Zoológicos humanos

A lo largo de la historia hemos sido testigos de guerras mundiales, trágicas muertes de princesas, fallidos viajes espaciales y lanzamientos de grandes avances tecnológicos, sin embargo “la historia” no ha querido presenciar, o más bien dicho no ha querido detener las muertes hacia los pueblos originarios, y pese a conmovernos frente al sufrimiento y […]

Por CVN

27/08/2014

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A lo largo de la historia hemos sido testigos de guerras mundiales, trágicas muertes de princesas, fallidos viajes espaciales y lanzamientos de grandes avances tecnológicos, sin embargo “la historia” no ha querido presenciar, o más bien dicho no ha querido detener las muertes hacia los pueblos originarios, y pese a conmovernos frente al sufrimiento y la brutalidad hacia a estos, nos encontramos prácticamente sin poder hacer nada, ya que muchos de estos pueblos, simplemente fueron exterminados por completo, uno de ellos son los Selk’nam.

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Este pueblo se situó en el norte de Tierra del Fuego, en lo más austral del continente americano, eran nómadas, cazadores y recolectores, fueron vistos por primera vez en 1520 por los españoles de Hernando de Magallanes, pero el primer contacto que tuvo este pueblo fue con Pedro Sarmiento de Gamboa en 1580. Los hombres eran de gran estatura, corpulentos y ágiles, las mujeres eran más bajas y solían aumentar de peso, sus viviendas y vestimentas eran creadas con pieles de animales, eran politeístas, tenían rituales como el h’ain y la pintura era esencial en estos.

Llevaban una vida tranquila, en la isla de Tierra del Fuego convivían con otros pueblos, teniendo rencillas territoriales solamente, ahora vendrá la duda ¿Cómo pudo haber sido exterminado aquel tranquilo pueblo alejado de toda civilización? Esta respuesta no es simple, y se encuentra frente a dos grandes culpables.

A un siglo de la clausura de la misión Salesiana, comprendemos que la versión de la extinción del pueblo Selk’nam redactada por el misionero y expedicionario Alberto de Agostini está completamente manipulada y censurada. Como mencionaba, la misión Salesiana tenía como objetivo un “rescate humanitario”, cristianización y civilización, por supuesto esta ayuda fue completamente ineficiente, en su intento de civilizar a estas bestias, no provocaron más que enfermedades y muertes, “Exploradores, estancieros y soldados no tuvieron escrúpulos en descargar sus mauser contra los infelices indios, como si se tratase de fieras o piezas de caza” (De Agostini, 1929: 244).

Impacta esta frase que fue censurada por él mismo, si bien el misionero Agostini nunca dudó en mencionar las torturas y muertes hacia los indígenas se encontró frente a la presión de uno de los máximos latifundistas de la Patagonia, José Menéndez, español que durante un corto tiempo en Cuba decidió venir a Chile, en este le dieron miles de hectáreas en beneficio por la colonización de la Patagonia, este “beneficio” y tipo de paga por parte del estado chileno, logró cautivar a mas inmigrantes tomando la Patagonia como una enorme empresa. Menéndez se alía con Braun, quedando como los únicos dueños de toda la Patagonia chilena-argentina. Estos empresarios no dudaron en explotar su territorio y empezaron el negocio del ganado de lana.

Quizás estos datos parezcan simples e inútiles, pero fueron la principal causa de muerte de los Selk’nam, los empresarios llenaron Tierra del Fuego con alambrados, obligando al guanaco (alimento esencial de ellos) a colocarse en otras partes de la isla, los Selk’nam no tuvieron más opción que alimentarse de las ovejas, causando la euforia de los latifundistas y tomando como medida el exterminio de estos horribles seres, para esto pusieron precio por cabeza o miembro de Selk’nam llegando a pagar una libra esterlina por estos. Los obreros también tenían la orden de disparar y asesinar a los indígenas, creando una especie de cacería en Tierra del Fuego, europeos compraban y llevaban a los Selk’nam a sus países siendo exhibidos en circos, plazas públicas y museos, mostrando con orgullo como habían sido colonizados una gran cantidad de pueblos, en el transcurso del viaje hasta el viejo continente se enfermaron una cientos de indígenas llegando muchos al borde de la muerte.

Agostini fue censurado por Menéndez quien con un inescrupuloso pensamiento futurista decidió cambiar la historia y plantear que estos “ineficientes ser humanos“ fueron desapareciendo por causas naturales, “Era frecuente observar al lado de los restos de una ballena, los cadáveres de los indígenas que, llegados tardes al festín, habían sido víctima de su ignorante glotonería “ ( Braun 1971: 135).

La historia ya fue escrita, pero sin embargo para mí ha cambiado, gracias a todas estas atrocidades, es que dudo del por qué somos llamado “humanidad”, ¿es acaso humano un ser que paga por una pierna o brazo, quien asesina a un niño por una oveja, quien pese al aborrecimiento viola y mata a una mujer indígena?.

El exterminio de pueblos por creaciones de empresas, cristianización, o simplemente afán de poder nunca podrá ser justificado. En nuestro país alguna vez existieron 16 pueblos antes de la llegada del colono, de los cuales 7 están extintos. ¿Deberíamos sentirnos orgullosos de esto? Los Selk’nam en tan solo 20 años fueron extinguidos, dejando solo descendientes mestizos.

