Muere “Popeye”: el fin del sangriento sicario de Pablo Escobar, narco, uribista y youtuber

El sicario de Pablo Escobar confesó haber asesinado personalmente a unas 300 personas y también participó en el homicidio de otras 3.000

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El colombiano Jhon Jairo Velásquez Vásquez nació en Yarumal, Antioquia, el 15 de abril de 1962. A los 17 años quedó «obnubilado» tras conocer al narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria. Desde ese momento trabajó para él hasta convertirse en uno de sus sicarios más sanguinarios y ser recocido dentro de la organización criminal como alias “Popeye”, “JJ” y «El General de la Mafia».

Este jueves -6 de febrero- se viralizó rápidamente la muerte de «Popeye», citado en muchos medios como «uno de los sicarios favoritos» de Pablo Escobar, ambos miembros del extinto Cartel de Medellín en Colombia.

¿Qué dice la historia de este criminal confeso y su accionar dentro de la conflictiva y violenta Colombia? ¿Cuántos secretos se llevó a la tumba? ¿A quién le temía?; ¿Que tramas desempolvó dentro de la red corrupta enquistada en la política colombiana? ¿Qué tanto sabía del «poderoso dueño de Colombia que fue Presidente de la República», y de la creación del Narco-Estado-Paramilitar y los grupos de poder colombianos?.

La muerte de Popeye se produjo en horas de la madrugada. Tenía 57 años de edad -28 de ellos los pasó encarcelado-, su diagnóstico fue cáncer de esófago en fase terminal (estado IV), con metástasis en pulmones, hígado y otros componentes abdominales. Se encontraba en el Instituto Nacional de Cancerología, en Bogotá, y la información fue confirmada por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

En vida, Jhon Velásquez confesó haber asesinado personalmente a unas 300 personas y también participó junto a la banda de criminales que coordinaba, en el homicidio de otras 3.000 para cumplir con las órdenes de Escobar. En total fueron más de 50.000 víctimas mortales las generadas por el cartel de Medellín.

Popeye hablaba abiertamente y sin remordimiento sobres sus actos, aunque siempre culminaba con la frase: «He cambiado». Pero su accionar sanguinario lo llevó, incluso, a matar a una mujer a la que decía amar y que fue su pareja.

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Según él mismo, la mujer era amante de Escobar y había quedado embarazada, razón por la que «El Patrón» la mandó a raptar para sacarle el niño a la fuerza.

Una vez practicado el aborto, Escobar mandó a Popeye a «cuidar» a la jóven, mientras se recuperaba y se garantizaba que la chica no fuera a delatarlo. En ese tiempo, Popeye dice que se enamoró, comenzó a tener un romance con la ex de su jefe, y al poco tiempo Escobar se enteró, le dijo que la mataba a ella o lo mandaba a matar a él.

Popeye no titubeó en asesinar a su «amor». Le propinó varios disparos en una plaza pública y la dejó morir mientras escapaba. Escobar sabía que contaba con un gran criminal.

Desde entonces, «el Patrón» comenzó a encargarle distintos «trabajos» a Popeye, entre ellos los más cruentos y sangrientos de la historia colombiana, de los cuales muchos aún viven en la memoria colectiva y forman parte del largo prontuario de magnicidios y hechos de terror que marcaron la violenta y criminal historia de ese país y que conmocionaron a la población, víctima del miedo y la zozobra generalizada.

Los nexos de Escobar con Uribe

Antes de morir, este afamado sicario se encontraba hospitalizado recibiendo tratamiento paliativo desde el pasado 31 de diciembre de 2019. Popeye había salido de libertad en 2014 tras cumplir 24 años de cárcel, por diversos delitos que van desde terrorismo y narcotráfico hasta asesinato. Su libertad fue muy controvertida en la sociedad colombiana.

El 26 de agosto de 2014, Popeye fue puesto en libertad condicional, otorgándosele su salida de la cárcel de alta seguridad de Cómbita, en Boyacá.

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El 25 mayo de 2018 volvió a ser capturado y enviado a prisión tras ser condenado por extorsión, asociación para delinquir, amenazas e incitación al odio, tras amenazar a dos familias en Medellín a quienes les habría exigido el pago de 50.000 dólares a cambio de no tomar represalias.

Inmediatamente fue llevado de manera provisional a la Cárcel de Máxima Seguridad de Valledupar.

​Pero, mientras estuvo disfrutando de su libertad, Popeye se convirtió en una referencia consultada por muchos medios de comunicación para contar las historias del cartel de Medellín y la vida de Pablo Escobar. De hecho, llegó hasta reunirse con familiares de sus víctimas, a quienes pidió perdón.

