De los 5 dedos que tenemos en la mano realmente el más indispensable es el pulgar. Si perdiésemos cualquiera de los demás no afectaría en mucho el funcionamiento de la mano. Pero este amigo en particular fue el responsable de que evolucionáramos tan exponencialmente.

El pulgar es el dígito más corto que hay en nuestro cuerpo. A diferencia de los demás dedos que suelen ser más alargados, hasta el meñique. Éste, si te fijas bien y evalúas tu mano, hasta se mueve en distinta forma al resto de sus compañeros. Y tiene funciones que nos diferencian de un perezoso, por ejemplo. Que tiene en sus patas solo 4 dedos alargados con garras.

Se les dice pulgares oponibles ya que tienen la habilidad de poder tocar al resto de los dedos fácilmente. Y con gran variedad y cantidad de movimientos. Como la mayoría de los primates, monos, simios y otras especies que también tienen estas características. Sólo que el humano es capaz de moverlo más lejos que los anteriormente nombrados.

Las especies en general no tienen el control de la evolución o de la adaptación a una circunstancia nueva. Pero como en nuestros primos lejanos, los monos, hubo un pequeño cambio que mejoró todo notablemente. Desarrollaron mejores maneras de sobrevivir ante condiciones adversas y por lo tanto cambiando sus condiciones físicas. Como las de sus manos.

El lado positivo de que hayamos desarrollado la habilidad de agarrar efectivamente objetos radica en las herramientas. Lo que sucedería si no tuviéramos pulgares sería que probablemente no estaríamos tan avanzados tecnológicamente. La construcción con madera, con piedras y hasta para armar una torre de legos sería casi imposible, así lo refirió el portal Culturizate.

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