Una Bizikleta que pedalea mundos entre París y las alamedas

Bajo el nombre de un artefacto antiguo, sin edad, que signa la posibilidad de recorrer las calles a escala humana, tres músicos chilenos comienzan a pedalear el año 2007 en París

Por Mauricio Becerra

04/12/2011

Publicado en

Artes / Música / Pueblos

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Bajo el nombre de un artefacto antiguo, sin edad, que signa la posibilidad de recorrer las calles a escala humana, tres músicos chilenos comienzan a pedalear el año 2007 en París. Una andanza musical que trajo, al corazón de la vieja Europa, los ritmos y colores de la música de raíz popular latinoamericana fundida con una veta de jazz, haciendo de la heterodoxia de estilos su motor.

De ortografía grafiteada, Bizikleta es una invitación a transitar por rostros, historias, paisajes y esquinas que pueden relatarse en la velocidad serena de la guitarra, el acordeón, el cajón peruano y la flauta traversa. Los músicos ciclistas son Sebastián Seves, Rodrigo González- Miqueles y Simón González, radicados actualmente en Francia, quienes decidieron juntarse a tocar desde las experiencias y trayectorias que traía cada uno. Y la ruta ha sido rica, alternando conciertos tanto en festivales como en los pequeños bares de quartier parisinos que han dado a luz a tantos artistas venidos de todo el mundo.

En abril de 2010, Bizikleta lanza su primer disco: Serena Revolución, producción independiente, obteniendo el Primer premio del Festival de la Maison de l´Amerique latine de Bruselas por su canción “El niño y el piano”. Encendemos play y el manubrio nos conduce a lo hondo de un Temuco que aloja al pequeño Pablo poeta, quien, en la época cuando “estalla la primera guerra (…) combate goteras. La ciudad es un barrial las veredas de madera. Viste uniforme de escuela y un corbatín de lumbrera. Aún cuenta con los dedos, las manos son su bandera”. Canto que invoca los paisajes cotidianos, las vivencias, los fríos que fraguaron al hombre. El cálido acordeón de Rodrigo nos sumerge en una esquina llovida del sur, anudando la historia pequeña y la universal, en el rasguear apasionado y limpio de la guitarra de Simón.

Montados sobre dos ruedas, paramos frente a un semáforo que nos enciende de rojos y frescura coqueta con una cueca porteña: “Mi primer amor la Gloria”, esa de aquel que en buen chileno “solo se deja querer”. Continuamos camino y encontramos bambúes, tambores y ritmos que pasean por la América morena, “Muchacha” que rescata un bellísimo poema de Nicolás Guillén y “Voz” de Nicomedes Santa Cruz, los únicos dos textos no escritos por Seves, musicalizados con excelencia. “Muchacha” ya constituye un imperdible entre sus seguidores.Este primer disco nos transmite la placidez de un trabajo creativo maduro, abierto a nuevas posibilidades rítmicas y con texturas propias. En sus composiciones se exhiben varios horizontes musicales y temáticos, cuyo lugar de confluencia pareciera ser la experiencia cotidiana como acontecimiento humano. Sus textos son de una cuidada pluma, que logra una complicidad profunda entre los arreglos musicales y el pulso de sus gramáticas.

Si intentamos definir lo que cautiva de su propuesta resalta su calidad interpretativa, que juega permanentemente entre la virtuosidad instrumental y la búsqueda de fluidez. Actualmente se encuentran terminando su nueva producción musical en París. En este próximo recorrido a lanzar en enero, aun sin título, el trío nos ofrecerá el ritmo sin urgencia de una bicicleta que diluye las distancias al mismo tiempo que nos lleva lejos. En uno de sus temas “Venga la voz”, Bizikleta musicaliza el documental Kanimambo Mozambique, se sube a la flotilla de Gaza y lanza “Flores al mar”, meciéndonos en esta barca esperanzada y, siguiendo un viaje que derriba fronteras, nos canta las largas raíces del pueblo mapuche que reclama su porvenir:

Flores al mar

Rama de olivo al mar

viene una barca

antes de amanecer

no llega a Gaza

muere otra vez

la mano que no se da…

caen flores al mar

Triza un canelo el mar

Guerra acallada

tantos siglos atrás

la tierra arrasada

llueve torrencial

resiste comunidad ….caen flores al mar…

Como lo define Sebastián Seves, su trabajo “trata de hablar de lo que está pasando, de recoger los conflictos sociales. Y a un nivel más personal, decir las cosas tal como son”. Por ejemplo, “Nadie dijo nada”, composición que recoge la historia de Manuel Gutiérrez, joven asesinado en Santiago por balas policiales, en el contexto de las luchas estudiantiles por la educación. Habla de “la indolencia, de nuestra actitud respecto a eso, de como lo hemos incluido en nuestro cotidiano”. En definitiva, el artista inicia su proceso creativo siempre a partir de “una idea primigénea”, que para Seves surge como “imágenes para componer”

La música de este grupo se asienta en la calidad de su interpretación, su fuerza creativa, el manejo lúdico de la escena y un corazón viajante. Larga ruta Bizikleta!

Simón González proviene de una familia de músicos, su padre, Sergio « Tílo » González, baterista y compositor del grupo Congreso y su madre, Mariela González, cantautora. Desde muy niño, Simón entra en contacto con la música popular chilena y latinoamericana, el jazz y el rock. Se inicia a los 14 años estudiando guitarra eléctrica en la Escuela Moderna de Música y posteriormente Sonido en la Universidad de Chile, antes de radicarse en Francia. En 2008, recibe el premio Altazor por su participación en la producción del disco de la cantante y compositora chilena Magdalena Mathey. En 2010 viaja a Brasil para perfeccionarse con los guitarristas: Yamandu Costa, Rogerio Caetano, Zé Paulo Becker y Daniel Santiago.

Sebastián Seves es compositor e intérprete, proviene igualmente de una familia de músicos, sobrino de José Seves, voz de Inti Illimani. Comienza tempranamente estudios de charango, cuatro venezolano, guitarra, hasta llegar al cajón peruano. Posteriormente continúa su formación con una Licenciatura en Teoría de la Música en la Universidad de Chile. Desde 1999 forma parte de los grupos La Comarca y Cántaro. Participa como intérprete en el disco “Canto Remolino” de José Seves, y en la producción de “Hacia otro mar” de Elizabeth Morris. En 2004 compone la música de la obra “Vegetaciones”. Ya en Francia, cursa la cátedra de composición en el Conservatorio de Música de Aulnay-sous-bois. En 2009 participa del proyecto Numidia Mozaic con la orquestación de la obra Tagthit.

Rodrigo González- Miqueles también es músico, compositor e intérprete en flauta traversa. Rodrigo es un multi-instrumentista (acordeón, quena, guitarra). Realiza estudios de composición en Santiago de Chile, en la Escuela de Artes y Musica Popular SCD. En 2005, se radica en Paris para perfeccionar su formación de intérprete en flauta traversa moderna en la Escuela Nacional de Música de Pantin. Ha colaborado en Chile, Argentina y Europa con un sinnúmero de grupos musicales que abarcan un amplio espectro. Rodrigo es actualmente integrante de Quilapayún (Francia).

Constanza Symmes Coll

El Ciudadano

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