En Colombia se maneja la tesis que -desde que Popeye salió en libertad- usó todos los secretos que conocía para extorsionar a los implicados, sobre todo políticos y empresarios con gran poder, para así vivir tranquilamente entre lujos al garantizarles que no le confesaría nada a los medios.

Sin embargo, en el camino, Popeye «sapeó» -como dicen popularmente en Colombia a las personas que confiesan secretos bien guardados- a varios políticos, uno de ellos el expresidente Álvaro Uribe, a quien dijo conocer en persona y haber sido uno de los cómplices de Pablo Escobar.

Popeye aseguró que fue Uribe quien permitió -con su firma y autorización- crear la pista para aviones que utilizaba el capo de la droga en su hacienda Nápoles, desde donde salieron toneladas de marihuana y cocaína con destino a Estados Unidos y Centroamérica, lo que convirtió al cartel de Medellín en la organización más notable dedicada al narcotráfico.

Desde que hizo esa confesión, el sicario no volvió a hablar más de Uribe. De hecho, en una de las tantas entrevistas que ofreció dijo que no diría más nada porque estaba viviendo en donde Uribe lo controla todo, y no quería meterse en problemas.

Popeye en la política y la cultura pop

Popeye también logró durante su libertad ser un afamado youtuber, reconocido incluso por la misma empresa, tras alcanzar un millón de suscriptores.

Su canal en Youtube abrió el 1° de agosto de 2015 con el nombre de Popeye Arrepentido, donde llegó a contar con 1,2 millones de suscriptores, que lo llevaron a ganar -el 24 de enero de 2017- el botón de plata de la conocida empresa de videos.

Además, Jhon Vélasquez escribió tres libros sobre sus recuerdos. El primero de ellos fue  «El verdadero Pablo: sangre, traición y muerte», lanzado en 2005 y coescrito con la periodista Astrid Legarda.

Luego, en 2015, «Popeye» lanzaría su segundo libro titulado «Sobreviviendo a Pablo Escobar», inspirado sobre sus más de 20 años en la cárcel y que inspiró una serie producida por Netflix.

Un año después salió a la venta «Mi vida como sicario de Pablo Escobar», su tercer libro.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=30&v=9bAYOBALP6s

En medios audiovisuales fue un personaje fundamental para desarrollar la historia de una serie creadas por RCN: «El patrón del mal», donde lo identificaban como «Marino», así como otras series y películas inspiradas en la historia del cartel de medellín y la vida de Escobar.

Mientras tuvo acceso a las redes sociales, Popeye se declaró también ser abiertamente de ultraderecha, admirador del uribismo y simpatizante del actual presidente, Iván Duque.

De la misma manera, confesó su odio a la izquierda, los comunistas, los guerrilleros, el excandidato presidencial Gustavo Petro; y se dirijía con descalificativos contra funcionarios del Gobierno de Venezuela, como el presidente Nicolás Maduro, y también el titular de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello.

Los más terribles sucesos de Colombia

El diario colombiano El Tiempo reseñó a Popeye como «uno de los más temibles asesinos del cartel de Medellín», quien «en 1989 estuvo al frente de varias de las acciones que más dolor causaron en Colombia»

Algunos de los magnicidios perpetrados por Velásquez fueron el asesinato del excandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, el viernes 18 de agosto de 1989; y el atentado al avión de Avianca, ejecutado el lunes 27 de noviembre de 1989, en el que murieron 107 personas.

La explosión en Bogóta del edificio del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), organismo estatal encargado de realizar la inteligencia y contrainteligencia, fue otro atentado terrorista en el que participó Popeye.

El suceso ocurrió el miércoles 6 de diciembre de 1989, y la bomba mató a 63 personas, hirió a más de 600 y dejó multimillonarios daños en edificaciones, comercios y viviendas.

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Popeye junto al actual presidente de Colombia, Iván Duque, cuando se manifestó abiertamente uribista y a favor de su candidatura

Otros crímenes que se le adjudican a «Popeye» son los asesinatos del director del diario El Espectador, Guillermo Cano -el 17 de diciembre de 1986- por denunciar los crímenes del cartel de Medellín y responsabilizar directamente a Pablo Escobar; y el del exprocurador de la Nación, Mauro Hoyos, el 25 de enero de 1988.

También aparece en su prontuario el secuestro del entonces candidato a la alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana (quien sería después Presidente de la República), del secuestro del periodista Francisco Santos (quien sería después Vicepresidente de la República) y de complicidad en los homicidios del gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancourt.

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