Alerta roja en las regiones de Atacama y Coquimbo

Ríos que se desbordan y casas inundadas: La historia se repite cuando llueve en el norte

Igual que en 2015 el río Copiapó se salió e inundó la comuna. Los lugares acostumbrados a este tipo de desastres deberían planificarse para que, a la hora de la emergencia, las cosas no resulten tan alarmantes.

Por Nicolás Massai

13/05/2017

Publicado en

Chile / Portada / Regiones / Sociedad

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El frente climático que afrontó la zona central de Chile desde este jueves, particularmente la región de Atacama y Coquimbo, no tenía precedentes en su dimensión. «La envergadura de la precipitación sobrepasa cualquier valor histórico», dijo Arnaldo Zúñiga, de la Dirección Meteorológica de Chile.

Desde comienzos de ese día hasta el viernes circularon imágenes de ríos saliendo de sus cursos naturales, esteros sobrepasados, casas sin luz ni agua potable y otro tipo de consecuencias. A tanto alcanzó el desastre de la lluvia que se decretó alerta roja para la III y IV región del país. En la comuna de Chañaral, por ejemplo, el río Salado se salió en dirección hacia las construcciones. Algo parecido sucedió en la comuna de Copiapó, donde el río homónimo se desbordó para sectores habitados.

En total para Atacama, según informó Onemi, hay 120 damnificados, 1.304 albergados y 1.248 personas aisladas. «Además de de 3.000 viviendas en evaluación de daños (…) 9.155 clientes se encuentran sin energía eléctrica», dijo Ricardo Toro, director de la entidad gubernamental.

El muro de contención del embalse Recoleta, ubicado en Ovalle, cedió ante la cantidad de agua. La presidenta Bachelet anunció una investigación. Foto: twitter.com/canal_chile

«En la Región de Coquimbo, a nivel regional se mantienen 1.408 damnificados, 450 albergados, 11.500 aislados en Andacollo; además de 1 vivienda destruida, 20 con daño mayor y 53.950 clientes sin suministro de agua potable», continuó.

Esta no es la primera vez que sucede un fenómeno tal en el norte grande de Chile. Llama la atención que en cada oportunidad las contrariedades que se generan tienen inquietantes similitudes.

Cuento repetido

«Hay que destacar la cooperación que tuvo la ciudadanía para todas las medidas de autocuidado, que se tomaron para salvar vidas y que fue efectivo y que significó evacuaciones y poder enfrentar esta emergencia», declaró Ricardo Toro. Estas palabras hacen bastante sentido cuando se indaga en las noticias del pasado y se concluye que la historia se repite.

Un ejemplo de lo anterior fue lo que ocurrió el 25 de marzo de 2015, a poco más de dos años de esta fecha. El río Copiapó se desbordó tal cual lo hizo esta vez. También llegó hasta las casas.

«Estamos en una situación dramática, la historia se ha repetido después de 80 años, han crecido los afluentes del río Copiapó y las defensas que fundamentalmente estaban en la quebrada de Paipote no han resistido, se ha venido el agua, ha corrido por las calles principales y hoy día Copiapó está en un gran porcentaje inundado y el río Copiapó está a punto de colapsar porque está al nivel de los puentes», dijo esa vez a Cooperativa Maglio Cicardini, quien fuera alcalde de esa comuna hasta 2016.

La pregunta que cae de cajón, entonces, tendría relación con las medidas que se han realizado en este y otros lugares cuando ya se sabe lo que ocurre cuando se viven estos frentes meteorológicos.

«Una de las cosas que ha demostrado esta emergencia es la gran coordinación que ha existido entre el Sistema de Protección Civil y la empresa privada, con las autoridades de Gobierno y con la ciudadanía. Se hicieron evacuaciones preventivas, se hicieron evacuaciones durante el momento que se determinó que podría haber alguna afectación y eso prueba que el sistema funcionó», dijo Ricardo Toro.

No hay dudas de que las personas afectadas tienen la capacidad de organizarse. Es la experiencia que da los años. Pero tampoco cabe duda, y se deja desprender del mensaje de Toro, que el Estado debe establecer un plan que vaya más allá del momento de evacuación.

El ejemplo de Valparaíso

La región de Valparaíso se ve afectada constantemente por incendios de alto impacto. La cantidad de campamentos ubicados en zonas de peligro, junto a los basurales ilegales y también las plantaciones de monocultivos (eucaliptos) hacen que el escenario se preste para una rápida propagación. Hasta la llegada de Jorge Sharp no se había contando nunca con la intención de realizar un Plan Maestro que se adelantara a las medidas de emergencia.

La iniciativa, como lo contó una nota de El Ciudadano, pretende contribuir a minimizar las vulnerabilidades de Valparaíso ante desastres y riesgos de incendio, mediante una planificación estratégica.

¿Será necesario algo así en las comunas del norte?

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