¡Escándalo! CIA reconoce espionaje en más de 100 países con máquinas de encriptado

Un reportaje hace mención especial del espionaje a los miembros de la Operación Cóndor, un plan desarrollado por varias dictaduras latinoamericanas durante los años '70 y '80

Durante más de cinco décadas, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y los servicios de espionaje de la entonces Alemania Occidental (BND) controlaron en secreto una empresa suiza que fabricaba y vendía dispositivos de encriptación y líneas de comunicación seguras a más de 120 países. 

Ahora, ni las líneas ni los mensajes cifrados eran seguros, ya que Washington y Berlín tuvieron acceso a los secretos de gobiernos alrededor del mundo, así como de sus diplomáticos, soldados y espías. Así lo reveló una investigación realizada por The Washington Post y la cadena pública alemana de televisión ZDF.

Ambos medios tuvieron acceso a informes clasificados de la operación, conocida primero con el nombre clave Thesaurus y luego como Rubicon, además de entrevistar a funcionarios de inteligencia y empleados de Crypto que aceptaron dar información bajo condición de anonimato.

Boris Hagelin, creador de la máquina de cifrado utilizada por la CIA y la BND. Foto: Getty Images.

Guerra Fría

El artículo titulado “El golpe de inteligencia del siglo” relata que todo comenzó en plena II Guerra Mundial, cuando la firma Crypto AG fue creada por Boris Hagelin, empresario e inventor ruso que huyó a Suecia cuando los bolcheviques tomaron el poder.

Cuando los nazis ocuparon Noruega en 1940, Hagelin decidió emigrar de nuevo, pero se dirigió a Estados Unidos.

El inventor llegó a suelo norteamericano con su máquina encriptadora, bautizada como M-209 y, según los archivos de la CIA citados en la investigación, Washington decidió que debía controlar a Hagelin para que limitara la venta de sus equipos solo a países aprobados por ellos, excluyendo a los soviéticos, chinos y norcoreanos.

La denominada Operación Thesaurus se firmó en un elitista club de la capital estadoundiense, el Cosmos, cuando Hagelin selló en 1951 con un apretón de manos durante una cena el primer acuerdo secreto con la inteligencia estadounidense.

El acuerdo consistía en que Hagelin trasladaba la compañía a Suiza y restringía las ventas de sus modelos más sofisticados a países aprobados por la CIA. Las naciones que no estaban en esa lista obtenían de Crypto AG sistemas anticuados y sin apenas efectividad, mientras que el empresario recibía una compensación en caso de reportar alguna pérdida económica.

Posteriormente, Crypto AG se convirtió en el principal fabricante de dispositivos de cifrado durante décadas, pasando de los dispositivos de engranajes mecánicos hasta llegar al software.

Crypto AG se convirtió en el principal fabricante de dispositivos de cifrado y vendió sus equipos a 120 países. Foto: The Washington Post.

Durante más de 50 años, la compañía comercializó miles de máquinas de encriptado a un centenar de países, entre ellos Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, México, Colombia, Perú, Venezuela, Nicaragua, España, Grecia, Egipto, Arabia Saudí, Irán, India, Paquistán, Irak, entre otros.

El reportaje destaca que desde 1970 la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) controlaron casi todos los aspectos de Crypto AG, en colaboración con BND.

“La verdadera intervención en las actividades de Crypto AG empezó en los años ’70, cuando comenzaron a controlar sus operaciones y a espiar las comunicaciones secretas de sus clientes”, destacó la investigación.

“Estas agencias de espionaje manipularon los dispositivos de la compañía para poder romper fácilmente los códigos que los países usaban para enviar mensajes cifrados”, añade.

Sin embargo, prácticamente nadie en Crypto, excepto Hagelin, sabía de la implicación de la CIA y los alemanes en una compañía que daba buenos beneficios económicos.

Según reportes de la CIA, en 1975 la compañía ganó más de 51 millones de francos suizos (unos 49 millones de dólares).

Los beneficios eran abundantes. Cada año, según registros de la inteligencia alemana, el BND entregaba su parte de las ganancias en efectivo a la CIA en un oscuro garaje de Washington”, reseñó el reportaje.

La CIA ha leído las comunicaciones cifradas de aliados y adversarios durante décadas. Imagen: Web.

«Golpe de inteligencia del siglo”

La propia CIA calificó a la operación de espionaje como «el mayor golpe de inteligencia del siglo«.

«Los gobiernos extranjeros pagaban buen dinero a EE. UU. y Alemania Occidental por el privilegio de que sus comunicaciones más secretas fueran leídas por al menos dos (y posiblemente hasta cinco o seis) países«, señaló un informe de la CIA citado por The Washington Post.

Gracias a la operación, a raíz de 1980, tanto EE. UU. como Alemania gozaron de décadas de acceso sin precedentes a las comunicaciones de otros Gobiernos.

