Jessica Cayupi, candidata a la CC en el Distrito 9: «No le vamos a regalar la nueva Constitución en bandeja a los poderosos»

La candidata que lidera la Red de Mujeres Mapuche considera que para la creación de una nueva carta magna es urgente "despertar esa conciencia política, crítica, de rebeldía e impugnación al sistema".

por Beatriz Chávez.

Jessica Cayupi Llancaleo nació en Cerro Navia y estudió en una escuela pública de Quinta Normal. Abogada mapuche, diplomada en Derecho del Medioambiente y Desarrollo Sustentable, candidata a Magíster en Gobierno y Gerencia Pública y lideresa climática del Climate Reality Project, lleva años de trabajo en el ámbito social, especialmente en los ámbitos de la reivindicación de los derechos y dignidad de las mujeres, de los pueblos originarios y la protección de la madre tierra o ñuke mapu.

Desde el 2015 lidera la Red de Mujeres Mapuche, espacio que junto a la Coordinadora Feminista 8M levantó su candidatura a la Convención Constitucional por el Distrito 9, que incluye a las comunas de Cerro Navia, Conchalí, Huechuraba, Independencia, Lo Prado, Quinta Normal, Recoleta y Renca, en la Lista «Movimientos Sociales Plurinacionales e Independientes» y en articulación con la Plataforma Feminista Constituyente Plurinacional.

– ¿Qué motivó tu candidatura a la Convención Constitucional por el distrito 9?

– La articulación base que levantó mi candidatura es la Red de Mujeres Mapuche. Nuestro camino es la incidencia política desde las bases, lo que venimos haciendo desde hace diez años sin relación con ninguna cúpula de poder. Luego se vino este proceso que institucionalizó la revuelta de octubre, que tiene muchos vicios y limitantes, que está intentando resguardar el poder para los mismos de siempre, pero aún así decidimos participar porque no le vamos a regalar en bandeja a los poderosos este proceso ni que escriban la nueva Constitución.

Recibimos también el apoyo de parte de la Coordinadora 8M y decidimos levantar la candidatura de forma independiente y no con escaños reservados, que fue una legislación muy limitante para pueblos originarios, como una decisión colectiva, porque los movimientos sociales vamos a disputar un lugar en la Convención Constitucional con proyectos colectivos.

Con estas fuerzas decidimos levantar la candidatura en el Distrito 9, donde siempre he vivido. Soy una mujer mapuche nacida en la ciudad (warriache), vecina de Cerro Navia, lugar donde nací y he vivido toda mi vida, estudié en el Colegio Angelmó D-297 de Quinta Normal, mi familia vive en las comunas de Renca, Quinta Normal y Lo Prado, mis amistades están en Recoleta y Conchalí. Es decir, conozco y soy parte del distrito.

– ¿Cuáles son las propuestas que esperas llevar a la Convención Constitucional?

– Nuestras propuestas se fundan en tres pilares estratégicos que buscan la dignidad y un buen vivir para todas las personas. En primer lugar el reconocimiento, garantía y ejercicio efectivo de los derechos humanos, sociales y colectivos de las personas, especialmente de aquellos grupos históricamente vulnerados como los pueblos originarios, mujeres, disidencias, niñez, personas migrantes, mayores y en situación de discapacidad.

Pero también es necesario ir a pelear por el cambio de modelo a un desarrollo sostenible que proteja y respete la ñuke mapu (o madre tierra), comprendiéndola sujeta de derechos, donde el agua sea considerada como derecho fundamental para las personas, comunidades y ecosistemas. Esto, acompañado de una fuerte descentralización política, administrativa y económica, autonomías y fortalecimiento de los territorios y comunidades con economías locales y autosustentables, soberanía alimentaria, ciencia, tecnología e innovación.

Un tercer eje relevante es el cambio de la institucionalidad chilena. Hoy, los órganos del Estado necesitan cambios estructurales para ser transparentes e íntegros, que respondan a los mandatos de los pueblos y rindan cuentas, para lo cual se hacen imprescindibles mecanismos de democracia directa y vinculante.

Pero todos estos cambios se van a lograr si nos rigen principios fundamentales, y levantamos uno fundamental para el pueblo mapuche, que es el Buen Vivir (Küme mogen), que es holístico, integral, que dice que el buen vivir de las personas tiene que vincularse con el de la madre tierra y todos los ecosistemas. Y también la igualdad de género, el respeto irrestricto a los Derechos Humanos y la justicia intra e intergeneracional, los cuales deben consagrarse en la Constitución.

– ¿Crees que llegó el momento de avanzar a un Estado Plurinacional?

– El pueblo mapuche post dictadura se organizó desde antes del 18 de octubre para cambiar esta Constitución que nunca nos reconoció como pueblos originarios. Hoy solo tenemos la ley 19.253 que ni siquiera habla de pueblos, sino de etnias, y el Convenio 169 que Chile ratificó el 2008 y fue trabado por el Tribunal Constitucional, por lo que no ha tenido una aplicación real. En él se establece derechos fundamentales para los pueblos originarios, como la autodeterminación. Pero al Estado de Chile no le conviene que se reconozcan estos derechos porque entraría en crisis este sistema extractivista, neoliberal, usurpador.