Tan solo tengo 17 años, pero la vida y la historia cada vez me van sorprendiendo más, siento frustración del no poder hacer nada , darme cuenta que mis raíces van desapareciendo, leer en las noticias títulos que hablan del “post-desarrollo” y mirar al pueblo Mapuche siendo reprimido en la Araucanía.

Cuando hablamos de desarrollo mencionamos celulares aptos al agua, autos, carreteras, y todo lo que se supone debería facilitar nuestra vida, pero nunca nos dedicamos a pensar en cómo nuestra vida podría ser más fácil sin estos elementos. Admiro la sencillez y fortaleza de todos los pueblos, quienes frente a una civilización implantada en su territorio han sabido luchar, teniendo que soportar una aculturación por siglos, pero temo por el futuro de estos.

El ser humano en la actualidad se encuentra inmerso en un mundo de banales necesidades, siendo más importante el tener que el saber, vivimos en un mundo donde el dinero es amo y señor de cada mente, ya que la sociedad nos crea para depender, pero y la gente que se hace a un lado de esta sociedad ¿dónde queda?, pues simple en el llamado tercer mundo. En el habitan sicosocialmente una variedad de personas, y acorde al tema quienes destacare son los indígenas.

El desarrollo lucha en contra de este temible tercer mundo, de una forma económica y supuestamente cultural, nos inculcan ideologías y formas de vida Europeas, privilegia la economía obligando a la explotación de recursos naturales, mostrando al capitalismo como estabilidad y felicidad. Si bien el dinero ha tenido que ser adoptado por pueblos indígenas, la cultura de ellos no plantea la explotación como un estilo de vida, pero esto para el desarrollo significa un estorbo.

Qué hace el desarrollo cuando algo estorba; elimina. La historia del genocidio Selk’nam no está alejada a esto, ya que los latifundistas de la Patagonia funcionaron bajo el “mismo criterio”, no debemos olvidar nunca que el capitalismo extermino y exterminará a quienes vayan en contra de el. Pero nunca estaríamos todos en contra, ya que capitalismo significa comodidad y facilidad, a costo, por supuesto de excesivas horas de trabajo, malas condiciones laborales o la buena suerte de ser hijo de un adinerado.

El dinero quizás sea parte de nuestra vida cotidiana (lo es), pero hay cosas que ni todo el dinero del mundo podría comprar, y es devolverle la vida a los que ya no están, europeos todos los años toman cruceros y se embarcan en nuestras hermosas y desconocidas aguas patagónicas, pagando miles de dólares por tomar whiskey con hielo de un glaciar, sin embargo nunca habrían podido pagar la sonrisa de un niño Selk’nam a orillas de una playa, o ver a los Kaweskar navegar.

La superioridad con la que se ha impuesto el hombre blanco sobre todo aquel considerado inferior ha ido matando poco a poco diferentes razas y culturas, debemos pensar en nuestro futuro y que este se encuentra en nuestras manos, “Los hombres son hombres, en todos los tiempos y lugares vivan bajo un soto de abedules o bajo un bosque de palmeras” (Gusinde: 1951,3) somos todos iguales y vivimos en un solo planeta, en el cual nos enfrentaremos juntos frente al desarrollo que poco a poco deshumaniza a la raza humana, creando envidia, dinero y poder.

Para esto nunca tendremos que olvidar de dónde venimos, quiénes fueron nuestros verdaderos padres de la patria, que a punta de arco y flecha defendieron su tierra, no importando la cantidad de años sino que el coraje con que lograron combatir frente a esos monstruos de la tecnología y que en ocasiones pese a una fallida guerra con honor hoy son recordados. Es nuestra misión cuidar a los pueblos originarios, ya que muchas veces por ignorancia sus vidas han sido arrebatadas por el consumismo despiadado, no tenemos que ceder frente al estado represor, no confiaremos en la televisión que al igual que el texto de Agostini se encuentra manipulada por poderosos.

La historia de Chile se encuentra manchada por grandes horrores, dictaduras, matanzas y represión, y el genocidio hacia el pueblo Selk’nam no queda fuera de estas rojas paredes, los crueles asesinatos en Tierra del Fuego, las enfermedades traídas por extranjeros, la extracción de indígenas involuntariamente hacia Europa siendo llevados como payasos hacia circos, museos y plazas, más que horrorizarnos, nos alerta de que tan bajo puede caer el ser humano, y también nos hace dudar de que tan humanos seamos.

En conclusión, la búsqueda milenaria del desarrollo, no ha significado más que las creaciones de mentalidades ególatras, donde nos obligan a pensar que provenir de la madre tierra es algo absurdo e inclusive nos hacen avergonzarnos de nuestras raíces, el pensamiento capitalista se ha apoderado de nuestros corazones , pero es simple, el proyecto que amenaza la vida no respeta fronteras, por eso lo llaman globalización , no solamente están en riesgo nuestras culturas, nuestras comunidades, nuestros pueblos y familias.
Es peor, la vida misma corre el riesgo de ser destruida.

Me quedo con un nudo en el corazón, pues ya lo dije nunca podre devolver a un Selk’nam a la vida, pero sin embargo lucharé por el orgullo que le tengo a la sangre indígena que recorre mis venas y pinta mi piel de una tez morena.

Por María Guerra Antilef

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