Informe de la OIT

Trabajadoras domésticas en América Latina: casi el 80% está en la informalidad

El informe señala que están “en condiciones de informalidad laboral, sin acceso a seguridad social, con salarios muy bajos y jornadas extenuantes”.

Por Felipe Menares

13/07/2016

Publicado en

Latinoamérica / Portada / Trabajo

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13 07 16 - informe oit 600x400De las 18 millones de personas en trabajo doméstico en América Latina, el 77,5 por ciento (casi 14 millones) se encuentra en la informalidad, de acuerdo al informe “Políticas de Formalización del trabajo doméstico remunerado en América Latina y el Caribe”, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La estadística habla de una situación que afecta, particularmente, a las mujeres, puesto que representan al 93 por ciento de las personas en trabajo doméstico en la región, es decir, cerca de 16,5 millones.

El Director Regional de la OIT, José Manuel Salazar, señaló que “esta es una situación de discriminación compleja, con arraigos históricos en nuestras sociedades en regímenes de servidumbre y con actitudes que contribuyen a hacer invisible el trabajo de las mujeres, muchas de ellas indígenas, afrodescendientes y migrantes”.

Salazar se refería a que el informe detalla que las personas migrantes representan el 17,2% del total de trabajadores domésticos. En tanto, las personas indígenas y afrodescendientes también configuran un segmento importante del trabajo doméstico en la región. Por ejemplo, la Encuesta CASEN de 2013, señala que el 8,7% de las trabajadoras domésticas en Chile decía pertenecer a un grupo étnico y un 7,9% del total era mapuche.

Carencia de seguridad social y sueldos bajos

El informe señala que el trabajo doméstico es una actividad escasamente protegida por los sistemas de seguridad social. Según datos del Sistema de Información y Análisis Laboral para América Latina y el Caribe (SIALC) de la OIT, en 2013, la cobertura por parte de los sistemas de pensiones, medida en términos de la proporción de trabajadoras domésticas cotizando activamente, era de un 28%, muy inferior en comparación con el 47% correspondiente al total de personas ocupadas. En el caso de Chile, este indicador se ubica en torno al 42 por ciento.

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En cuanto a los salarios, la OIT detecta que en Argentina, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Uruguay los ingresos de las trabajadoras domésticas son iguales o inferiores al 50% del promedio de todas las personas ocupadas. Sin embargo, durante la última década esa brecha se ha ido estrechando, pasando de 45,1% en 2003 a 51,1% en 2013.

“Esta poca valoración del trabajo doméstico está relacionada con el hecho de que es un trabajo que han realizado históricamente las mujeres en los hogares sin ninguna retribución. Además este trabajo, insuficientemente regulado y mal pagado, sigue siendo el principal proveedor de cuidados, a falta de políticas públicas universales de cuidado en la mayoría de países de la región”, explica María José Chamorro, especialista de género de la OIT.

¿Qué pasa en Chile?

El estudio destaca la implementación de la Ley N° 20.786 de 2014, que modifica la jornada, descanso y composición de la remuneración de los trabajadores de casa particular, y prohíbe la exigencia de uniforme en lugares públicos.

Por otro lado, la OIT destaca que las trabajadoras de casa particular se encuentran cubiertas por el régimen general que aplica para el resto de trabajadores, así como la equiparación gradual con el salario mínimo general, mediante la ley 20.279, y el registro obligatorio en la Inspección del Trabajo.

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