El 18 de octubre con el despertar de los pueblos se reconoció la lucha del pueblo mapuche. Si bien hoy existe aún racismo de parte de grupos fascistas, queremos ser positivos y pensar que el pueblo chileno consciente hoy también valora y reivindica nuestra lucha. Creemos que si la Convención Constitucional puede sobrepasar todos los límites que se le impusieron, si llegan candidaturas realmente independientes, si podemos sortear el veto que dejó la derecha para impedir los cambios estructurales que Chile requiere, en la nueva Constitución se puede dar un puntapié inicial para que el Estado chileno empiece a resarcir la deuda histórica que tiene con pueblos originarios, especialmente con el pueblo mapuche. Cuando entendamos que aquí hay sujetos políticos con derechos, vamos a tener una opción de que este conflicto termine.

-¿Cómo debiera definirse el Reglamento de la Convención para que estas propuestas puedan ser vinculantes al movimiento social y la ciudadanía?

– Las propuestas y decisiones las seguiremos desarrollando de forma comunitaria, colectiva y soberana con todos los pueblos, articulaciones, movimientos y personas que quieran sumarse. Para lograr esto, la participación de la ciudadanía debe estar presente de forma vinculante en todo contexto, y hasta siempre.

Sabemos que hay partidos políticos que desde el año pasado tienen listo un reglamento con sus propuestas. Hubo iniciativas de ley para que los Convencionales tuvieran votaciones secretas. Esas son actitudes que nunca más tenemos que aguantar en esta nueva política que viene de la ciudadanía. Creemos que, tal como otras políticas públicas, el Reglamento y toda la orgánica para escribir la nueva Constitución tiene que ser totalmente transparente, trabajado con la comunidad y no a puertas cerradas. Los y las convencionales no se pueden ir a encerrar al Palacio Pereira, tienen que estar rindiendo cuentas y conociendo las opiniones de la gente. Este es el nuevo Chile que queremos, con esta nueva política que nace desde los pueblos y los territorios, que los movimientos sociales queremos llevar a la Nueva Constitución.

No obstante, también creemos que los pueblos deben seguir organizados y deliberando sobre el acontecer político en sus propios espacios, creando poder popular soberano constituyente desde las bases y los territorios.

-¿Crees que este proceso marca un precedente en la participación política de pueblos originarios y mujeres?

– Sí, creo que se marca un precedente en la participación política de ambos, y ello debe ser un puntapié inicial para la necesaria redistribución del poder que se debe efectuar en este país, tanto hacia las mujeres como a los pueblos originarios.

Recordemos que a lo largo de la historia de Chile las Constituciones se han escrito por unos pocos, hombres pertenecientes a la oligarquía, a la elite dominante. Hoy ese escenario puede cambiar y podemos establecer un Estado plurinacional e intercultural, que son palabras claves para el nuevo Chile. Plurinacional, porque es necesario que este Estado se reconozca como es en los hechos, habitado por diferentes pueblos naciones. Y la interculturalidad va de la mano, porque nos dice que las culturas de los diferentes pueblos que habitan este territorio tienen que ser respetadas, valoradas, fomentadas y promovidas por el Estado, de forma horizontal.

Y también tenemos que redistribuir este poder para las mujeres. La paridad es un primer paso, pero esta igualdad de género también tiene que reflejarse en todos los aspectos de la vida a futuro.

– ¿Compartes la necesidad de terminar con el modelo neoliberal que plantean otras candidaturas de movimientos sociales?

– Los movimientos sociales que se han levantado en todos los distritos con candidaturas independientes y en listas unificadas, nos hemos declarado antineoliberales, porque este sistema ha venido a podrir la vida, ha hecho que perdamos el tejido social y el sentido comunitario. Dentro de este individualismo extremo que nos han impuesto como un Chile homogéneo, si no cumples los estándares del chileno promedio eres discriminado, y eso pasa con pueblos originarios, migrantes, personas en situación de discapacidad, la disidencia sexual.

Por suerte creemos que esta sociedad está cambiando este racismo y discriminación que se institucionalizó y socializó. Hoy tenemos la suerte de que los jóvenes están adquiriendo otros conocimientos, es necesario despertar esa conciencia política, crítica, de rebeldía, de impugnación al sistema. Porque este sistema neoliberal extractivista mata a la madre tierra, está matando y secando territorios. Por todas esas razones y muchas otras, el neoliberalismo nació en Chile y tiene que terminar acá.

Tenemos que tener la esperanza de que podemos lograr en conjunto un Chile mejor, pero para eso tenemos que llevar a personas independientes para escribir este nuevo pacto que conlleve a lograr, en un futuro próximo, una sociedad realmente plurinacional e intercultural, donde la igualdad de género se encuentre presente en todos los aspectos de la vida.
Porque ¡nunca más sin nosotras! y ¡nunca más sin los pueblos!

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