Por ejemplo, en 1978, cuando los líderes de Egipto, Israel y EE. UU. se reunían en Camp David para negociar un acuerdo de paz, la NSA pudo escuchar de forma secreta las comunicaciones del presidente egipcio, Anwar el-Sadat, con El Cairo.

Asimismo, Washington pudo saber que el hermano del entonces presidente Jimmy Carter estaba supuestamente en nómina del líder libio Muamar el Gadafi.

La tecnología de Crypto también hizo posible que la Administración de Ronald Reagan pudiera pasar información a Londres sobre la guerra de Reino Unido con Argentina por las islas Malvinas.

En 1989, el uso del Vaticano de un aparato de Crypto fue determinante en la captura del dictador panameño Manuel Antonio Noriega, cuando éste buscó refugio en la Nunciatura de Panamá.

La Unión Soviética y China no adquirieron las máquinas de Crypto AG. Imagen. The Washington Post.

Algunos países nunca confiaron en Crypto AG, entre ellos los principales adversarios de Estados Unidos, como la Unión Soviética y China. Debido a eso, no contrataron los servicios de la compañía, por lo que sus comunicaciones quedaron a salvo de esta operación de espionaje. 

No obstante, los agentes de la CIA obtuvieron mucha información valiosa de Pekín y Moscú a través de interacciones de ambos gobiernos con servicios secretos o diplomáticos de naciones que sí tenían las máquinas de cifrado.

Estados Unidos y Alemania obtuvieron información sobre la operación cóndor de las dictaduras de América Latina. Imagen: HispanTV.

Espionaje en América Latina

Las máquinas de Crypto AG, permitieron a la CIA descodificar miles de mensajes relacionados con episodios de la política latinoamericana, como el golpe militar de 1973 en Chile; el de 1976 en Argentina; el asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier en Washington en 1976; la revolución sandinista en Nicaragua y la guerra de las Malvinas.

Los archivos obtenidos por The Washington Post hacen mención especial al espionaje a los miembros de la Operación Cóndor, un plan desarrollado por varias dictaduras latinoamericanas durante las décadas de 1970 y 1980 para eliminar a sus opositores.

Esas naciones, entre ellas Chile, Argentina y Uruguay, cifraron sus comunicaciones con máquinas de Crypto AG, sin saber que  Washinton podría estar escuchando.

Durante la reunión inaugural de la Operación Cóndor, impulsada por el dictador chileno Augusto Pinochet (1973-1990) en noviembre de 1975 en Santiago, los responsables castrenses de cinco dictaduras del continente firmaron un acuerdo para emplear un sistema de encriptado.

Ese sistema «estaría disponible para los países miembros en los siguientes 30 días, con el entendimiento de que podría ser vulnerable; y sería reemplazado en el futuro con máquinas criptográficas que serán elegidas de acuerdo común», reza el texto del acuerdo.

Tras una  segunda reunión realizada en junio de 1976, la CIA informó que «Brasil había aceptado proporcionar equipamiento para ‘Condortel’ (la red de comunicaciones de la Operación Cóndor)», que provendría de Crypto AG.

La revelación deja claro que Berlín y Washington estuvieron al tanto y fueron cómplices de las agresiones y violaciones de derechos humanos perpetradas por los regímenes dictatoriales de América Latina.

¿Sigue el espionaje?

El proyecto de espionaje de la CIA y el BND estuvo en peligro de salir a la luz en varias ocasiones a través de los años.

El servicio de inteligencia alemán abandonó la operación a principios de los ’90, al considerar que representaba demasiados riesgos, pero la CIA continuó con el espionaje hasta 2018, momento en el que la Agencia vendió sus activos de Crypto AG.

Sin embargo, The Washington Post subrayó que los productos de Crypto AG se siguen empleando en más de una decena de países y “su logotipo de color naranja y blanco todavía luce en lo alto de la sede de la empresa en Zug, Suiza”, aunque la compañía fue liquidada y desmantelada en 2018 por sus inversores, a través de una empresa de Liechtenstein, cuyas leyes permiten blindar las identidades de estos.

Dos firmas compraron casi todos los activos de Crypto AG: CyOne Security, que vende sistemas de seguridad al Gobierno suizo, y Crypto International, que se encarga de la marca y el negocio internacional de la antigua compañía.

Ambas insisten en que en la actualidad no tienen conexión con ningún servicio de Inteligencia, algo que llama la atención, tomando en cuenta que CyOne tiene al mismo director ejecutivo que tuvo Crypto AG durante parte del período en el que fue propiedad de la CIA.

Tanto The Washington Post como ZDF informaron que aunque la CIA y el BND no quisieron hacer comentarios sobre la investigación, no cuestionaron la autenticidad de los documentos empleados en ella.

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