Piñera desperdició la oportunidad única brindada por la catástrofe de la pandemia, puesto que -de haberla manejado adecuadamente- se habría salvado su mandato afectado seriamente por el estallido social y, sobre todo, por el agotamiento del proyecto neoliberal

Por Francisco Marín

20/07/2020

Publicado en

Chile / Política / Portada

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El presidente Sebastián Piñera desperdició la oportunidad única brindada por la catástrofe de la pandemia, puesto que -de haberla manejado adecuadamente- se habría salvado su mandato afectado seriamente por el estallido social y, sobre todo, por el agotamiento del proyecto neoliberal.

Sin embargo, su horrible manejo de la crisis sanitaria -que tiene a Chile como uno de los países con más contagiados y muertos por millón de habitantes a nivel mundial- y la desidia con que ha abordado la catástrofe económica, han crispado los ánimos de una población afectada por la enfermedad, el desempleo y la hambruna. Sin duda que la pandemia sanitaria y económica han acelerado el proceso de descomposición política, en curso.

Retiro de fondos previsionales: elemento gatillante

La falta de conducción presidencial, sumado a la puesta en el tapete de la discusión pública de un proyecto de reforma constitucional que permite el retiro de una décima parte de los fondos previsionales a la afligida masa trabajadora, ha derivado en el abandono de la fidelidad al gobierno de numerosos parlamentarios oficialistas.

Tanto el miércoles 8 como el miércoles 15, fueron 13 los diputados “de gobierno” que votaron a favor del “retiro del 10%”.

En un intento de castigar a los amotinados y como forma de advertir lo que les podría pasar a los eventuales senadores descolgados, la presidenta de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Jacqueline van Rysselberghe anunció -jueves 16- que la Comisión Política de su partido había decidido pasar al Tribunal Supremo a los cinco diputados que habían respaldado la citada iniciativa.

Pero la respuesta de tres de estos fue letal. A las 17 horas del viernes 17 los diputados Sandra Amar (Magallanes), Álvaro Carter (La Florida) y Virginia Troncoso (San Fernando-Pichilemu) emitieron una declaración -vía Twitter- en la que anunciaron su renuncia al partido gremialista. “Los firmantes, no hemos cometido ninguna falta a los principios de la UDI, ni hemos cometido delito alguno. Solo hemos votado en conciencia. Nos duele que se nos trate como indeseables, y hoy estemos acusados frente al TS. Por respeto a la dignidad de nuestras familias y a quienes votaron por nosotros, con sentido dolor y a fin de no alargar un proceso injusto, renunciamos a la UDI.”

Cómo si esto fuera poco, en la misma jornada los senadores Iván Moreira (UDI) y Juan Castro (RN) anunciaron que votarían a favor del retiro de fondos, este lunes 20. A ellos se sumaron -en los días inmediatamente siguientes- los senadores David Sandoval, de la UDI; y Manuel Ossandón (RN). Es decir, ya están sobrados los 26 votos para aprobar la reforma que permite el retiro del 10% de los fondos, si se considera que los 24 senadores opositores anunciaron que la aprobarán.

Esto implica que, pronto Piñera deberá decidir si promulga esta reforma constitucional; o si la veta o envía al Tribunal Constitucional (TC). Sea cual sea su decisión, será muy difícil para él. Si promulga y da vía libre a la liberación de los recursos previsionales -como anhela la gran mayoría de la población, ante la necesidad urgente de ayuda y también en rechazo al gobierno y al sistema de AFP- estaría respetando la voluntad popular pero afectando los intereses económicos de los grandes grupos económicos y, de seguro, también los suyos propios.  Pero si la veta o la envía al TC, sin duda que se agravaría la tensión social y política, en medio de la pandemia y ad-portas del plebiscito que definirá la continuidad o remplazo de la Constitución vigente.

Un dato no menor es que una de las puñaladas más grandes contra la administración Piñera provino de Joaquín Lavín -alcalde de Las Condes y presidenciable de la derecha- quien la mañana del miércoles 15 -horas antes de la comentada votación- aseguró en un matinal de TV que la última oferta de la dupla Piñera-Briones a la clase media era simplemente “mala”.

Como corolario de esta semana terrible de la coalición oficialista, la noche de este domingo 19 Hernán Larraín Matte emitió un comunicado para anunciar que dejaba la presidencia del partido Evopoli, el único que había logrado mantener un respaldo relativamente disciplinado al Gobierno.

Este desangramiento de la derecha se da en contexto en que ni los propios medios de comunicación masiva, ampliamente controlados por la derecha económica, han podido evitar que varios de sus conductores se muestren abiertamente en favor del retiro del 10%. Los casos de Julio Cesar Rodríguez (matinal de Chilevisión) y Eduardo Fuentes (Mentiras Verdaderas, La Red) son los más conocidos.

Incluso uno de los canales más recalcitrantemente neoliberales como es Mega, ha dado cobertura a críticos del sistema de AFP. Esta semana que pasó se pudo ver en su matinal Mucho Gusto al economista de Fundación Sol Marco Kremerman explicando en una pizarra las falencias de este sistema de pensiones de capitalización individual. Algo impensable un año atrás.

En esta vuelta, la presión editorial de El Mercurio y La Tercera se ha vuelto absolutamente insuficiente para contener el desbande, que se da por los cuatros costados del oficialismo.

El problema más complejo para Piñera es que él se la ha jugado el todo por el todo para detener la aprobación de la comentada iniciativa. De hecho, él dirigió las negociaciones con dirigentes oficialistas en la perspectiva de asegurar un triunfo el miércoles 15. Pero perdió. La postal de esta intervención la aportó el equipo de comunicaciones de la propia Presidencia, al mostrar una imagen de Piñera -solo en el comedor presidencial- en plena videoconferencia con líderes oficialistas. Penoso es poco para describir esta perfomance del Jefe de Estado.

En las mismas filas de la derecha surgen voces que señalan que Piñera podría ser “el sepulturero del presidencialismo”, como expresó el analista político Daniel Mansuy en entrevista con The Clinic.

Mansuy -una de las voces más escuchadas del conservadurismo chileno- también aludió al personalismo de Piñera: “Él asume que los equipos políticos se constituyen en torno confianzas personales. Pero no es así”. 

Este académico de la Universidad Los Andes hizo esta reflexión: “Desde el punto de vista de la derecha tradicional, imagínate lo que puede ser recordar al Gobierno de Sebastián Piñera en que bajo su mandato se perdió la Constitución, le empezaron a pegar a las AFP y se disolvió la coalición”.

En entrevista con El Ciudadano, el economista, periodista y escritor Carlos Tromben expresó que la aprobación del retiro de fondos previsionales “es una estocada al modelo neoliberal y a la industria financiera”.

Sostuvo, además, que este resultado implica “la derrota del Gobierno, cuya bancada en la Cámara se quebró, rompiéndose la sujeción de esa bancada al poder ejecutivo”.

En los últimos días numerosos dirigentes políticos, periodistas y politólogos, han dado por muerta la administración Piñera. Entre ellos destacan Mahmud Aleuy (hombre fuerte de las administraciones de Michelle Bachelet); Tomás Mosciatti (jefe de radio Bío Bío); el constitucionalista Fernando Atria, y el periodista predilecto de La Tercera, Ascanio Cavallo.

Mosciatti aseveró que no sólo el Gobierno de Piñera está acabado, sino que también la Constitución de 1980.

Una mirada de más largo plazo evidencia que es el proyecto de sociedad elaborado por la burguesía mercantil financiera y consagrado en la Constitución de 1980, el que está agonizando.

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